Por lo tanto, todo parecía listo para que la “Generación Tahrir”, nombre emblemático que simboliza la revolución en Egipto, consecutiva de la de Túnez, alcanzara el otro lado de la orilla mediterránea.
15 de mayo, la indignación baja a la calle
Y se produjo el hecho: el 15 de mayo de 2011 quedará grabado en la
historia. Después de la manifestación convocada por el movimiento
recientemente constituido Democracia Real Ya, centenares de
participantes inspirados por la ocupación histórica de la plaza Tahrir,
de El Cairo |2|,
decidieron actuar y ocuparon la plaza central de la Puerta del Sol en
Madrid. Fueron desalojados pero lo único que consiguió la acción
policial fue reforzar el fenómeno y en pocas horas los “indignados”
ocupaban espacios públicos de todo el país, gritando en plena campaña
electoral “Ya no nos representan”, o “Lo llaman democracia y no lo es”.
En ese momento el movimiento popular se tornaba aún más numeroso en
la Puerta del Sol, se instalaban tiendas de campaña, se formaba una
acampada, y así nació el emblema de “acampadasol”. Rápidamente otras
ciudades siguieron sus pasos, y de pronto las plazas públicas de más de
cincuenta ciudades de España se encontraron ocupadas. A pesar de que los
participantes fueron ignorados y desacreditados por los medios de
comunicación, como peligrosos provocadores de disturbios, unas veces
tildados de hippies, otras veces de violentos anarquistas, el movimiento
se ampliaba, se arraigaba, y se organizaba.
La efervescencia, la exaltación y la motivación de un pueblo
demasiado tiempo resignado llegaba a su culminación y el movimiento
Democracia Real Ya se encontró desbordado por la amplitud de los
acontecimientos. Cada “acampada”, en cada plaza, de cada ciudad o pueblo
es independiente y se organiza mediante asambleas generales y múltiples
comisiones (logística, acción, educación, economía, internacional,
prensa, difusión, entre otras). Las manifestaciones o acciones son
cotidianas. El clamor social se extendió con fuerza y su potencial pone
la piel de gallina.
Como siempre, cuando se producen movilizaciones sociales
importantes, la concienciación de los participantes se contagia
rápidamente sorprendiendo al ciudadano incrédulo. Corrupción, democracia
real, ley electoral, justicia fiscal, endeudamiento… casi todo es
tratado y discutido, las informaciones y los conocimientos se transmiten
tanto a través de incesantes reuniones como de Internet. Todo esto
reafirma los motivos para la acción. Más necesario que nunca, el
movimiento se refuerza día tras día.
Las movilizaciones se mantuvieron a pesar de la prohibición emitida
por el Gobierno, en la víspera —día de reflexión— de las elecciones
municipales y autonómicas del 22 de mayo. En estos comicios la oposición
de derecha, el Partido Popular (PP), obtuvo una aplastante victoria
(37,5% para las municipales). Sin embargo, es importante relativizar los
resultados, puesto que la suma de la abstención, el voto en blanco, y
el nulo fue superior a los votos obtenidos por el PP. Si comparamos el
número de votos escrutados a favor del PP con la cantidad de electores
inscritos, el resultado del PP se reduce al 24,4%, frente a una
abstención del 33,7%. |3|
Cada “acampada” elabora lo más democráticamente posible, no sin
dificultad, su dossier de reivindicaciones. Todas estas exigencias
políticas son más o menos similares, y a veces se nota una buena dosis
de radicalidad.
La cuestión de la auditoria de la deuda se plantea en Sevilla, en la asamblea de Logroño |4|,
como en el seno de la comisión económica de Madrid y de Barcelona. A
menudo se menciona la necesaria nacionalización de los bancos, la
interdicción de los paraísos fiscales o la escandalosa impunidad de los
políticos corruptos... aunque la lista de las reivindicaciones es larga y
constantemente mejorada.
El aprendizaje de la democracia es tedioso, y todo el mundo es
consciente de que un movimiento así debe perdurar para concretar sus
objetivos y transformarse en victoria. Tan sólo es el comienzo de una
larga lucha que se internacionaliza. Ya desde el 25 de mayo, decenas de
miles de manifestantes en más de 20 ciudades griegas se movilizaron con
el mismo modo de acción que los indignados españoles, el movimiento no
paraba de ampliarse, y rápidamente se expandió a unas sesenta ciudades;
las asambleas populares se repetían delante del parlamento de Atenas,
que fue bloqueado varias veces por los manifestantes. De momento, sin
comparación alguna, otras iniciativas similares tienen lugar en varios
países y aunque la policía desaloja los campamentos, las asambleas
populares continúan en las plazas públicas de Francia, Bélgica,
Portugal |5|, y otros países.
