La diferencia entre la Contabilidad Técnica y la C. Económica se reduce a que en la segunda se incluye el lucro además de lo que se incluye en la primera. En esta sólo se carga el monto de los salarios por concepto de mano de obra, materiales directos e indirectos, energéticos, inmuebles, depreciaciones varias.
En el sistema capitalista la ganancia está atribuida a diferencias de compraventa en el mercado de todas las mercancías, y se hace con estricta exclusión de la mercancía “mano de obra” a la que se le atribuye un carácter contractual de bilateralidad cumplida entre un patrono y un obrero. Los ideólogos y apologistas de este sistema capitalista no han superado la fase de la Economía Mercantil Simple. El único que ha empleado el término Economía Capitalista fue Karl Marx
La Contabilidad Económica Burguesa (CEB) por su parte recoge la tasa de ganancia posproducción, mientras que la CT se limita al cálculo del rendimiento de maquinarias, productividad del salario, etc., sin que en esta última se reconozca una pizca de explotación ni de subpago por el valor de trabajo añadido.
Al operario que rinda más que otro se le da un bono o una mejora salarial, pero en cada añadido de valor trabajo marginal que van dejando los trabajadores más productivos le va quedando al patrono una añadido de plusvalor. Este punto es relevante cuando queremos comprender la esencia de la explotación obreropatronal.
Sólo la Contabilidad Económica Teórica Marxista (CEM) recoge el salario como un anticipo del valor del trabajo agregado por el asalariado a los medios de producción. Así se asienta en la contabilidad de la producción. La diferencia entre salario y valor trabajo recibido del asalariado en funciones es el plusvalor que no paga el patrono ni siquiera después de haber vendido su mercancía a un precio superior al señalado en la CT como coste de producción.
Para la CEM la explotación patronal se escenifica en la producción, fábrica adentro, y no en el mercado. En este podría ocurrir (como en efecto ocurre) que los medianos y pequeños empresarios de la Clase Media negociante pierdan parte del valor agregado que arrancaron en sus fábricas. Esa pérdida o merma en la ganancia final pasa a manos del gran empresario. Este trasiego mercantil de ganancias responde a la tendenciosa igualación de la tasa de ganancia de todas las empresas. Como algunas retienen más plusvalía con igual capital, su tasa de ganancia individual resulta mayor que la de aquellos empresarios que operan con capitales que son técnicamente más sofisticados y más costosos. Se va formando así lo que se conoce como tasa de ganancia media que final y azarosamente regula la estabilidad de la Economía burguesa. Se evita así la permanente migración de capitales en búsqueda de mayores ganancias.
Este proceso igualatorio continúa a nivel global y de allí que el capital ocioso de menor desarrollo tecnológico de los grandes países suela emigrar constantemente hacia aquellos donde la tasa de ganancia resultaría más elevada debido a una potencial y mayor tasa de plusvalía. En estos países receptores de capital exótico la explotación es más acentuada porque los niveles tecnológicos todavía son bajos.
En resumen, en la actualidad tenemos tres tipos de Contabilidad: la de carácter estrictamente técnico; la contabilidad burguesa que ideológicamente sigue atascada en una cosmovisión mercantil de la Economía, y la Contabilidad capitalista que con fines pedagógicos hemos denominado Contabilidad Económica Marxista.