Naciones árabes y musulmanas con petróleo: prepárense para ser divididas y conquistadas en la operación "bombardeo y bombeo"

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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El cantante folclórico norteamericano James McMurtry compuso la canción “God Bless America” (Dios Bendiga a Estados Unidos) que contiene la siguiente estrofa:

 “Negotiation’s just no fun             “Negociar no es ninguna diversión

And it don’t serve our interests none           Y no sirve a ninguno de nuestros intereses

Gonna turn up the heat till it comes to a boil                Vamos a aumentar el fuego hasta que hierva

So we can go get that Arab oil.”              Así podremos ir y tomar ese arábigo petróleo.”

 Los árabes tienen un dicho que Alá los bendijo dándoles el 70 por ciento del petróleo del mundo. Agréguese a Indonesia, rica en petróleo, la nación más populosa del mundo y el porcentaje de petróleo en manos de naciones musulmanas aumenta aun más.  Y es precisamente por este hecho que los países árabes y aquellos con grandes poblaciones musulmanas, incluyendo a Indonesia y Nigeria, es lo que tiene a Occidente –incluyendo a Israel sionista—atizando las llamas de la secesión, la violencia étnica y las rebeliones a través del mundo musulmán.  

Para las naciones como Indonesia que ya ha visto a Timor Oriental ganar la independencia, nación que Indonesia invadió y anexó el año 1975 con un gesto de asentimiento de parte del Secretario de Estado Henry Kissinger, preguntándose ¿qué tendrá reservado Occidente para la nación musulmana más populosa del mundo?  Indonesia ha sido testigo de la ocupación y división de facto de Irak entre Shia, Sunni y los microestados kurdos por parte de Occidente.  La agresión de la OTAN contra Libia y la división de hecho del oriente y occidente libio; la secesión de Sudán del Sur que no es árabe de Sudán del Norte que es principalmente árabe; la “revolución contra el régimen de Bashar al Assad en Siria con la minoría kurda jugando un rol importante en la rebelión; en Yemen una rebelión sureña y de los Shia, además del constante apoyo occidental a los grupos étnicos iraníes en rebelión, como ser los Baluchis, Kurdos, Azeris y Árabes.

 Indonesia rica en petróleo y gas cubre 1700 islas y cuenta solo con tres fronteras terrestres con otras naciones: Malasia, Timor Oriental y Papúa Nueva Guinea.  La capacidad de Indonesia para protegerse de la desestabilización inducida desde el exterior como sucede en Libia, Siria, Sudán, Irak, Somalia, Irán y también Paquistán y Afganistán con su neurálgico oleoducto, tiene ahora la preocupación que los ruidosos grupos extremistas islámicos y movimientos separatistas del norte de Sumatra hasta el occidente de Papúa, podrían estar recibiendo órdenes de avanzar de parte de los mismos intereses globalistas que promueven la desestabilización en el Norte de África, el Medio Oriente y Paquistán.  

Cuando el presidente anti-imperialista Sukarno era el líder de Indonesia, la CIA atizó una serie de rebeliones contra él antes de tener éxito en derrocarlo en medio de un sangriento golpe de estado encabezado por Suharto, jefe del ejército y sus patrones de la CIA falsamente acusaron al Partido Comunista de Indonesia, PCI como el grupo responsable de la ejecución de seis generales indonesios, sin embargo, esta operación con bandera falsa fue solo la excusa para lanzar un golpe de estado contra Sukarno.  Durante la década de los 50 la CIA atizó los movimientos secesionistas en Sumatra, las Molucas, las Célebes (Sulawesi) y el Borneo indonesio.  El presidente J.F. Kennedy canceló las operaciones de la CIA restableciendo relaciones amistosas con Yakarta.  No obstante, el asesinato de Kennedy en 1963 le abrió la puerta a la CIA para reiniciar las operaciones encubiertas contra Sukarno las cuales finalmente tuvieron éxito a fines de 1965.

