La trágica noticia del tiroteo contra la congresista Gabrielle Giffords, que la mantiene al borde de la muerte por el disparo recibido en la cabeza, impactó a la opinión mundial. El hecho no es casual en los EE.UU. A cada momento ocurre en escuelas, universidades, supermercados. El protagonista es, casi siempre, algún veterano de las muchas guerras inventadas por la Casa Blanca durante los últimos 65 años, luego de la Segunda Guerra Mundial. Son individuos entrenados para matar, que llevan consigo la herencia propia del desequilibrio mental producto del guerrerismo existente en la política expansionista, imperialista de los EE.UU. ¡Imponerse por la fuerza!
Parece que Tucson es famosa por los tiroteos. Allí recreó Hollywood la película del sheriff Wyat Eart con sus agentes, pistoleros y tahúres, contra los granjeros que desafiaban el orden público y fueron liquidados a balazos, “la matanza del corral”. Uno y otro tiroteo es muy parecido, con leve diferencia, en lugar de revólveres calibre 45, escopetas y cherifes, contra la senadora Giffords se utilizó el fusil M-16 por recomendación de los Tea Party, organizadores de la emboscada. Es el fusil que disparan contra los pueblos dondequiera haya lucha por los derechos humanos: Tucson, Yugoslavia, Afganistán o Colombia. La misma guerra, la misma emboscada e idénticas razones.
El terror de las armas llega como remplazo al furor de las palabras. En la inauguración de la nueva Asamblea Nacional, presenciamos el triste espectáculo de insultos, diatribas, descalificaciones de un bando contra el otro. La ex presidenta de la AN, que en el cargo ha debido aprender moderación, sin más ni más la emprendió contra la oposición, con alusiones que no correspondían al acto. Su palabra ha debido ser, sólo, de bienvenida, felicitación, elogio por el retorno al camino de la democracia, la constitucionalidad, la lucha cívica, a la cual renunciaron al retirarse de la contienda en la anterior elección del ente legislativo. La “cilicia” apertura, alimentó el orgasmo retórico. La diatriba cotidiana del Canal 8 y Globovisión, condimentada por El Nacional, El Universal, Tal Cual prensa escrita y la Conferencia Episcopal, se trasladó al seno de la AN. ¡Ojala¡ enfrentamiento tan vergonzante, sea expulsado del seno de la Asamblea, por cuanto ya muchos por respeto a si mismos, no vemos los televisivos canales de marras. De todas maneras, nos interesaría ver en la AN debates conceptuales, ideológicos, para saber el “dulce mal del que me estoy muriendo”. “Sarna con gusto no pica...”
Muy diferente fue la instalación del Parlamento Latinoamericano. Comedidos discursos de Chaderton, Aristóbulo, Henry Ramos y el presidente del Parlatino. Aquí, no se repitió el ¡horror! de la instalación de la AN. Se impuso la cordura. ¿Qué aplaudir? ¿La actitud bochornosa de la AN o la actitud respetuosa del Parlatino? Si el enfrentamiento es ideológico ¡los insultos sobran! Demuestran debilidad. El verdadero poder debe estar cimentado en los cambios revolucionarios, los planes, la solución de los ingentes problemas de las mayorías nacionales. A esta AN ¡completa! le sale Referendo Revocatorio, por insidiosa, irrespetuosa y mal hablada.
leonmoraria@gmail.com
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