El desorden financiero mundial comenzó cuando se abandonó el patrón metálico oro. Consistía en que la capacidad del Estado para emitir dinero queda limitada por el monto de las reservas nacionales en oro, lo que inspiraba una mayor confianza, ya que los Estados carecerían de la facultad de emitir dinero a su libre arbitrio. Este sistema prevaleció en EE UU y en Inglaterra hasta la Gran Depresión 1930, en los EE UU. El patrón oro fue abandonado definitivamente en 1931.
Después de la segunda guerra mundial se reunieron en Bretton Woods, 44 naciones. El resultado fue la firma de un acuerdo donde se creó el Fondo Monetario Internacional y se acordó la modalidad patrón oro de cambio o de intercambio, de acuerdo con ello los gobiernos podían emitir billetes, siempre y cuando los mismos estuvieran respaldos en oro o en divisas extranjeras, que a su vez pudieran convertirse en oro.
Pero se mantuvo en los hechos al dólar estadounidense como moneda internacional, de manera que todo el resto del mundo continuó subvencionando la economía de los Estados Unidos, pues los Bancos Centrales de los otros países siguen interviniendo para evitar la baja del dólar.
Estos cambios en el sistema monetario se agravaron desde 1958, con el déficit crónico y creciente de los EE UU. Para financiarlo se vio obligado a emitir cantidades crecientes de dólares sin respaldo alguno en oro, un sistema Fiat que ingles significa fiduciario, o sea, un valor ficticio, basado solo en la confianza tenida en el que los emite.
En cualquiera otra economía de los países del planeta tierra, esto hubiera bastado para crear una inflación galopante. Sin embargo, EE UU contaba con una enorme ventaja, los excedentes monetarios generados por su creciente déficit fiscal no permanecían afectando su masa monetaria interna y en consecuencia ejerciendo un dañino efecto sobre su economía.
Como el dólar era bienvenido en todos los países, constituyendo incluso una moneda de reserva apreciada por los bancos centrales de otras naciones, los excedentes de moneda estadounidense eran desviados hacia otras economías, a través de los crecientes déficits en la balanza de pagos de los EE UU. Tales cantidades de dólares pasaron a engrosar un sistema monetario prácticamente independiente, así nació la era del Eurodólar.
Continúa los EE UU en una política de déficits fiscales cada vez mayores. Para dar una idea de la magnitud del déficit en las cuentas externas norteamericanas, basta mencionar que desde 1964 a 1971, las importaciones aumentaron en un 147% y las exportaciones en un 74%. Prosigue la máquina de hacer dólares hacia el exterior, permitiéndole a las empresas de ese país, realizar grandes inversiones en otras economías, en particular en las europeas, donde muchos empresarios estaban deseosos por hacer efectivos sus capitales vendiendo propiedades.
Con el objeto de que los dólares acumulados como reservas generasen intereses, los bancos centrales otorgaron a las empresas estadounidenses préstamos, los cuales le eran suministrados en libras, marcos, francos franceses, lira, florines, etc, es decir, en sus monedas nacionales. Tales préstamos permitían a las empresas norteamericanas realizar grandes inversiones.
Para 1971, el fenómeno descrito había adquirido tales dimensiones, que se hacía intolerable para los bancos centrales europeos, los cuales empezaban a considerar riesgoso acumular dólares indefinidamente, pues temían que el déficit en la balanza de pagos norteamericana terminaría por afectar la paridad del cambio de esa moneda.
En la práctica los EE UU estaba realizando un negocio por partida doble, por una parte estaba evitando su propia inflación interna y, por la otra, estaba adquiriendo enormes activos en otras naciones. El general Gaulle llegó a criticar duramente esta situación, la cual ilustró al aseverar: “Estados Unidos exporta su propia inflación…” Era evidente que algo muy grave estaba ocurriendo, cuando el mundo entero se apegaba a una moneda emitida por un gobierno que oficialmente la había desconocido. Por eso, el euro (Eurodólar) es una especie de hijo de los EE UU, comenzando su circulación el 1 de enero de 1999.
EE UU para el año fiscal del 2004, proyectó una deuda federal neta de $478 millones, y una deuda bruta de $ 8.1 trillones, que representa el 67,5% del Producto Interno Bruto. Motivo por el cual, el Senado de los Estados Unidos aprobó el 17 de marzo de 2006, un aumento del límite de la deuda federal cerca de 9 billones de dólares). Esto representa que cada uno del estadounidense debe $30.000 dólares.
Si los Estados Unidos importa más de lo que exporta, es porque consumen más de lo que producen, gastando un ingreso que no han ganado. Es así como el país más rico se alimenta del ahorro de los otros, incluido el de los países en vía de desarrollo, cuando estos llegan a pagar una parte de su deuda.
Esta situación de insolvencia de Estados Unidos es de vieja data, refleja la declinación de la hegemonía absoluta de Estados Unidos como potencia económica en el mundo capitalista y el surgimiento y consolidación de los países como China y Japón. Conclusión: EE UU se le reconoce como potencia económicamente en el mundo, por el chantaje de la amenaza de una guerra nuclear.
Países con mayor deuda externa mundial. Datos del 1 de enero de 2009 (miles de millones US$) 1 Estados Unidos 13,640 billones.(esto representa el 100% de su PIB) 2 Reino Unido 9,170. 3 Alemania 5,250. 4 Francia 5,002. 5 Países Bajos 2,470. 6 Italia 2,328. 7 España 2,313’ 8 Irlanda 2,312’9 Japón 2,231. 10 Luxemburgo 1,933. 11 Bélgica 1,354. 12 Suiza 1,305. 13 Austria 832.8. 14 Australia 770.3. 15 Canadá 762.2. 16 Hong Kong 659.9. 17 Suecia 617.6. 18 Dinamarca 585.1. 19 Noruega 558.5. 20 Grecia 504.6. 21 Portugal 484.7. 22 Rusia 483.5. 23 Corea del Sur 381.1 24 China 379.8.
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