“Carlos Marx y Federico Engels lo dicen así
en el Manifiesto Comunista de 1848…
el socialismo debe ser científico o no es nada…
Nosotros debemos crear el nuestro,
pero ellos son referencias esenciales".
Hugo Chávez (Abril-2009)
La crisis mundial ha
puesto en evidencia las fallas graves del capitalismo global, todos
los análisis económicos realmente científicos preveían esta crisis
desde hace ya algunos años pero, obviamente, eran análisis menospreciados
por la “intelectualidad” mundial. Una intelectualidad estéril cuya
formación se basa en la ideología y propaganda del sistema global
y no en la ciencia económica, en la ciencia real cuyo concepto es la
búsqueda de la verdad y la comprensión de la naturaleza, la sociedad
y el universo. La “intelectualidad” al servicio del establecimiento
mundial no tiene capacidad para comprender las fallas del sistema que
la ha engendrado sencillamente porque su formación no ha sido realmente
científica sino que ha estado basada en la provisión de argumentos
ideológicos que unidireccionalmente se enfilan en la defensa del sistema
capitalista mundial, su pseudo cultura y su absurda lógica del crecimiento.
El prestigio académico de las instituciones que fungen como pilares
de la intelectualidad al servicio del establecimiento capitalista está
basado en la propaganda, la cultura-mercancía, las películas y series
de televisión fáciles, etc. Las universidades norteamericanas madres
del modelo económico mundial son propiedad privada de los grandes capitalistas
y en ellas no se puede enseñar nada que contradiga los intereses de
sus dueños, luego los medios de propaganda del sistema se encargan
de enaltecer sus postulados y como producto final tenemos a una intelectualidad
inflada por la propaganda y un prestigio prefabricado que es totalmente
hueca e incapaz de entender el mundo de una forma distinta a la capitalista
que ha llevado al mundo a esta situación de crisis, empobrecimiento
global, guerras y enajenación de la real esencia humana. Se ha llevado
a la humanidad a una trampa económica, ideológica, cultural y social
en general de la que solo se puede salir con un análisis realmente
científico del mundo que en lo social y económico sea totalmente ajeno
a las instituciones que han engendrado con sus argumentos este desastre
capitalista. Basta con escuchar las explicaciones que dan a la crisis
los representantes de la intelectualidad asalariada y servil del sistema
capitalista para darse cuenta del profundo vacío y confusión en la
que se encuentran atrapados.
La ciencia que ha llevado
al hombre a capacidades técnicas inimaginables hace 300 años y que
podría ser hoy capaz de proporcionar bienestar a todo el planeta, sin
excepción, ha sido secuestrada por el capitalismo y puesta al servicio
de los intereses particulares del sistema de dominación económica
y no al servicio de la humanidad. La ciencia no ha avanzado como producto
de la inversión de los capitalistas sino como producto inevitable de
la evolución e ingenio de la humanidad por lo que es un patrimonio
de todos los que compartimos la carga genética humana que engendra
ese ciencia y no solo de un puñado de mafiosos capitalistas. Sin embargo,
se nos ha dominado a través de la manipulación ideológica de la que
he hablado ya en el articulo titulado: “El ABC de la Ideología
(I):La ideología como instrumento de dominación” (http://www.aporrea.org/ideologia/a63738.html). La educación que se nos vende como de más
alto nivel se imparte en instituciones al servicio del sistema capitalista
con una doctrina sesgada, parcializada y basada en una nueva teología,
la teología del mercado (hablaré de esto en un próximo artículo).
La teología que en la edad media ponía en el centro de todo a un dios
cuyos representantes en la tierra eran los reyes y su aristocracia siempre
que tuvieran la bendición de la santa iglesia, hoy se ha transmutado
a la nueva teología del mercado que pone en el centro a este nuevo
Dios liberalizado de manos invisibles cuyos representantes en la tierra
son las trasnacionales y los gobiernos que tengan la bendición de estas
empresas globales. Fuera de esta teología todas las doctrinas que se
le opongan son blasfemia que debe ser quemada en la hoguera de la lucha
contra el terrorismo global, así funciona el sistema intelectual mundial
al servicio del modelo capitalista, así funciona la ideología como
instrumento de dominación, así es la nueva teología del mercado:
nada científica, toda salvaje, antihumanista toda inquisición. En
América latina, más que en cualquier otro sitio en el mundo se ha
aplicado este sistema de propaganda para la dominación (http://www.aporrea.org/tiburon/a63789.html) y es quizás eso lo que ha llevado a la respuesta
revolucionaria cuya llama enciende hoy las praderas andinas.
