Las declaraciones del secretario general de La Organización de Naciones Unidas, son extremadamente cínicas y sin sentido. Mientras afirma que se dialoga con el gobierno de Israel y Bahrein, para llegar a un acuerdo de no agresión a la ciudadanía, justifica la creación de una zona de exclusión aérea en la nación Libia y los bombardeos para la protección de civiles. Es un verdadero disparate y una demostración que este organismo internacional obedece a los intereses exclusivos de la OTAN, no hay otra explicación, para demostrar tanta sangre fría ante la matanza que efectúan las fuerzas europeas y norteamericanas en ese territorio del norte de África. La posición de China y Rusia, demuestran su apego a la condición de utilizar la ramplonería internacional.
Indiscutiblemente, que no quedan dudas. Las denominadas potencias del mundo, decidieron reconocer la supremacía del gendarme mayor que ha venido aterrorizando al planeta durante décadas y décadas. La lección más traumática que recibió el gobierno imperial de los Estados Unidos, fue la derrota infringida por el pueblo del Vietnam al ejercito norteamericano, los vencieron y todavía no se han recuperado, fue un duro golpe a la temida fuerza estadounidense. Los países europeos aliados a los desmanes del pentágono y la CIA, solo aspiran una tajada de lo que obtenga el gigante del norte. El bombardeo a Libia, es un escenario bien calculado, se trata de crear todo el cuadro territorial en el planeta para demostrar quien es el más poderoso, tomar las riquezas naturales de los países del sur y recomponer la economía tan golpeada de los estados unidos. Pero sobre todo, la estrategia fundamental es ir neutralizando a los aliados de la Revolución Bolivariana y crear el marco geopolítico para intervenir en Venezuela. Nuestro país, es desde el punto de vista del tiempo y la distancia, el mejor ubicado geográficamente para asegurar de manera más expedita, la energía necesaria para los yankys.
Es injustificable desde cualquier punto de vista el ataque a un pueblo de un poco más de seis millones de habitantes como Libia, pero que tiene sus propias formas de gobierno y una cultura definida que ha roto con las imposiciones de las potencias occidentales. Hoy, para los que tratan de repartirse el mundo nuevamente, pero sin enfrentarse entre ellos, buscan justificar sus acciones terroristas, hablando de dictaduras y sometimiento a los civiles. Ese problema de ser verdad, debe ser resuelto por los mismos libios y los otros países árabes. Por ningún motivo se justifica la violación de las soberanías de los pueblos, el asesinato de niños, ancianos, mujeres y jóvenes. Se está repitiendo el formato de lo que hizo el gobierno de los Estados Unidos, en Afganistán, Irak y ahora en Libia. Llama la atención, que ante la represión desatada en otras naciones árabes, aliadas al gobierno gringo, su conducta ha sido el silencio y la aceptación. Es la repetición de políticas intervencionistas aplicadas en varias épocas y territorios.
La paz mundial y el respeto a la independencia nacional de cualquier nación, debe ser el clamor masivo en todo el planeta, la solución a los problemas se logra con el diálogo y la tolerancia, nunca la guerra imperialista ha sido elemento para mejorar la vida de los seres humanos. Siempre el esquema del dominio y la explotación de los pueblos imponen el uso de las fuerzas militares con superioridad en armas y tecnología. Pero no siempre triunfa el más fuerte, Vietnam es el ejemplo del siglo XX, pero hoy, en Irak y Afganistán se libran cruentos combates entre los invasores norteamericanos y europeos y los rebeldes nacionalistas. Se demuestra, una vez más que la resistencia popular es la vía para enfrentar una fuerza militar tan moderna, fuerte y equipada como las que invaden y tratan de acabar con la cultura oriental árabe y los movimientos revolucionarios, que tienen incluso poder político.
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