El tema del desarrollo está ligado al ideológico que ha sido y es sin duda fundamental. En ese sentido se debe tener siempre presente que, de acuerdo a una análisis materialista de la historia, la ideología dominante no es más que la estructura de creencias y perspectivas sociales vigente (o decadente) que se establece como producto del modo del producción o modelo productivo. Entonces, lo fundamental es el modelo productivo y para su transformación (que debe ser la meta fundamental para la revolución!) se requiere una renovación teórica de la interpretación social y política de nuestra nación y sus relaciones sociales y de producción, es decir, el proceso de transformación nacional es dialéctico en cuanto a ideología y transformación del modelo productivo. La cabida dentro del imaginario colectivo venezolano a la idea del llamado “socialismo del siglo XXI” se debe a la decadencia de la ideología capitalista dominante en el país y esto a su vez es consecuencia del fracaso del modelo productivo, es decir, la ideología capitalista en Venezuela ha perdido vigencia como consecuencia de su divorcio y enemistad con los intereses de las mayorías nacionales y nada más, esto es fundamental comprenderlo!. En Venezuela durante la guerra revolucionaria de independencia el anhelo de la mayoría de los venezolanos era el de la mejora de sus condiciones económicas de vida y poco más. El modelo monárquico de explotación colonial basado en una ideología religiosa-semifeudal ya no daba respuestas a los intereses de las mayorías y como consecuencia el discurso del Libertador enciende en el pueblo la llama de la guerra revolucionaria de independencia, hoy debemos enfocar el proyecto nacional de desarrollo y la ideología asociada al mismo (o teoría social socialista) desde esa misma perspectiva, la perspectiva de una teoría socialista asociada a un modelo productivo que dé respuestas a las necesidades populares de desarrollo económico y cultural.
En Venezuela hemos nacido como república hace alrededor de 180 años, la historia anterior a esa es la de una colonia española explotada salvajemente y empobrecida hasta el extremo… negros, indios, mestizos y blancos poblamos esta tierra antes y después de la independencia y somos la expresión de venezolanidad como consecuencia de una mezcla de culturas que debe entenderse como cualitativamente distinta a la suma de sus culturas componentes y así lo entendió y manifestó el Libertador. Venezuela debe buscar su identidad y a partir de ella construir su propia teoría de desarrollo socialista sin complejos derivados de una comparación con Europa o América del Norte. El modelo de desarrollo venezolano requiere de premisas propias, como propias y genuinas son las mezclas culturales que dan origen a nuestra república. El desarrollo industrial de Venezuela será exitoso en la medida que comencemos a medir nuestros éxitos de acuerdo a la respuesta efectiva a las necesidades reales de la nación y no con comparaciones de indicadores que reflejan modelos exógenos y ajenos a nuestras realidades. En Venezuela existen necesidades de desarrollo propias que podrían parecer extrañas a las economías “desarrolladas” de Europa o Asia pero que son las nuestras y a las que nuestro desarrollo debe dar respuestas sin complejos. Estamos acostumbrados, como consecuencia de nuestra colonización ideológica, a recibir servilmente consejos extranjeros sobre lo que debe ser nuestro desarrollo pero así como somos cualitativamente distintos a la mezcla que dio origen a nuestra república, así también nuestro modelo de desarrollo económico debe entenderse como un producto ajustado a las necesidades nacionales de una república sur americana con ingentes recursos naturales, con un pueblo disciplinado y dispuesto al trabajo (así es el pueblo venezolano, duélale a quien le duela!) con una cultura legítimamente distinta, con una historia heroica, con una ubicación geográfica excepcional y con una liderazgo regional natural heredado de los libertadores de América del sur.
Nuestro modelo de desarrollo nacional socialista debe construirse sin complejos ajustándose a las necesidades y características propias del país. Hay países con los que tenemos afinidad política pero ninguna afinidad cultural, otros con los que tenemos afinidad cultural pero ninguna afinidad política (por ahora..!), países con los que tenemos amplias oportunidades de negocios y poca afinidad tanto política como cultural… esa es la realidad que da origen al reto revolucionario de construcción del modelo de desarrollo nacional. Lenin al inicio de la revolución socialista soviética dio cuenta de esta visión teórica al afirmar que Rusia debía asumir su realidad cultural con lo que gustaba y lo que no gustaba a los postulados clásicos del marxismo y asumir esa realidad como base concreta sobre la cual construir su propio socialismo y eso mismo debemos entender nosotros hoy. En Venezuela las condición subjetivas son particulares, así como particular es nuestro clima, nuestras tierras, nuestros ríos.. en Venezuela hay que construir un modelo socialista que tome en cuenta que dentro de la mezcla cultural que da origen a nuestra república no solamente hay cultura indígena y negra (que si lo hay y mucho, aunque no debamos considerarnos absurdamente una república indígena o negra) sino que también por razones históricas tenemos profunda influencia cultural europea (sin ser europeos) y norteamericana (sin ser norteamericanos) pero toda esa mezcla es lo que somos los venezolanos y así ha sucedido en todos los países del mundo. En España, Francia, Portugal e Italia el imperio romano transformó la cultura aborigen de los celtas, vascones, los iberos, los galos, etc a algo cualitativamente distinto, luego los moros agregaron algo más al mix cultural español y hoy estos países no son ni celtas, ni galos, ni francos, ni vascones, etc.. ni tampoco romanos ni moros, son pueblos cualitativamente distintos, unas mezclas culturales que han dado origen a lo que hoy son esos países. La influencia cultural de las conquistas y los imperios anteriores no se puede negar, y tratar de borrarlo es igualmente absurdo a tratar de borrar la influencia indígena, y en ambos casos el enfoque conduce a un análisis erróneo de la realidad social. Es un absurdo racista tratar de reivindicar una pureza étnica latinoamericana que no existe ni ha existido nunca pues incluso los pobladores indígenas primigenios no constituían una raza homogénea, la “pureza étnica” venezolana es precisamente la diversidad que además nos convierte en un país con altísima capacidad de convivencia y una visión privilegiadamente adecuada para la mundialización (por no decir globalización…) inevitable del planeta tierra. Así la ideología venezolana adecuada a la transformación del modelo productivo debe tener presente esos aspectos y de ahí derivará un modelo productivo socialista propio y genuino.
El materialismo histórico y el pensamiento de los clásicos del socialismo científico no se basa en establecer modelos de desarrollo, ni recetas para la construcción del socialismo sino que, al contrario, son reflexiones para promover el pleno desarrollo cultural y la diversidad de pensamiento de acuerdo a las condiciones concretas de cada pueblo para la maximización del bienestar social colectivo e individual entendido como respuesta a las verdaderas necesidades propias y no a las impuestas de acuerdo a intereses imperiales extranjeros.. la libertad es la comprensión a la que llegan los pueblos de sus necesidades reales sin complejos respecto a las necesidades exógenas, entendiendo que cada nación y cultura debe responder a sus necesidades de acuerdo a su propia cultura y a sus condiciones históricas y económicas propias.
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