El 27 de mayo, la policía catalana, bajo el pretexto de limpiar la plaza para la celebración de la Liga española de fútbol prevista para el día siguiente, desalojó violentamente “Plaça Cataluyna”. Las placas de identificación disimuladas bajo las chaquetas antibalas de los policías catalanes (“Mossos d’esquadra”) les permitieron actuar con total impunidad. El resultado será de más de 100 heridos y decenas de detenidos. Todo quedó requisado, material informático incluido. En respuesta, los manifestantes afluyeron pacíficamente de todos los barrios de Barcelona para tomar “su plaza”. “¡Felipe PuigF |6|, dimisión!” será entonces el lema coreado casi continuamente. Es, a pesar de todo, una victoria: la violencia le ha quitado toda credibilidad al gobierno catalán, los indignados siguen con la ocupación de la plaza y el día acaba con una manifestación de varias decenas de miles de personas contra los recortes en el presupuesto de sanidad o de educación. El campamento de Lérida, otra gran ciudad catalana, fue igualmente desalojado.
La mayoría de las ciudades decidieron levantar las acampadas unas tras otras, para descentralizar el movimiento por medio de las asambleas en los barrios y reforzar la participación local, decisión que incumbe a cada asamblea general. Un “punto de información” subsiste a veces, como es el caso de Madrid, para divulgar la información proveniente de las distintas comisiones o barrios para el ciudadano. Los días 4 y 5 de junio, representantes de más de 53 ciudades convergieron en la capital para exponer y debatir, durante el primer encuentro “inter-acampada”, las ideas y propuestas vinculadas en las asambleas de barrio, la evolución y las acciones del movimiento. Durante este encuentro se acordó que la movilización durante la investidura de los alcaldes, concejales municipales y diputados regionales fuera muy fuerte. Tal fue el caso de los manifestantes, el 9 de junio en Valencia, que se reunieron frente a “les Corts” (parlamento autonómico) para denunciar la corrupción de los nuevos elegidos, pero sufrieron una carga policial que ocasionó varios heridos, incluyendo el diputado Juan Ponce (del partido Compromís), y cinco detenidos. Al día siguiente tuvo lugar una cacerolada delante del ayuntamiento.
El 15 de junio en Barcelona, justo un mes después del principio del movimiento, los manifestantes intentaron rodear el parlamento, obligando el presidente de la Generalitat |7|, Artur Mas, y a la presidenta del parlamento, Núria de Gispert a llegar en helicóptero a la cámara catalana donde estaban siendo debatidos los recortes presupuestarios. Artur Mas evocó un “uso legítimo de la fuerza” para hacer frente al “caos” que terminó con numerosos heridos. Respecto a Núria de Gispert, sin dudar, proclamó : “No nos merecemos este atentado a la democracia”. Fue la ocasión soñada de quitarle credibilidad al movimiento por su supuesta violencia...
19 de junio, demostración de una fuerza popular y pacífica
El 19 de junio de 2011 es otra fecha que quedará marcada en la historia de los movimientos sociales. El pueblo, de nuevo unido y pacifico, “tomó la calle” en numerosas ciudades de aproximadamente 35 países del mundo repartidos en distintos continentes, para reclamar enérgicamente una verdadera democracia, acompañada de una justicia digna de su nombre, capaz de castigar a los políticos corruptos, juzgar a los responsables de la crisis y hacerles pagar el coste. De Rabat a Bruselas, de Lisboa a Atenas, como en unas sesenta ciudades españolas, la indignación llegaba a su punto culminante.
En España, la movilización parecía estar por encima de las
esperanzas, ya que desde ciudades y barrios numerosas columnas de
manifestantes convergían hacia las capitales y las grandes ciudades,
originando efusiones de alegría en sus encuentros. Por la tarde,
Barcelona y Valencia tomaron el relevo para llenar las calles. Pero por
encima de la indignación que se incubaba desde hacía mucho tiempo, es el
surgimiento de un nuevo tipo de rebelión social a la que se deben
enfrentar los encargados del orden político. Un movimiento social sin
precedentes que reivindica la no violencia, sin etiqueta de partidos, y
que quiere mostrar que es posible acabar con un sistema no-democrático y
corrupto, intrínsecamente generador de desigualdad y de pobreza.
