Anoche, Walter Martínez, desde su programa Dossier nos entregó un material de antología. China, con su proverbial paciencia ancestral, se pronunció condenando el temerario aquelarre militar contra Libia que mediante un corredor de no vuelo, pretende poner en práctica el imperio con el apoyo de sus conspicuos guerreristas europeos. Y otro tanto hizo Rusia al demostrar con tecnología satelital que los “bombardeos” contra el pueblo libio por la fuerza aérea de Gadafi, es un burdo y falso montaje promovido con una brutal difusión por las usinas mediáticas mundiales.
Le decía a un amigo cuando empezó la crisis del Medio Oriente, y en eso me juego a Rosa Linda, que lo que estaba haciendo el imperio y sus lacayos contra Libia se les iba a revertir muy pronto. Porque el bombardeo de mentiras promovida por ellos con descomunal profusión se les iban a caer una por una. Y eso es precisamente lo que está ocurriendo en el candelero del Norte Africano y Oriente Medio. ¡La mentira tiene patas cortas!
Han quedado demostrado ante el mundo lo que son y de lo que son capaces: falsos, sibilinos, provocadores, arrogantes, criminales, cínicos, mentirosos y, lo más grave, creerse a estas alturas que todavía viven en el imaginario mundo que ‘cual estúpidos hombres blancos’ se soslayan una y otra vez en ese mundo virtual de creaciones cinematográficas.
En el planeta los recursos naturales son inevitablemente limitados y una minoría codiciosa y egoísta pretende, mediante guerras de agresión seguir ocupando, expoliando y acaparando todas esas riquezas para su exclusivo usufructo, y usarlo de forma irresponsable en prejuicio de la Madre Tierra y de los más vulnerables y excluidos.
Los EEUU, como primera potencia imperial del primer mundo a pesar de confesarse creyente y de creerse ungidos por la Providencia, es racista y siembra odio y separación de clases entre musulmanes, asiáticos, africanos, latinoamericanos…, y continuamente inventa falsos pretextos para invadirlos, someterlos militarmente y apoderarse de sus recursos naturales. Se creen que todavía los pueblos del mundo viven bajo la cavernaria conciencia del esclavismo dominador.
Estos señores de la guerra que ven a los terroristas por todos lados y si no los ven los inventan, trabajan bajo dos escenarios de guerra: el real y el virtual o mediático. Pero hoy por hoy su macabro cinismo ha tocado fondo, no tienen carburante para seguir imponiendo un modelo guerrerista expoliador que ya llegó a su fin.
Es triste, que a estas alturas estos señores de la guerra insistan en acabar con el planeta, so pretexto de satisfacer su descentrado individualismo y apetencias imperiales. El 80% de los pobladores del planeta, que en estos últimos 50 años ha elevado sus niveles de conciencia, no quieren seguir haciéndole coro a su falsa democracia.
La inercia del doble rasero y el cinismo a ultranza, ya no tiene el impulso de las décadas pasadas. Ese guión ya no les funciona. El individualismo y egoísmo, cual diáspora de mal agüero ha hecho mella negativamente en más de tres cuartas partes de la humanidad, pero por fortuna esa mala hiedra poco a poco retrocede ante el creciente despertar de las mentes colectivas, que consciente o inconscientemente, dan saltos cualitativos de conciencia hacia un estadio superior.
El USA-Imperio le hace la guerra a Irak, Afganistán y a Palestina-Franja de Gaza, en alianza con sus cancerberos sionistas, y buscan además de forma desaforada desestabilizar a los gobiernos progresistas de más de medio planeta. No miran a lo interno de su país, y ven con indiferencia que las barbas en remojo de su pueblo coge candela en su propio patio. El pueblo estadounidense despierta y quiere salir de ese mal sueño imperial en que lo sumieron por muchas décadas.
La raíz que ahora enfrenta toda la humanidad y que sucede en Venezuela y en todos lados, es el egoísmo. La causa de este egoísmo, dice un sabio oriental, es la ignorancia básica, la gran enfermedad que afecta a todos los seres humanos en la tierra. La ignorancia básica de saber quiénes somos en realidad…
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