Al ser consultada
sobre la acción contra Bin Laden, a lo que se suman casos como el de
Libia, convierten a Obama en el gran líder y presidente de guerra,
expresó que “paradójicamente es una buena definición para Obama
“presidente de guerra”, y digo esto porque detenta (sin méritos)
un Nóbel de la Paz. Obama ha manejado un discurso a la inversa, hace
la guerra para lograr la paz, no se pasea por conceptos claves como
el diálogo, la conciliación, entre otros. Estados Unidos ha manejado
desde siempre una política exterior (solapada) de violencia para imponer
su poder en el mundo, directa o indirectamente”.
-
¿La muerte de Osama le asegura la reelección al mandatario norteamericano,
pues debemos recordar que ha bajando su popularidad?
-Ese es precisamente
uno de los motivos por el que particularmente pienso que el domingo
pasado se oficializó la muerte de Bin Laden, pero que era un hecho
consumado con mucha anticipación. Desde que asumió la presidencia,
Obama no ha tenido un panorama político, económico y social positivo,
ha tenido que hacer frente a una de las más importantes crisis del
capitalismo con sus consecuentes reacciones sociales, todo ello ha repercutido
negativamente en la popularidad del mandatario estadounidense y en consecuencia
a la posibilidad de reelección presidencial. Por ello, Obama necesitaba
un hecho contundente que le asegurara entrar a la contienda electoral.
-
¿Cuál es la reflexión que podemos sacar de eso?
- Son muchas las reflexiones, fíjate a Bin Laden lo matan (supuestamente) en Pakistán no en Afganistán país al que invadió Estados Unidos justificado en la búsqueda de Bin Laden y miembros de Al Qaeda, de ello se desprenden dos elementos: primero, Estados Unidos agradeció la colaboración del Gobierno de Pakistán por la ayuda prestada para lograr dar con el paradero de Bin Laden, si a éste ultimo lo hubiesen encontrado aquí en Venezuela, la lectura que le hubiesen dado al hecho evidentemente apuntaría a que el Gobierno Nacional lo estaba protegiendo; y por otro lado, oficializada la baja del líder de Al Qaeda pierde aún más sentido la presencia militar de Estados Unidos en Afganistán y en la región. Quizá lo más lamentable de todo es la cantidad de bajas civiles por “daños colaterales” que ha dejado la intervención en Afganistán.
Cabe destacar
que Bin Laden, quien se había convertido en la cara de la militancia
islamista ya que fue el cerebro de los ataques de las Torres Gemelas
de Nueva York del 11 de septiembre del 2001 en el que fallecieron miles
de personas, se convirtió en la persona más buscada, pero ni la posterior
invasión de Afganistán llevó a su detención ni se llegó a ninguna
certeza sobre su paradero hasta una década después: el 1 de mayo de
2011, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció que
el líder de Al Qaeda había sido muerto en una operación llevada por
comandos militares estadounidenses en una residencia en las afueras
de la ciudad de Abbottabad, en Pakistán.
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