El desafío es enorme para un movimiento que, ambiciosamente, se
autoproclamó desde el principio como la Spanish revolution. Es cierto
que el camino es largo y que no basta con proclamar la revolución para
vivirla. Sin embargo, después de más de dos meses del comienzo de este
movimiento histórico, es obvio que lleva por dentro una esencia
revolucionaria: un cambio radical en la misma manera de proceder y de
llevar la lucha. Las asambleas se expanden por los barrios y el
movimiento es parte activa en las acciones locales: como por ejemplo
para respaldar a los inquilinos amenazado de expulsión, o para conseguir
otra gestión del dinero público en favor de los barrios en lugar de
grandes eventos, como la Formula 1 en Valencia, etc. Esta competición
cuesta una fortuna al contribuyente, que finalmente aprovecha poco o
casi nada, y emite una cantidad descomunal de gases de efecto
invernadero que realmente no nos es necesario —se organizaron tres días
de movilización durante la realización de la F1 de Valencia, los días
24, 25 y 26 de junio—.
La victoria social del 19 de junio de 2011 consistió en lograr
desmontar el discurso mediático dominante que denunciaba el presunto
carácter violento de los manifestantes, donde sólo se veía la violencia
policial, infiltrada o no, o la de algunos individuos no representativos
del movimiento. Esta estrategia, bien conocida del poder político y de
los medios de comunicación a sus órdenes, utilizada con el fin de
fracturar el movimiento, siempre se repite cuando se pone en peligro el
sistema. Esto permite dividir el movimiento entre pseudoviolentos y
no-violentos, y sobre todo generar un debate publico con el objetivo de
eludir la verdadera cuestión de la violencia extrema y cotidiana, la que
es intrínseca al propio sistema capitalista, la que no duda en reprimir
a los ciudadanos que ejercen su derecho a manifestarse pacíficamente,
esta violencia que condena a la miseria a la mayoría de la población,
mientras una pequeña minoría sigue beneficiándose en tiempos de crisis.
Pero en este 19 de junio, la diatriba mediática de los políticos
denunciando actos bárbaros dañando a la “democracia” fue aniquilada por
un levantamiento popular de mucha importancia; las masas tomaron las
calles de manera pacifica, controlando las posibles infiltraciones de
policías de civil. La violencia, última arma del poder político para
romper cualquier movimiento social, parece descartada, al menos por el
momento.
Mientras muchos apostaron por un agotamiento y la falta de
perspectivas a largo plazo del movimiento, esta demostración de fuerza
del 19 de junio refuerza la idea de un movimiento que perdurará,
portador de profundas reivindicaciones, a la cabeza de las cuales figura
la denuncia del pacto del euro, verdadera “contrarrevolución
silenciosa”, totalmente ocultada por los medios de comunicación
dominantes.
Un día después de la manifestación, el 20 de junio, un grupo de
personas partieron de Valencia hacia Madrid, para una marcha de 500 Km.
Durante los 34 días de recorrido, los participantes visitaron numerosos
pueblos donde explicaron en qué consiste el movimiento del 15 de mayo
(15M) y participaron en cada etapa en las respectivas asambleas
populares. En el camino, varios puntos de encuentro habían sido
previstos para las otras marchas que partieron desde Barcelona, Vigo,
Pontevedra, Orense, Santiago, Cádiz,... y que convergieron el 23 de
julio en Madrid. Se perfiló un calendario de movilizaciones, con una
fecha principal: la del 15 de octubre, día de movilización
internacional.
El movimiento tan solo empieza, el pueblo quiere una democracia real, ¡el poder para el pueblo ya!
Traducción: Alba Moreira, Jérôme Gonzalez
Notas
|1| Léase el manifiesto de Juventud sin Futuro : http://www.juventudsinfuturo.net/se...
|2| Después de 18 días de rebelión, el movimiento revolucionario egipcio logro derrotar al dictador Mubarak, quien dimitió el 11 de febrero, y entregó el poder al ejercito de Egipto.
|3| Véase los resultados publicados por El País, http://resultados.elpais.com/elecci...
|4| Noticia de Europa Press del 16 de junio 2010: 15M-. Asamblea Logroño exige un referéndum vinculante ante "un eventual rescate", http://www.europapress.es/la-rioja/...
|5| El campamento de la plaza Rossio de Lisboa fue desalojado por la policía el 4 de junio de 2011.
|6| elip Puig es consejero de Interior en el gobierno catalán y responsable de la violencia en el intento de expulsión.
|7| La Generalitat es el sistema institucional en que se organiza políticamente el autogobierno de Catalunya, que comprende el Parlamento, la Presidencia y el Consejo ejecutivo del gobierno de esta comunidad autónoma. Artur Mas fue elegido presidente de Catalunya. Sin embargo, su partido, Convergencia y Unión (Convergéncia i Unió en catalán), en siglas CiU, sólo recibió el apoyo del 14.9 % del electorado. Léase ¿Quién es antidemocrático ?, Vicenç Navarro, junio de 2011, http://www.vnavarro.org/?p=5832