Hace cientos, miles de años, el hombre abandonó la pesca y la caza y tomó el camino de la guerra, del cual todavía no ha encontrado el retorno. La ha practicado con tanto empeño y devoción, que la elevó a la categoría de “arte”. Así se la denomina, “el arte de la guerra”, que es el arte de matar, destruir, arrasar. El arte de causar el mayor daño al enemigo. De igual manera, exaltó la tortura en la figura flagelada, ensangrentada del Cristo. La constituyó en símbolo de una religión. Estas, son dos de las grandes contradicciones que aterrorizan al hombre: el arte de la guerra y la devoción de la tortura.,
La guerra y la creencia han sido instrumentos de dominio y sumisión de los imperios sobre los pueblos conquistados. En esas vicisitudes EE.UU. ha salido derrotado en Corea, Cuba, Vietnam, Irak, Afganistán, Colombia. A pesar de las derrotas, anda en los preparativos de cuatro nuevas guerras, por cuanto el dominio mundial que recibió por el desmoronamiento de la Unión Soviética, se le escapa de las manos, como el agua entre los dedos. Estas guerras en preparación no las haría en forma directa, sino, por intermediarios.
La primera guerra sería contra Irán, utilizando como intermediario a Israel. Objetivo, destruir la Revolución iraní que le impide el dominio absoluto sobre el Medio Oriente, el Cáucaso y los territorios en la periferia del mar Caspio. Extensa zona rica en reservas de petróleo y minerales estratégicos. Además, Irán se constituiría en cuña estratégica entre Rusia y China, potencias económicas y militares que le disputan la hegemonía mundial. Cuando gobernaba el Sha, Irán cumplía esa función.
La segunda guerra sería contra Corea del Norte utilizando como intermediario a Corea del Sur. Objetivo, destruir el desarrollo nuclear militar alcanzado por Pyongyang. Más que una guerra económica es una guerra de desquite, de represalia, de venganza por la derrota recibida hace sesenta años. Corea del Norte no tiene petróleo ni minerales estratégicos. Lo único que tiene, es el intento de implementar el socialismo auténtico. Por ello se la agrede con bloqueos infames, igual que a Cuba o Nicaragua…,
La tercera guerra en preparación sería contra Venezuela utilizando como intermediario a Colombia. Objetivos, detener la Revolución Bolivariana que contagia de “mal ejemplo” a los pueblos de Latinoamérica, y de otros continentes. Además, Venezuela posee, a escasas millas de los EE.UU., la mayor reserva de petróleo pesado del planeta.
La cuarta guerra en preparación sería contra Somalia utilizando como intermediario a Uganda. Objetivo, el dominio del mar Rojo, el Cuerno de África y el océano Índico para su flota y la de Israel. El pretexto es combatir la “piratería” que los somalíes han tenido que adoptar como medio de defensa contra la agresión de su territorio, por cuanto el Cuerno de África está convertido en el vertedero o cloaca de los residuos tóxicos de los países industrializados. Además, intervenir en la guerra de Arabia Saudí contra el Yemen, de un lado; y del otro, frenar la Revolución social en Eritrea dirigida por el Frente de Liberación del Pueblo Eritreo (FLPE), de inspiración marxista.
Las cuatro guerras tienen el muy altruista propósito de implantar la “democracia” y llevar la “libertad” a Irán, Corea del Norte, Venezuela, Somalia y Eritrea. El armamento nuclear sería utilizado para sembrar la cultura de la devastación, máxima expresión del “arte de la guerra”.
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