Cuando dos personas entablan una negociación mercantil, es indispensable que haya CONFIANZA de ambas partes para llegar a un acuerdo satisfactorio bidireccional; lo mismo aplica para las operaciones entre empresas. Si es una relación amorosa, igualmente aparece la clave de la confianza, de lo contrario se deshace o no se concreta dicha unión sentimental.
¿Podría haber una negociación confiable, por ejemplo, entre los dueños de la cloaca Globovisión y el gobierno nacional? Ni pensarlo. Esa gente no tiene nada que ver con la ética, la moral y las buenas costumbres, por tanto no aplica el enlace confianza. Aquellos que siempre llevan "una carta" bajo la manga no podrán hacer negociaciones de ningún tipo pues la desconfianza es su tarjeta de presentación. Si un ciudadano acude a una institución gubernamental para hacerse de un crédito para vivienda o para montar una pequeña empresa y tropieza con docenas de obstáculos burocráticos, pierde la fe y se marcha decepcionado a lamentar su mala suerte. El día de las votaciones no asiste debido a su desencanto o frustración.
Si el presidente decreta un aumento salarial para 30 días y pasan 120 sin que el bendito aumento llegue a los bolsillos de los beneficiados, la desilusión tomará cuenta de ellos y no votarán por el gobierno de turno o simplemente se abstienen. En estos casos la burocratización y la mala fe de algunos funcionarios son los responsables del evento en cuestión.
Si los funcionarios públicos como alcaldes, diputados, gobernadores, ministros o presidentes no son castigados por actos de corrupción, la desconfianza será la que comande el sentimiento político de millones de compatriotas. Si los cuerpos de seguridad están llenos de bandidos uniformados que extorsionan, asesinan y/o protegen delincuentes, entonces no habrá confianza en el ciudadano común y se aparta de la lucha ideológica. Si la impunidad, motorizada por la cómplice Fiscalía y el corrupto Poder Judicial, no es minimizada, la confianza nunca aparecerá en la pantalla de las mentes del ciudadano común.
Hace unas horas el comandante disertaba sobre la parte doctrinaria del socialismo bolivariano que deseamos se instale en nuestro país. En verdad que el señor presidente hace un despliegue ideológico muy importante que debería ser impreso y distribuido por millones a nivel nacional. Nos hablaba de la disciplina partidista y sobre la "línea obediencial". Honestamente creo que para eso no estamos preparados aún debido a la clase de personajes que detentan cargos directivos en el Psuv y otras dependencias de gobierno.
Es muy cierto que las Misiones han llegado a millones de compatriotas y eso ha generado un aceptable nivel de confianza en la nación pero todavía falta terreno donde abonar y sembrar para obtener una buena cosecha de conciencia socialista. Si observamos las últimas elecciones presidenciales donde unos cuatro (4) millones de venezolanos manifestaron su desacuerdo con el gobierno chavista, vemos que la distancia es un tanto larga para que seamos una inmensa mayoría de adeptos al ideario socialista bolivariano. De hecho no tenemos un Cuerpo de Doctrina plasmado en tinta y papel que recorra el país enseñando las virtudes de un sistema de inclusión, de justicia y solidaridad. Es urgente ir por ellos para que esten bien informados del ideario socialista.Por ahí ya andamos mal. Agregamos a eso los anillos de poder instalados en Miraflores (derecha endógena y vividores de la revolución) y entramos en un túnel que no vislumbra salida en el mediano plazo. Por otra parte, no tomar medidas punitivas contra ese antro de insania llamado Globovisión y sus diablos afines, es también un serio escollo para que alcancemos un buen nivel de conciencia socialista. Podemos disentir del gobierno pero no podemos enfermar las mentes de los que disienten. CONATEL es una cueva de traidores a la patria y nadie hace nada. En ese albañal de difusión(Globoterror) se cometen delitos a diario y la conspicua Fiscalía hace mutis.
Todo esto, señores, no permite que se genere la suficiente CONFIANZA para que millares de venezolanos abracen el ideal socialista bolivariano. La Conciencia socialista seguirá adormecida en un letargo invernal y el cálido sol de verano no se
vislumbra en el horizonte.
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