Hace poco el canciller colombiano desalentó a sus conciudadanos que
desean viajar a Venezuela alegando que deben tener cuidado pues corren
serios y considerables peligros por estos lados.
Tal vez el melenudo ministro ignora que en Venezuela residen o
transitan unos cinco millones de paisanos suyos. Esto significa que
hay al menos 10 nativos de Colombia por cada residente en la isla de
Margarita y por lo tanto tienen más votos aquí que todos los
neoespartanos juntos, por citar un ejemplo.
Lo que ocurre es que el gobierno venezolano desmanteló hace poco una
red de presuntos espías, algunos con credenciales del ejército de
Colombia, cuya autenticidad deberá comprobarse.
El gobierno de Uribe huyó hacia adelante y acusó a los venezolanos de
violar derechos humanos de los supuestos agentes secretos. El
incidente en si pudiera formar parte de un pleito vecinal
tercermundista plagado de mentiras y exageraciones.
No obstante una noticia similar monopoliza espacios en la prensa
internacional. Resulta que la gobernadora del estado de Arizona,
fronterizo con México, decidió que cualquier extranjero indocumentado
que capturen en su territorio será tratado como un delincuente
peligroso.
Desde luego la gobernadora de Arizona no anda pensando en suecos o
escandinavos sin sus papeles en regla, sino en los inmigrantes
cobrizos que les llegan de México y de otros países igualmente
sureños.
El asunto es tan desagradable que bien amerita que el canciller
colombiano advierta a sus paisanos que no se les ocurra visitar el
Gran Cañón del Colorado si no tienen en orden hasta el documento más
nimio. Por lo pronto le puedo asegurar que cualquier colombiano pasará
más trabajos en Arizona, si lo agarraran indocumentado, que en el
estado Táchira o en otras regiones venezolanas, incluyendo las sedes
de las plantas hidroeléctricas.
Si los funcionarios criollos fueran tan estrictos como los de
Arizona, Texas o Florida, los colombianos y otros latinos pasarían las
de Caín y no como ocurre, que se los dota de cédulas, alimentos
subsidiados y escolaridad gratuita sin humillarlos ni perseguirlos.
Definitivamente, los gringos son más peligrosos.
augusther@cantv.net
