Es importante conocer la historia de las revoluciones industriales como factores de desarrollo de la sociedad burguesa. La primera revolución ocurrió en el siglo XVIII, mientras que la segunda en el siglo XIX. A partir de los años 40 del siglo XX, empiezan a aparecer los signos precursores de una tercera revolución industrial. La primera se fundó en la máquina de vapor, y la segunda en el motor eléctrico y el motor de explosión. La tercera revolución industrial está fundada en la liberación de la energía nuclear y el empleo de máquinas electrónicas. Este artículo habla sólo de la primera revolución industrial.
En el curso de la primera revolución se formaron definitivamente los rasgos fundamentales de la sociedad burguesa, o capitalista. Surgió el proletariado fabril, la clase cuya misión histórica hace 200 años fue la de crear un nuevo régimen, el capitalista. En la actualidad, la misión de los trabajadores al lado del campesinado es crear otro régimen revolucionario, totalmente distinto al capitalismo: el socialismo.
Esta misión histórica obliga a los trabajadores y al campesinado estudiar las revoluciones industriales, las cuales, constituyen períodos importantes de desarrollo de la sociedad. Todo esto debe conocerlo cada hombre y mujer que desean ser artífices concientes de la nueva vida. Dado que, los intelectuales al servicio de la burguesía han escrito montones de libros que falsean la esencia real del proceso histórico en general y de las revoluciones industriales, en particular.
¿Cómo nos ayuda a conocer el fenómeno de las revoluciones industriales el transito del capitalismo al socialismo?
Nos ayuda no sólo a conocer y a comprender el pasado, sino también a explicarnos correctamente los procesos que operan en nuestra época, en cuanto a la lucha de clases y en tanto a la calidad de los acontecimientos históricos, que alimentan los movimientos revolucionarios. Asimismo, nos evidencia la falsedad de los ideólogos burgueses acerca de la eternidad y la inmovilidad del régimen capitalista. Además, nos demuestra la falsedad de las afirmaciones de los burgueses de que el Estado burgués es el Estado de Bienestar General. Por añadidura, nos pone al desnudo su esencia explotadora y saqueadora en el pasado y en el presente.
Al mismo tiempo, el estudio de la historia nos muestra que en la lucha por el enriquecimiento propio, la burguesía hizo y hace uso de los medios más infames, entre los que ocupa el primer lugar las conquistas, la esclavización, el pillaje y otros tipos de violencia. También, nos muestra que los años de formación, desarrollo y decadencia de la clase burguesa se han inscrito en la historia con sangre y fuego. Igualmente, nos ayuda a refutar la falsa concepción de los defensores del capitalismo concerniente a la llamada tercera revolución industrial, que opera en la actualidad en los países capitalistas desarrollados, según la cual, está llamada supuestamente a eliminar, sin lucha de clases, sin la revolución social, sólo mediante el perfeccionamiento técnico, todos los defectos del mundo burgués y convertir el capitalismo explotador en capitalismo “popular”, “democrático”. Finalmente, nos muestra claramente que sólo a través de la lucha tenaz y sostenida, mediante la unión del esfuerzo de todos los trabajadores, pueden los pueblos lograr sus más fervientes anhelos: mantener la paz, conquistar el derecho a una vida de abundancia plena, a la cultura, a la seguridad y a la dignidad, a la vida sin miseria ni paro forzoso, sin opresión ni explotación.
Ahora bien, ¿Qué es la revolución industrial? ¿Dónde y cuándo se produjo por primera vez? ¿Cuáles fueron sus causas, sus premisas y sus consecuencias?
Como la mayoría de los fenómenos sociales, la revolución industrial no es un fenómeno fortuito, sino absolutamente natural, condicionado por el desarrollo precedente.
En el siglo XVIII, el hombre no conocía la utilización del vapor ni de la electricidad, no había ferrocarriles ni vapores. Los tejidos para las ropas se elaboraban a mano. En la agricultura durante siglos y siglos se emplearon el pico y la pala, la azada y el arado de madera. Había muy pocas ciudades grandes. Los reyes y los duques, los emperadores y los zares apoyados en la rica aristocracia, ejercían un dominio absoluto. Explotaban sin piedad a los trabajadores. Los países mantenían escasas relaciones, si bien el comercio existía ya desde siglos y milenios: lo conocieron la Grecia y la Roma antiguas, así como Egipto, Babilonia, Asiría, Fenicia Estados que existieron hace 5.000 años.
Aunque la historia de la Antigüedad y de la Edad Media da cuenta de inventos de máquinas, la amplia utilización de las máquinas en la industria fue posible por primera vez con la implantación de las relaciones capitalistas. En unos países como consecuencia de las revoluciones burguesas; en otros, como resultado de reformas que permitieron el desarrollo capitalista.
Para una amplia aplicación de las máquinas se requirieron determinadas condiciones económico-sociales y técnicas. ¿Qué condiciones fueron éstas? Para el desarrollo de la industria capitalista se precisó, ante todo, de trabajadores asalariados, brazos de trabajadores libres. Libres en dos sentidos: del régimen feudal que impedía al campesino de la gleba desplazarse a su antojo y elegir su profesión, y libres (despojados) también de los instrumentos y los medios de trabajo, esto es, carentes de medios de subsistencia y obligados a aceptar cualesquiera condiciones de venta de su fuerza de trabajo. Otra condición fundamental fue la concentración de considerables recursos (capital) en pocas manos.