Ante esta situación
es lógico observar las respuestas que a nuestros procesos revolucionarios
americanos tienen los grandes centros mundiales del “conocimiento”
(¿?), pedantes orgullosos de un saber que no sirve para nada mas que
para producir esta crisis y para empobrecer a la mayoría del planeta
se creen además con derecho para juzgar a quienes buscan una alternativa
a su desastroso modelo teológico del mercado. En Venezuela, debemos
entender que para nuestro desarrollo no obtendremos respuestas dentro
del conocimiento al servicio del capitalismo y es aquí donde entra
al socialismo científico. El socialismo a diferencia del capitalismo
se basa en la ciencia económica como medio a través del cual se busca
satisfacer las necesidades de la población y no las necesidades de
crecimiento de las empresas privadas. Las empresas privadas han nacido
hace 200 años para servir de medio para la satisfacción de las necesidades
humanas pero hoy resulta que somos los seres humanos quienes servimos
de medio para satisfacer las necesidades de crecimiento de las empresas
y esto se ha logrado que sea así debido a todo el entramado de propaganda
e ideología que se ha montado y del que he hablado ya. ¿De que sirve
el crecimiento de empresas que explotan y maltratan a sus trabajadores,
que evaden impuestos, que estafan a los consumidores? ¿Como es posible
que el mundo acepte que se subsidie a banqueros mafiosos mientras se
despide a trabajadores honestos?... La respuesta ya le hemos conversado:
dominación ideológica. Partiendo de esa realidad, asumiendo que no
hay mayor verdad en esa intelectualidad del establecimiento entenderemos
que es necesario construir nuestra propia teoría económica basada
en el socialismo que es la teoría económica realmente científica
que busca estar al servicio de las mayorías y no del crecimiento de
las empresas de las minorías enriquecidas. Venezuela debe desarrollar
su industria nacional a través de la planificación socialista central
que incluya la formación de nuevos cuadros técnicos libres de la dominación
ideológica de la teología del mercado, sobre este tema podemos leer
mas en el articulo “Los nuevos cuadros técnicos” (http://www.aporrea.org/imprime/a62446.html). Debemos construir nuestra economía sin
complejos derivados de los prejuicios heredados de la pseudo-ciencia
económica al servicio del capitalismo fracasado global.
Durante el siglo XX
se convenció (por las buenas o por las malas) a los pueblos del mundo
de que las empresas de servicios públicos estaban en mejores manos
cuando se pasaban a dominio del capital privado puesto que los gobiernos
democráticos estaban representados por unos gorditos corruptos e ineficientes
y las empresas privadas eran como los buenos de las películas: atléticos,
eficientes, educados y hasta bien parecidos. Estos eran básicamente
los argumentos que se esgrimían a favor de la privatización de los
servicios públicos y funcionaron. Las empresas de electricidad, agua,
gas y teléfonos son privadas en las mayorías de los países del mundo.
Los gobiernos democráticos del mundo fueron incapaces de defenderse
ante la propaganda de las trasnacionales económicas y cedieron (por
las buenas o por las malas, nuevamente) el control de las empresas de
servicios a la mafia capitalista global. En América latina y en Venezuela
los resultados fueron desastrosos (SIDOR, CANTV, Convenios Operativos-PDVSA,
etc). En Argentina la privatización del sector eléctrico produjo un
desastre en cuanto a la calidad del servicio y una estafa en el sector
de las telecomunicaciones. Seguramente algunas empresas privadas funcionan
“mejor” que algunas publicas pero a un precio exorbitantemente superior
y bajo un esquema de esclavitud del consumidor donde: o se compra o
se compra, o se paga o se paga por servicios no solicitados, por bienes
y activos innecesarios o inútiles para el consumidor, etc., etc.
La nacionalización tan satanizada por las películas y propaganda de
los medios comerciales al servicio del capitalismo es una acción necesaria
y a todas luces beneficiosa para salir y deslastrarse del desastre que
ha logrado la teología del mercado en todo el mundo, pero no podemos
esperar que esta medida sea bendecida por los sagrados representantes
del Dios mercado. Seguramente, todos los que asuman un rumbo de nacionalización
serán perseguidos por la nueva santa inquisición de la intelectualidad
al servicio del Dios mercado y le serán arrojados los perros de caza
de la supuesta lucha contra el terrorismo en que han convertido a los
ejércitos, ahora privatizados, de las naciones imperialistas del mundo.
No tenemos mas remedio que construir nuestro socialismo científico y venezolano y olvidar los complejos entendiendo que las tesis de la intelectualidad al servicio lacayo del establecimiento capitalista son sesgadas y sirven a quien les alimenta sus lujos directa o indirectamente, les da premios internacionales, becas, financiamientos para investigaciones parcializadas, etc. Tenemos que formar una nueva y propia intelectualidad realmente científica sin sesgos ideológicos más que el humanismo y el servicio a las mayorías. El estancamiento actual de la humanidad se debe a la dominación y yugo al que le someten las mafias capitalistas que condicionan el desarrollo humano a su beneficio económico. Los seres humanos estamos siendo obligados a pagar un tributo en trabajo a los capitalistas para disfrutar de los beneficios derivados del desarrollo científico que se debe única y exclusivamente al talento propio de la especie humana que no es propiedad de nadie y si es patrimonio de todos. La privatización de todo lo que existe pretende convertir incluso a los sentimientos humanos en mercancías con precio definido a antojo y beneficio de los dueños del capital monopolizador. La guerra ha sido privatizada y con ella las vidas de victimas y victimarios, de mercenarios asalariados de empresas privadas y terroristas que piden la soberanía de sus países. Este camino que llevamos debe ser estrictamente rectificado, aún hay tiempo. El cambio de paradigmas hacia unos novedosos, revolucionarios y apegados a la ciencia autentica ha sido y será el único motor real de desarrollo y evolución de la humanidad a estados superiores de bienestar para todos los que compartimos esta maravillosa herencia genética producto de millones de años de evolución biológica.