En el marco del bicentenario todavía no podemos decir que el pueblo colombiano ha logrado su verdadera independencia.
“Los EE.UU. parecen destinados
Por la providencia, para plagar
De hambre y miseria a America”
(Simón Bolívar)
Una vez más la conmoción de la estructura interna de la ultraderecha nacional colombiana dirigida por el caporal de la casa de “nari” Álvaro Uribe Balas, perdón Álvaro Uribe Vélez descarga rayos contra la revolución bolivariana de Venezuela, otra vez más como hace casi 200 años contemplamos la segunda patria “boba”: enfrentar pueblos hermanos.
El caporal saca su látigo de infamia, calumnia, mentira y odio. Como todo “pacificador” que golpea la esperanza y la égida de los sueños de Bolívar de consolidar la unión de los pueblos latinoamericanos; la amerindia como una vez la denominó José Martí. Uribe ungido y arropado bajo el águila imperial muestra sus colmillos para intimidar, al pueblo latinoamericano que clama la libertad y la autodeterminación de los pueblos que en pleno siglo XXI los países del ALBA quieren encarnar en el ideario de Bolívar.
En el marco del bicentenario todavía no podemos decir que el pueblo colombiano ha logrado su verdadera independencia, nos convertimos en lacayos de la potencia norteamericana por nuestro gobernante se arrodilla y besa la bota militar del imperio del norte. Y así: “pensar como esclavos y actuar como esclavos sin ser esclavos” llevamos al pueblo colombiano al abismo de la barbarie y la incertidumbre de seguir arrastrándonos como reptiles y hacernos creer que los buenos son los malos, y los malos son los buenos.
Que la apocalíptica guerra entre dos naciones hermanas sea solo una pesadilla. Queremos oír la voz de la paz, esperanza y solidaridad de colombianos y venezolanos, silenciar la metralla de los enemigos consolidando la emancipación popular latinoamericana, ¡la espada de Bolívar camina por América Latina! El dragón latinoamericano con su fuego, consume la alegría de ser libres y soberanos.
Para comprender nuestra América200 años después es preciso que nuestros gobernantes se despojen de dogmas, y asumir como lo dice con sabiduría Robert Frost “quienes habitan una tierra tienen que saber entregarse a ella plenamente: esta tierra fue nuestra, antes de ser nosotros de esta tierra (…)”. En Colombia, Ecuador, Perú, Panamá, Bolivia y Venezuela éramos un solo pueblo; “La nueva granada”. Éramos colonos de España, ahora somos colonia norteamericana.
El 20 de Julio de 1810 nuestro grito de independencia fue la consecuencia de varios factores que desembocaron en una gran rebelión del pueblo. El 20 de Julio del 2010 ocurre lo contrario Uribe rompe el florero a favor de la dominación capitalista.
Antonio Nariño expresaba en el periódico la Bagatela el 14 de Julio de 1814 “(…), querer ser libres dependiendo de otro gobierno, es una contradicción; decretar de una vez nuestra independencia, o declarar que hemos nacido para ser eternamente esclavos”.
Es hora de soñar con nuevas alboradas, de regalarnos una flor entre colombianos y venezolanos, dejarnos impregnar con gotas de rocío, recoger el trigo de la paz, si, una paz que renueva la esperanza en los campos por donde caminó Bolívar flameando la bandera de la justicia social de nuestros pueblos construyendo una patria grande e incluyente para los indios, mestizos, negros, zambos, mulatos, pardos, conjugándolos todos en un solo pueblo, la patria de nuestros próceres, y no dejarnos arrebatar nuestra propia identidad latinoamericana por los mezquinos intereses de la tierra del TIO SAM, con el representante de la ultraderecha latinoamericana Álvaro Uribe Vélez.
En las grandes transformaciones políticas siempre surgen y se desarrollan tendencias ideológicas contrapuestas o complementarias. Es lo que está sucediendo por estos días entre Hugo Chávez Frías y el señor Uribe; esperamos que para el bien del continente sean solo contradicciones ideológicas y políticas enfrentadas solo en el terreno de las ideas dejando a un lado la confrontación armada, si lo permiten los amos del mundo “EE.UU.”.
En la nueva era de la patria boba del 2010 no es la pelea entre federalistas y centralistas, es la pelea entre guerreristas y pacifistas. La soberanía descansa en los pueblos que son los que deben decidir si avanzan o retroceden.
La unidad y la fuerza es nuestra esperanza rechazar con decoro patrio el emplazamiento militar norteamericano para no convertirnos en polvorín y estallar, quedando solo el olor de la muerte. El reencuentro con la historia es con los excluidos recuperar y trabajar por la dignidad de nuestros pueblos. Los agresivos intereses de nuestro gobernante solo estan al servicio de los intereses de su amo del norte, desconociendo el verdadero legado de la historia de las naciones bolivarianas; “el hombre virtuoso se levanta contra la autoridad opresora”. Que el nuevo inquilino de la casa de “nari”, Juan Manuel Santos, lo ilumine así sea con una chispita de dignidad restableciendo las relaciones con la hermana república bolivariana de Venezuela.
Citando una de las frases célebres del gran poeta latinoamericano Pablo Neruda “Padre nuestro que estás en la tierra, en el agua, en el aire de toda nuestra latitud silenciosa” bendiga y nos proteja de la “horrible noche” que le espera al pueblo colombiano. La sangre de nuestros libertadores no abonó los campos de batalla para hacer ricos a los más ricos sino para redimir al soberano pueblo.
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