En
las primeras horas de la mañana del 11 de septiembre de 1.973, día del
derrocamiento sangriento del gobierno de la Unidad Popular en Chile y trágica
muerte de su máximo líder, el presidente Salvador Allende, se desarrolló un
diálogo asqueroso y macabro entre dos de los autores intelectuales mayores de la
sublevación, el General Augusto Pinochet y el Vicealmirante Patricio Carvajal,
el cual bien vale la pena recordarlo, una vez más, en esta hora de cambios
sustantivos y promisorios para los pueblos de todo el Continente, pues los
términos de su desarrollo son tan espeluznantes que a muchos les resultará hasta
increíble, pero que corresponde a una realidad muy cierta y aun cuando dudamos
que algo equivalente pudiera repetirse en esta América que ha despertado y le ha
dicho basta a sus opresores, estamos muy seguros que éstos buscarán todas las
vías posibles para torcer el rumbo que llevamos y no hay mejor opción para ellos
que intentar reeditar esos hechos como única garantía que tienen de impedir que
sus políticas neoliberales y depredadoras colapsen de forma definitiva.
De allí que ir al rescate de la memoria desempolvando de los anaqueles
de las bibliotecas este tipo de eventos, es una necesidad de todos los días como
buena estrategia para impedir que hechos como esos vuelvan a
ocurrir.
Veamos los fragmentos de ese diálogo entre Pinochet y Carvajal
que hemos tomado de la Internet, cuya fuente original, según se indica allí, es
la importante revista chilena Análisis de 1.985:
Pinochet: “Yo tengo la impresión de que el señor civil
(se refería a Allende) se arrancó en las tanquetas. Y Mendoza (otros de los
gorilas golpistas), ¿no tiene contacto con él?”
Carvajal: “No, pero en las tanquetas no huyó. Las
tanquetas se habían ido antes y yo posteriormente en persona hablé por teléfono
con él… y lo he intimado a la rendición en nombre de los Comandantes en Jefe y
(...) el huevón contestó con una serie de garabatos".
Pinochet: “Conforme, conforme. Entonces hay que
impedir la salida; si sale, hay que tomarlo preso.”
Carvajal: “Y también hablé posteriormente con el edecán
naval, quien me confirmó que Allende está en la Moneda.”
Pinochet: “Entonces hay que estar listos para actuar
sobre él. ¡Más vale matar la perra y se acaba la leva!”
Se despiden y
pocos minutos después retoman el diálogo:
Pinochet: “Patricio, aquí te habla Augusto. Dime, el
señor Altamirano y el señor este otro, Enríquez (se refiere al dirigente del
MIR, Miguel), el otro señor Palestrano (diputado aguerrido del partido
socialista) y todos estos gallos, ¿dónde están metidos? ¿Los han encontrado o
están fondeados?”
Carvajal: “No tengo informaciones de donde se
encuentran.”
Pinochet: “Es conveniente darle la información al
servicio de inteligencia de las tres instituciones para que los ubiquen y los
tomen presos. Estos gallos deben estar fondeados, son verdaderas
culebras.”
Carvajal: “Conforme, conforme. El comandante Badiola
está en contacto con la Moneda… Le va a transmitir este último ofrecimiento de
rendición. Me acaban de informar que habría intención de
parlamentar.”
Pinochet: “Tiene que ir (Allende) al Ministerio con
una pequeña cantidad de gente. ¡A las once en punto se
bombardea!".
Carvajal: “Ellos está ofreciendo
parlamentar.”
Pinochet: “¡Rendición incondicional! ¡Nada de
parlamentar, rendición incondicional!
Carvajal: “Muy bien, conforme. Rendición
incondicional en que lo toman preso, ofreciéndole nada más que respetar la vida,
digamos…”
Pinochet: “La vida y su integridad física y
enseguida se lo va a despachar para otra parte.”
Carvajal: “Conforme. O sea que se mantiene el
ofrecimiento de sacarlo del país.”
Pinochet: “Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo
del país… Y el avión se cae, viejo, cuando vaya volando.”
