Pero cada día son más
quienes se despegan del “Matrix” imperial y logran entender rápidamente
que detrás de los anuncios banales de la prensa privada se pretende
ocultar más información de la que se rebelan. Sólo ingenuos y entupidos
nunca se preguntarían o cuestionarían nada sobre la historia oficial
del famoso villano. Así lo dispuso el Dios mercado, dicen por allí.
Menos aun se preguntarían sobre los benefactores de su muerte. Barak
Obama les dijo que la historia no es importante; que habría que olvidarse
de ella. Esa idea la comparte toda la derecha mundial. Según el representante
del imperio, Obama, “todas las personas debemos confiar en que los
“buenos” de la película siempre ganan y la paz reinará algún
día”.
Lo cierto es que asistimos
a una nueva estafa fílmica de gran magnitud, acompañada de un concierto
de mentiras, banalidades mediáticas para formar reflejos condicionados
y gente estúpida desmovilizada. Pretenden que nadie piense más de
lo que ellos quieren y crean conveniente pensar. Quienes piensan demás
se convierten también en villanos.
Sólo quienes no estén
contaminados por la prensa privada, pero también idiotizado por el
sueño americano, las drogas, la sociedad de consumo (la “cultura”
del capital, el “Matrix”) pueden hoy reflexionar y hacerse ciertas
preguntas no muy difíciles de responder ¿Cómo un miembro de la multimillonaria
familia Ben Laden, con históricos nexos económicos (negocio) con la
familia Bush, pudo haberse transformado en el malo de la película?
¿En qué momento lo hace y Por qué? Al caer la URSS ¿No fue acaso
el fundamentalismo islámico su mejor reemplazo? ¿No fue acaso
Arabia Saudita, histórico aliado de Occidente, quiénes lo promovieron?
Si varios informes del senado norteamericano admitían que Osama trabajó
para la CIA en Afganistán contra la URSS ¿En qué momento dejó de
hacerlo? ¿Pudo Osama haber seguido trabajando para ellos como agente
doble? ¿Pudo Osama Ben Laden, desde Afganistán, organizar los atentados
del 9/11 del 2001 en los Estado Unidos burlándose de todos los sistemas
de seguridad del imperio? ¿A quién convenían esos atentando? ¿Podía
el imperialismo haber iniciado la guerra de ocupación contra Afganistán
e Irak, y en toda la región, sin enfrentar la oposición de la opinión
pública norteamericana y europea? ¿Acaso los atentado del 9/11 no
fue el justificativo perfecto? ¿Pudo haber sido reelecto Bush en el
2004 cuando arrastraba un fraude electoral e iniciaba su infame y criminal
guerra de ocupación? ¿Por qué Osama nunca admitió su responsabilidad
en esos atentados? ¿Con qué recursos se alimenta el Complejo Militar
Industrial (CMI) de ese país? ¿Por qué lo “matan” y se desasen
de su cuerpo arrojándolo al mar? ¿No conviene acaso mantener ese trofeo
para mostrarlo al mundo? ¿Por qué Obama subió en las encuestas como
candidato a la reelección? ¿A quién beneficia su muerte? ¿Por qué
“muerto el perro no se acaba la rabia” y las guerras de ocupación
continúan en todo el mundo árabe? Y así muchas más preguntas.
No es banal decir que
Osama Ben Laden es otra mercancía del capitalismo. También debe su
origen a la crisis misma del capitalismo. Si, Osama es producto de la
crisis (económica y moral) de un modelo que, como sabemos, había comenzado
a desplomarse. El imperialismo tiene en la guerra su verdad revelada,
su forma económica de subsistencia.
El imperialismo ha entrado
en una fase política aun más cínica y fascista donde por medio de
las guerras y el saqueo de los pueblos tratará de compensar su inviable
modelo económico. La crisis del capital es estructural.
Hoy los “villanos” a los que enfrenta el imperialismo no son individuos nacidos de sus entrañas, sino pueblos completos surgidos de la periferia capitalista.
basemtch@gmail.com