Todos maldicen a Chávez, todos quieren a Chávez

En la actualidad, las opiniones emitidas por ciertos grupos cibernéticos de foristas afectos y no al gobierno han marcado una pauta trascendente en lo que a comunicación política se refiere. Tanto así que desde el seno de importantes diarios de circulación nacional, dentro de la cual se destaca la tríada: familias propietarias de los medios, Estado, y anunciantes se guían, a manera de sondeo, de lo que se dice y no se dice en la web. Este medio se ha convertido en el canal enorme de la descalificación y la falta de respeto hacia las figuras de poder, sobre todo por su carga de pesimismo antropológico exacerbado y la gran cantidad de profetas del desastre y sensacionalista que toman fama de la noche a la mañana. Y prueba de ello es la copia impresa de algunos portales que a veces tienen en la mano como una suerte de chuleta, algún ilustre analista de cualquier programa de opinión política que abunda en el amplio espectro radio-televisivo.

La web permite libertad absoluta para emitir “improperios” y juicios descalificativos y absurdos como estos: “Chávez eres un maldito, por tu culpa mis hijos van a conocer la vida de Bolívar, saber la verdad sobre el viernes negro y tienen posibilidad de un futuro productivo”. “Eres un maldito porque, gracias a la distribución social de la renta petrolera existe cierto nivel de calidad de vida y por culpa del esquema mezquino e indolente de los 40 años de toma y dame entre la oligarquía algunos tuvieron que robar y matar, lo que disparó la violencia y criminalidad jamás vista”. Entre estas reflexiones básicas, el país muestra una confluencia de factores que dibuja cada día más la polarización, a la cual hemos estado expuestos. Parece ser que nuestro zoom politikom se traslada en lo que hoy mantiene Globovisión como matriz y lo que programa el canal de todos los venezolanos en sus micros (que en cadena nacional serían buenísimos).

En este sentido, las noticias se diluyen, van y vienen. Cualquier movimiento del presidente es captado y transmitido con una majestuosidad digna de un rey y nos hace envidiarlo, odiarlo, subirlo, bajarlo, quererlo, pero nunca comprenderlo. En este aparte considero de manera humilde, que está la reflexión primordial de los que amamos este proceso, de los que ese 11, 12, 13 sentimos como un sector intentó imponerse y sobreponerse de la arremetida popular, de ese logro maravillosos que le encargamos a un hombre, que no es un Mesías, que es de carne y hueso y necesariamente debió traspasar esa barrera entre lo humano y lo inmaterial para representarnos en un mundo lleno de mezquindad capitalista. Tanto, que ha difundido de manera somera e ilustrada el paradigma socialista el cual no termina de calar pero nos enseña como pueblo a madurar.

Por ese pueblo valiente que asumió en gran parte esa gesta de rescatar la dignidad pero de su propia esencia más no de la oligarquía ni de los esquemas individualistas e insensibles de la fragmentada sociedad venezolana que busca en un líder su construcción social y humana.

paranoiasurf@hotmail.com


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José Gabriel Mendoza


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