“No defiendo hombre; defiendo hechos”
Quienes leemos los artículos del profesor Sant Rotz sabemos de su talla para enfrentar entuertos históricos. El profesor tiene su arte. No le estoy haciendo ninguna lamida de suela al profesor al quien en mis locuras llamo “san ron”. Algunas personas no entienden algo, que es que cada quien tiene su manera de matar piojos. No existe nada más admirable que esos sujetos que se enfrentan con coraje de “cojos de Lepanto” a las vaina que para otros significan glorias del pasado.
Por los años sesenta muchos jóvenes de la época seguíamos al PCV y a todo lo que tuviera a bien enfrentar al gobierno entreguista y multisápido de Rómulo Betancourt- El PCV era lo que llaman ahora la nota. Sentirse de izquierda era “la cátedra”. Empero, aun conociendo la filosofía venezolana del PCV nunca vimos que éste avanzara en la lucha. Más bien con dolor, observamos su entrega a los brazos de COPEI,(el chiripero) tanto nadar para morir en la orilla.
Rómulo dijo que “soy un presidente que ni renuncio ni me renuncian” Dio una muestra de coraje el hombre al que algunos sexólogos tildaban de pederasta, no me consta. Y Rómulo no fue derribado y llegó Leoni y no fue derribado y llegó CAP y solo a causa de su amor por Cecilia que lo conminaba a robar y él era ladrón natural, salió de la presidencia y llegó Lusinchi y a pesar de sus borracheras, de sus mentiras “la banca me engañó” de las diarreas que le producía el aguardiente, no fue derribado., ¿dónde estaba el PCV? ¡Pura paja!
Cuando el profesor dice que CAP fue libre para engatusar al pueblo y nadie chistó (así lo entiendo) tienen razón: dentro de una celda nadie lucha físicamente y en Venezuela la lucha teórica nunca ha servido para un carajo. Eso era cuando Gómez. Que en las cárceles estuvieran encerrados los revolucionarios que adversaban contra el punto fijismo, es una entelequia: preso no tumba gobierno. Hoy los militantes del PCV siguen igualitos; con su agendita debajo del brazo hablando paja en cualquier esquina de Caracas y repitiendo las mismas vainas de hace cuarenta años. Comunistas a la venezolana.
¿Comunista? ¿Quién no lo es teniendo amor social, amor por su patria, por los valores humanos, por la equidad, por la justicia? Todos somos comunistas, pero el estatismo conmina al ser humano a vivir del recuerdo, a resucitar anécdotas, a recordar proezas en las guerrillas, a la orilla de la quebrada, durmiendo en una hamaca con una escopeta de cuando la invasión española, inhalando puchitos de cigarrillos Eso no es justo con la historia; o se triunfa o aceptamos que no servimos para un coño. Esos personajes que hoy reviven esas etapas de su vida, o son locos o son “sualzeneguer” devaluados. La lucha de la izquierda en Venezuela nunca ha tenido ningún éxito, tiene eso sí, muchos mártires que no fueron bien guiados por quienes se decían líderes, ¿qué puede contarnos Gabriel Puerta más allá de una simple escaramuza en una quebrada contra los soldados del gobierno? Hoy anda con el pelo teñido para ocultar arrugas cerebrales.
Haber estado preso no da gloria. Hay excepciones como Nelson Mandela. En los años sesenta la lucha contra Rómulo de parte de la izquierda fue tan nula que hasta los cabecillas se convirtieron en traidores, entiéndase Teododor Petkoff y Pompeyo Márquez. Revoluciones violentas que lograron culminar con éxito en el Caribe y Centroamérica, sólo dos; Cuba y Nicaragua. Lo demás fueron sueños inconclusos. Fidel Castro y Daniel Ortega llegaron a la cima. Ellos son grandes ejemplos. Empero hoy una guerra de guerrillas no sirve para un carajo. Ninguno de los llamados líderes de la guerrilla venezolana calzarán las botas de Mao, de Ho, de Fidel, de Daniel, simplemente porque fueron unos ilusos, unos buscapleitos, unos sujetos ajenos a las tácticas, a la inteligencia que debe tener todo luchador en esas lides.
Yo vi. aquella lucha como una gran pérdida de tiempo y eso no quiere decir otra cosa que mi propio “yo vi” en primera persona; que otros sigan iluminándose con esa burusa histórica es cuestión de de perfil... “o se triunfa o se olvida” El Libertador triunfó y hoy Chávez sigue su senda pero en la paz.
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