Suspenden la
conversación y la retoman luego de breves minutos:
Pinochet: “Patricio, muy conforme con toque de
queda, muy conforme con Estado de Sitio, pero hay que agregar algo. Se va a
aplicar Ley Marcial a toda persona que sea sorprendida con armas o explosivos.
Van a ser fusilados de inmediato, sin esperar juicios.”
Carvajal: “Conforme. Ley Marcial. Estado de Sitio.
Toque de queda. Y a todo el que se le sorprenda con armas o explosivos serán
ejecutados de inmediato.”
Pinochet: “¡Están ganando tiempo! ¡No acepten ningún
parlamento! ¡Parlamento es diálogo! ¡No podemos aparecer con debilidad de
carácter aceptando un plazo de parlamento a esta gente, porque no podemos
nosotros aceptar plazos ni parlamentos que signifiquen diálogo, significan
debilidad! ¡Todo ese montón de jetones que hay ahí, al señor Tohá, al otro señor
Almeyda (ambos ministros de Allende), a todos esos mugrientos que estaban por
arruinar al país deben pescarlos presos y al avión que tienes dispuesto tú! ¡Y
sin ropa, con lo que tienen, para afuera!”
Carvajal: “Me han dicho que espere un momento para
convencer al Presidente.”
Pinochet: “¡Negativo!”
Se interrumpe la
conversación y luego de transcurridos algunas muy pocas horas, se
reanuda:
Carvajal: “Gustavo (Mendoza) y Augusto…Hay una
información del personal de la Escuela de Infantería que está dentro de la
Moneda. Por la posibilidad de interferencias, la voy a transmitir en inglés:
They say that Allende committed suicide… is dead now. ¿Dígame si
entienden?”
Pinochet: “Entendido.”
Carvajal: “Augusto, respecto del avión para la
familia, no tendría urgencia entonces esa medida.”
Pinochet: “¡Que lo metan en un cajón y lo embarquen
en un avión, viejo, junto con la familia! ¡Que el entierro lo hagan en otra
parte, en Cuba? ¡Si no, va a haber más pelota pa’l entierro! ¡Si éste hasta para
morir tuvo problemas!”
Así actúa el fascismo y los venezolanos
alcanzamos a sentirlo aquellos días de abril del 2002 cuando los factores de la
llamada Coordinadora Democrática, hoy devenida en Mesa de la Unidad (MUD), tomó el poder en nuestro país, tanto por
la matanza planificada el día de la marcha (11/07) y la persecución que se
desató una vez fue detenido y raptado el Presidente Chávez (día 12 en la
madrugada), por parte de los Alcaldes de Primero Justicia y la Policía
Metropolitana al mando de Peña, Vivas y Forero, como porque hasta “periodistas”
de los grandes medios radioléctricos y televisivos hacían llamados a la
población para que denunciaran el lugar donde se escondían los funcionarios,
líderes y simpatizantes del gobierno derrocado.
Oportuna la ocasión para
recordar, también, que por aquellas horas dramáticas que vivió el país, Escobar
Salom, quizás el venezolano que más participación tuvo en los gobiernos del
“puntofijismo”, pues en todos ocupó relevantes posiciones (ministro del
interior, diputado, canciller, secretario de la presidencia, ministro de
justicia, fiscal general, embajador y paremos de contar), recomendaba en una
entrevista a la periodista Ana Vaccarela, a quien le veía muy preocupada por la
resistencia que oponía el gobernador del Táchira Blanco La Cruz a reconocer a
Carmona como nuevo presidente de Venezuela y muy renuente a renunciar a su
cargo, que lo “sometieran por la fuerza y
lo hicieran preso”. Por su parte, el General Damiani Bustillos, creo que
integrante del alto mando de la Guardia Nacional, lanzaba amenazas desde la
televisión advirtiéndoles a los chavistas y miembros de los Círculos
Bolivarianos, que (palabras más, palabras menos): “ya los tenemos ploteados
(ubicados) y sepan que vamos tras de ustedes…”
¡Lo que nos esperaba a los
venezolanos de haberse consolidado aquel abril del 2002 el gobierno espurio de
Carmona Estanga y de los más oscuros intereses de la oligarquía criolla al
servicio del imperialismo yanqui…!
oliverr@cantv.net