Kadhafi no es santo de mi devoción, con sus 42 años en el poder y su compra —a Bush— de apoyo imperial en el 2003 (cuando vió que invadían a Irak), al precio de auto declararse terrorista arrepentido. Desde entonces no ha hecho más que comprar con petróleo el perdón de Occidente. Más que "león del desierto", es un camaleón del desierto.
En Libia, señores, existe una rebelión popular legítima contra ese régimen, la cual el gobierno venezolano (díganme ustedes por qué...) no para de poner en duda y pretende hacer pasar por otro montaje del imperio. Si en Libia no existiese una represión extrema (conocida desde hace tiempo) de la disidencia, esa teoría del complot gringo tendría validez.
Lo que ha hecho el imperio esta vez, es aprovechar la papayita que le ha puesto Kadhafi, al punto que ni siquiera tuvo el Tío Sam que molestarse en inventar la excusa.
A zamuro no se le pregunta si quiere carroña. Ahora estamos ante el infame espectáculo de la guerra, donde el gigante de siempre de nuevo aplasta por igual todo a su paso, y conquista los territorios más idóneos para sus exclusivos intereses. El mundo le pertenece, diríase, como "un gran campo de bolas criollas dónde hacer lo que le dé la gana." Qué humillante realidad.
En las noticias de la televisión francesa, Chávez aparece en forma intermitente al tiempo que hablan de Kadhafi. Sarkozy, por su parte, está jugando a pequeño Bush: fue él quien convenció a EEUU de pasar a la acción militar. Ya había incluso dado la orden —según acaban de informar— de despego a los aviones rumbo a Libia, ANTES de que dicha acción fuese aprobada por la ONU. Recuerden que el hijo de Kadhafi dijo hace dos días que Libia había financiado la campaña electoral de Sarkozy y que tenían todas las pruebas de los movimientos bancarios. El implicado Sarkozy, pues, parecía tener apuro en acabar con dichas pruebas.
Por su parte, Kadhafi está jugando, ante los bombardeos, a la desinformación mediática, haciendo parecer que las fuerzas de la OTAN están masacrando a la población civil. Es normal, entre iguales... Recordemos que aquí perro come perro: ni los misiles serán tan quirúrgicos ni las víctimas tan civiles.
Sepan también que en Francia hay manifestaciones populares contra esta intervención de la OTAN, y en especial contra la iniciativa de Sarkozy. En lo único que esta protesta espontánea se diferencia de la opinión de Chávez, es en que no apoya al gobierno libio (Chávez dijo que lo apoyaba hace dos semanas y aquí pasan y repasan el vídeo), y en que no pone en duda (como lo ha hecho Chávez reiteradamente) la legitimidad de la rebelión popular libia contra Kadhafi, la cual es para Chávez un nuevo montaje del imperio.
Aquí en Francia, la opinión popular defiende el derecho a la lucha por parte de esa masa disidente, y condena la intervención claramente predadora de la coalición extranjera. Me parece la posición más sensata. Pero Chávez no reconoce a esa masa disidente, dice que está infiltrada. Es su forma de apoyar a Kadhafi, forma por demás oblícua, la cual intenta "matizar" con un llamado a la no intervención.
La izquierda francesa no se traga ese menjurge, y recibe con asombro y tristeza la inconsistencia revolucionaria del líder latinoamericano. Me embarga el mismo sentimiento.
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