El pasado 11 de junio, la propuesta del Presidente Chávez a los empresarios, marcó el inicio de una coyuntura que ha dado bastante de que hablar entre la oposición y entre los revolucionarios. Hoy quiero referirme a la matriz de opinión que se ha venido formando en el campo revolucionario, en la cual, se presenta la actitud de nuestro máximo líder como una claudicación, creando así confusión entre muchos de nosotros.
Lo primero que hay que tener claro, y lo demuestra toda la experiencia histórica de los países que han tratado de construir el socialismo, es que el camino de construcción del socialismo, de la revolución, no es una amplia autopista, completamente recta, perfecta y sin obstáculos, así como el desarrollo histórico tampoco sigue una línea recta hacia adelante El camino al socialismo es una constante y ardua lucha de clases, en la cual, la estrategia no puede consistir en atacar siempre, si así fuese, no haría falta estudiar estrategias, sino sólo atacar siempre. A veces, lo más acertado es defenderse, a veces vadear o maniobrar por los lados. Es como si se tratara de encontrar un camino a una cima que nadie ha conquistado antes, en algunos momentos, podremos encontrar pasadizos ciegos y habrá que retroceder o regresar a buscar o crear un mejor sitio o situación para seguir avanzando. Otras veces habrá que retroceder para poder avanzar luego, y así. Lo mismo podemos verlo en un partido de fútbol, en el cual, en algunos momentos hay que jugar al contragolpe, cediendo el ataque, lo que se llama una retirada estratégica, a fin de poder atacar después.
Tener todo el tiempo sólo una estrategia y una sola táctica, de sólo atacar constantemente, es insensato aún en los deportes, mas aún cuando la vida del pueblo esta en juego. Sin embargo, algunos sectores sindicales y personeros como el de “Un grano de maíz”, señalan en remitidos, y medios de información masivos, que “El rumbo al socialismo sufrió un duro golpe”. Si quien hizo la propuesta fue Chávez, entonces es como llamarlo traidor, pues sería él quien habría dado ese golpe. Me pregunto, es que acaso Chávez anunció la suspensión de las Misiones (Barrio Adentro, Cultura, Milagro, etc.), la eliminación del Ministerio para la Economía Comunal, la suspensión de la creación de empresas socialistas, la, privatización de las empresas del Estado, la eliminación de los Consejos Comunales, de la cogestión con los trabajadores, o algo parecido. Nada de eso se ha hecho, ni se hará. Todo seguirá y mas aún, profundizándose, en especial, aumentando la propiedad social de medios de producción y transfiriendo cada vez más poder al pueblo.
Nuestros sesudos analistas, deberían tener claro, que toda estrategia está determinada por su momento histórico, y que en nuestro país, hay que tener presente que Chávez llegó al poder por la vía electoral, por lo que no puede, mientras no lo obliguen, imponer sus políticas por la fuerza; que Venezuela es un país con un capitalismo dependiente (sub-desarrollado), y nos falta mucha industrialización para poder satisfacer nuestras necesidades internas, en especial las alimentarías; y de que somos una economía altamente rentista e importadora. Hay que tener claro que, no estamos en pleno socialismo, ni en plena etapa de transición, sino apenas, al inicio de la transición, y que acelerar mucho puede volcar el carro. En la historia, un modo de producción sólo ha desplazado a otro, produciendo más que el anterior, es decir, satisfaciendo más necesidades, y sólo así el socialismo desplazará al capitalismo, produciendo más y satisfaciendo más necesidades, no hay otra manera, de allí, que en los inicio de la transición sea importante el contar con los aliados que Chávez inteligentemente procura al menos neutralizar.
Nuestros sesudos analistas, también le recriminan a Chávez el haber dicho que la alianza con los empresarios era estratégica, como si en todo el proceso de construcción del socialismo hubiese una sola etapa estratégica. Eso sólo lo dirá la historia. Parece que esos analistas quisieran, que Chávez les dijera a los empresarios, vengan e inviertan en nuevas industrias, para que luego se las expropiemos. Esa estrategia no se le ocurriría ni siquiera al más novato, es como si un entrenador de fútbol, le adelanta su plan de juego, y sus tácticas, al equipo contrario, informándole de que distracciones piensa emplear, para que sus opositores estén alerta y no se dejen sorprender, cuando lo más elemental del arte de la guerra, es bien conocido, es la sorpresa. Eso sólo se le ocurre a nuestros sesudos analistas.
A veces, sobre todo estando en el poder, el camino de los rodeos, el camino de las reformas y las concesiones a las clases no populares, puede desorientar y confundir a esas clases, y crear contradicciones internas entre ellas y los sectores que la componen, dando así, una tregua a la revolución, que nos permitan acumular fuerzas y preparar las condiciones para una nueva ofensiva. No se puede negar que, en cierto sentido, este camino es un camino "reformista". Ahora bien, hay que tener presente que aquí se da una particularidad fundamental, y es que, en este caso, la reforma parte de las fuerzas del pueblo, que ya están en el poder, y que las consolidan, y le da la tregua necesaria para como dijimos, seguir profundizando la revolución. Es importante señalar, que no sólo se avanza haciendo expropiaciones, también se avanza consolidando lo logrado, aumentando la eficiencia y eficacia de la gestión pública, involucrando a las comunidades en como proveer más y mejores servicios públicos, solucionando sus problemas, combatiendo la corrupción y la impunidad, impulsando la contraloría social, etc..
Si las fuerzas del pueblo pueden llevar a cabo esta política, es exclusivamente, porque en el periodo anterior la revolución ha avanzado, por tanto, lo bastante para tener a donde retirarse transitoriamente, sustituyendo la táctica de la ofensiva por la del repliegue temporal, por la táctica de los movimientos de flanco y de consolidación de lo logrado.
De lo que se trata, no es de crear confusión en el campo del pueblo, con críticas infundadas de quienes no entienden en que momento de la Revolución nos encontramos, ni cual es la actual correlación de fuerzas, ni cuáles son los objetivos principales en esta etapa, tanto políticos como económicos (la plena soberanía y el inicio de la construcción del socialismo). Los objetivos políticos, son principalmente subjetivos, y los hemos logrado, los económicos, lograr nuestra independencia económica y el pleno autoabastecimiento, requiere una infraestructura industrial en la ciudad y el campo, que no poseemos y no puede en los actuales momentos, ser construida exclusivamente por el Estado, también requiere de la unidad latinoamericana, ya que sólo no lograremos nuestros objetivos. Entonces, en la actualidad, las clases populares deben tener en los pequeños y medianos industriales, y en la burguesía productiva (no rentista o importadora), un aliado por ciento tiempo, imposible de precisar a priori, contra el imperialismo y sus secuaces internos.
Lo que si es cierto, es que medidas como las del 11 de junio, deben ser debatidas y explicadas entre los revolucionarios, en especial, a la militancia del PSUV, para que no haya confusión, y en eso debe llevar la voz cantante nuestra Dirección Nacional a través de los Equipos de Trabajo Regionales, y los Delegados.
(*)Delegado e integrante del Equipo Regional de Caracas del PSUV
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