Poco sabemos en Venezuela de una experiencia que haya logrado los objetivos de cambio social y transformación a lo largo de su historia. En la lucha contra el colonialismo español, muchos de los líderes americanos a lo largo y ancho de Latinoamérica se entronizó en el poder y abandonan abruptamente los ideales de libertad e igualdad que inspiraron nuestra gesta emancipadora, esto debilita necesariamente las fuerzas patriotas revolucionarias que habían comprendido la necesidad de construir un nuevo modelo de sociedad bajo las premisas que originalmente motivaron la insurrección de los negros, indígenas y blancos criollos para desplazar a los españoles del poder político. En una primera instancia se plantea la toma del poder que le era negado a los nacidos de españoles en tierra venezolana y americana, una vez reunida la junta patriótica empiezan a visualizarse las diferencias en la visión y caracterización del carácter de la lucha independentista. Las ideas de la educación para todos del maestro Simón Rodríguez quien fuera maestro de primeras letras en la escuela pública caraqueña orientó el pensamiento de Bolívar hacia la liberación de los humildes y explotados. Estas premisas orientan la filosofía política del libertador Simón Bolívar, permitiéndole ser un visionario continental y universal del movimiento por la liberación del yugo europeo. El famoso juramento del monte sacro en Italia ya tiene en las palabras de Simón Bolívar el sentido del empeño y sacrificio por el futuro de Latinoamérica. Le confesó el libertador a un oficial en 1824: “los tres, el maestro Simón Rodríguez, Fernando del Toro y yo… allí nos arrodillamos y juntos y abrazados juramos liberar a nuestra patria o morir en la demanda”… Los roces ideológicos surgen entre la nobleza criolla que miraba al rey de España como pieza básica de coexistencia social y Bolívar que estableció la diferencia sustancial sosteniendo que los monarcas de España eran parte del juego político europeo. Otro elemento importante en las definiciones ideológicas y conceptos de estrategias a aplicar en el conflicto con España, fue el discurso pronunciado por el libertador ante la sociedad patriótica en: “No es que hay dos congresos ¿cómo fomentarán el cisma los que mas conocen de la necesidad de la unión? Lo que queremos es que esa unión sea efectiva y para animarnos en la gloriosa empresa de la libertad.

¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve si estas resueltos a ser libres? Esas dudas son tristes efectos de las antiguas cadenas. ¡Que los proyectos deben prepararse con calma! Trecientos años de calma ¿no bastan? Desde esos primeros instantes de la lucha de independencia, las contradicciones entre conservadores que querían el poder sin transformar las condiciones sociales y económicas de existencia de latifundios , pobreza campesina y la gran discriminación contra nuestros indígenas y negros africanos sometidos a la brutal esclavitud se enfrentaba a la ideología libertaria de los revolucionarios empeñados en desaparecer las desigualdades y esclavitud impuestas por el dominio español y legitimada por una sociedad de clases sociales y castas. La pobreza era justificada como un designio celestial. De allí las grandes conspiraciones contra Simón Bolívar, Antonio José de Sucre, Francisco de Miranda, Manuela Sáenz y Simón Rodríguez, entre otros. Estos fueron aislados, exiliados unos y otros asesinados. Siempre por la mano artera de los traidores a los principios que guiaron la guerra por la libertad americana y la soberanía. Hoy la misma razón indica que el proceso revolucionario que comienza en Venezuela amerita la participación y protagonismo de los luchadores sociales revolucionarios que están comprometidos con la liberación Nacional, el desarrollo del país. Hay que derrotar a los conservadores de hoy, a los que desconocen u olvidan que el objetivo es la sociedad de iguales: El Socialismo.


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