Estas dos condiciones, gente obligada a vender su fuerza de trabajo y gente rica capaz de comprarla, crearon las posibilidades reales para el surgimiento de la fábrica capitalista, por lo tanto, el éxito de la revolución industrial.
¿Cómo surgieron los trabajadores asalariados?
Para desentrañar estas condiciones acudiremos a Inglaterra, ejemplo clásico del capitalismo, país en el que se produjo la primera revolución industrial.
En cuanto al proceso de formación del proletariado industrial en Inglaterra, vemos que el punto de arranque de este proceso es la revolución agraria, cuyo rasgo principal es el desalojo de la tierra de los campesinos. En el siglo XV, los lores obtenían cuantiosas ganancias mediante la producción de lana que se exportaban en enormes cantidades al continente europeo. La demanda de lana inglesa en los mercados –exterior e interior- trajo que los lores feudales emprendieran la expulsión de los campesinos de la tierra. Este proceso se aceleró a fines del siglo XVI y comienzos XVII, bajo el influjo del desarrollo del capitalismo.
Otra fuente sumamente importante de formación de los trabajadores industriales fue la ruina del artesanado de la producción manual: la ruina de los artesanos de las ciudades, de los tejedores rurales, de los hiladores. La ruina en masa del artesanado se produjo cuando el trabajo de la máquina triunfó sobre el trabajo manual.
¿Cómo surgieron los capitalistas?
El surgimiento de la burguesía, lo mismo que el del proletariado, es un proceso histórico sujeto a determinadas leyes. En el período precapitalista, en la época del feudalismo, la palabra burguesía o burgués se usaba para referirse a todos los habitantes de la ciudad. Desde finales del siglo XV, el término burguesía significaba ya las capas altas de los ciudadanos: los mercaderes, los banqueros, los dueños de los talleres artesanales y, posteriormente, de las manufacturas. La manufactura es la primera fase de la producción capitalista.
El desarrollo de la burguesía se remonta a los comienzos del siglo XVI. La conquista y colonización de América en 1492 condujo al aprovechamiento de sus riquezas. El descubrimiento en 1498 de la ruta marítima hacia la India, circundando África, la ampliación de las relaciones comerciales con las colonias, impulsaron el desenvolvimiento del comercio, la navegación y la industria, ayudando a la consolidación de la burguesía.
De los países colonizados, la burguesía se adueñaba (aún lo hace) de los objetos de valor y los tesoros, de los productos alimenticios y las materias primas para sus industrias. Allí encontraba la mano de obra barata (aún la encuentra), los esclavos y un vasto mercado para la venta de sus mercancías, todavía las compramos.
¿Cuáles fueron las consecuencias económicas y sociales de la primera revolución industrial?
La invención y la inmensa aplicación en gran escala de las máquinas tuvieron grandes consecuencias: se incrementó el rendimiento del trabajo y se redujo el costo de producción, lo que originó un enorme crecimiento de las riquezas nacionales europeas; la artesanía y la manufactura no pudieron ya competir con la gran fábrica capitalista; se intensificó el dominio económico de la ciudad sobre el campo, culminando el proceso de desaparición del campesinado inglés; cambió radicalmente la estructural profesional de la población: a cuenta de la población agrícola se incrementó el número de personas ocupadas en las diferentes ramas de la industria.
La invención de la mecánica de vapor marcó una nueva etapa de la revolución técnica. Al lado de la máquina de vapor entra en escena la ciencia. La máquina de vapor podía instalarse en cualquier lugar, donde pudieran obtenerse carbón mineral a precio asequible. En adelante, las fábricas podían construirse cerca de los mercados, en los que era posible adquirir materia prima y vender artículos. En cambio, antes de la invención de la mecánica de vapor, las fábricas impulsadas por la energía hidráulica, podían ubicarse solamente a orillas de los ríos de corriente caudalosa y rápida, lejos de las ciudades, los mercados y las fuentes de materias primas.
El resultado del desarrollo impetuoso de la economía, suscitado por la revolución industrial, acarreó un incremento del lujo y riqueza de la burguesía, por una parte, y de la pobreza y la miseria de las masas trabajadoras, por otra.
Por consiguiente, la dura situación de los trabajadores fue la base de los movimientos sociales y de la lucha de los trabajadores contra los capitalistas, lucha que comenzó en los primeros años de la revolución industrial. De ahí que, el resultado más importante de esa lucha fue el surgimiento del socialismo científico. Así pues, con la revolución industrial se manifestó con nitidez cada vez mayor la principal contradicción del capitalismo, la contradicción entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiación de sus frutos.
Pero la consecuencia principal de la primera revolución industrial fue la aparición de las dos clases antagónicas de la sociedad capitalista: la burguesía industrial y el trabajador fabril. Por último, las fuentes de energía de la primera revolución fueron el carbón y el vapor.
En la parte II de este trabajo se explicarán las consecuencias económicas y sociales de la segunda revolución industrial.