 De paso debemos mencionar que uno de aquellos que contribuyó al golpe de estado y en las operaciones de limpieza durante los meses que siguieron al golpe, fue el Tte.Coronel Lolo Soetoro sacado de su entrenamiento con la CIA en el Centro Oriente-Occidente de la Universidad de Hawaii, quien contrajo matrimonio con la madre de Barack Obama, Stanley Ann Dunham, antes de ser llamado a servicio activo para ayudar en el golpe de estado de Suharto en el mes de mayo de 1965.  Soetoro adoptó a Barack Obama y él y su madre se trasladaron a Yakarta en 1967.  

Con los grupos radicales musulmanes ganando más influencia en Indonesia, la que históricamente ha adoptado los cinco principios conocidos como la “Pancasila” como su ideología fundacional:

 
  1. Creencia en un solo y único dios
  2. Humanidad justa y civilizada
  3. La unidad de Indonesia
  4. Democracia guiada por la sabiduría interna en unanimidad emergiendo de las deliberaciones entre representantes y Justicia social para todo el pueblo de Indonesia
 Estos principios son más de naturaleza hindú que islámica.  Indonesia es una nación donde islámicos, hindúes, budistas, católicos y protestantes han convivido amigablemente durante décadas desde la independencia.  No obstante, está emergiendo un islamismo fundamentalista opuesto a la sociedad secular indonesa junto con una reedición de las actividades separatistas en Acech en Sumatra y Papúa Occidental que parecieran imitar las acciones desestabilizadoras llevadas a cabo por organizaciones no gubernamentales (ONG) vinculadas con la CIA desde Irán y Paquistán pasando por Libia y Sudán.  Por esta razón Yakarta tiene motivos para estar preocupada.  

Igual como en Turquía, Túnez y Egipto, el gobierno de Obama trabajando coordinadamente con el embajador norteamericano en Indonesia, Scot Marciel, está promoviendo la noción de un partido islamista moderado para Indonesia, el Partido de la Justicia Próspera, (PKS) abocado a establecer un estado islámico en el país.  La teoría esgrimida por los intervencionistas norteamericanos es que los partidos islamistas radicales y los actuales partidos moderados, se están desplazando hacia el radicalismo con la meta final de convertir Indonesia en un estado radical islámico.

 En el pasado, Obama y su familia, vinculados con la CIA y sus operaciones encubiertas en Indonesia, trató de derrocar al gobierno de Sukarno que se creía en Washington trataba de convertir Indonesia en un “estado comunista,” hoy en día tienen un extraño eco las acusaciones en el sentido que los islamistas quieren convertir a Indonesia en un “estado islámico.”  El mismo viejo juego de la CIA con un cambio de nombres en la amenaza.  El gobierno de Obama y sus burócratas neoconservadores que manejan la política exterior, han hecho acusaciones de amenazas “islamistas” con relación al Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de orientación islámica en Turquía, el partido Ennahda en Túnez y el Partido Libertad y Justicia en Egipto.  Muchas de las acusaciones en torno a la “amenaza” islámica emanan de los grupos de expertos financiados por judíos israelíes y norteamericanos y otras operaciones de lavado político en Washington.  En Indonesia estos estudiosos pro israelíes contribuyen a envenenar las relaciones de Indonesia con Estados Unidos, las cuales nunca han gozado de mucha confianza, sobre todo desde que la CIA organizó el golpe de estado contra Sukarno en 1965.  

Queda claro qué clase de juego está haciendo Obama en su natal Indonesia.  Sus consejeros en seguridad nacional están haciendo correr la voz que un nuevo Al Kaida –que se supone más grande y más malo que el antiguo—pero que de cualquier modo siempre controlado por la CIA y sus aliados del Mossad, pronto emergerá en Indonesia, en la región de Pattani de Tailandia y en Mindanao en las Filipinas.  Todos estos países bordean el Mar del Sur de China, donde las naciones de la región, especialmente China, hacen esfuerzos por controlar los recursos energéticos en zonas marítimas de soberanía en disputa.  Qué mejor oportunidad para Estados Unidos para entrometerse en los asuntos de la región que reinventar la amenaza de un nuevo “Al Kaida.”  Se trata del mismo escenario que se ha estrenado en Irak, Afganistán, Libia y Sudán, primero viene la desestabilización y luego vienen las petroleras occidentales a aprovecharse del vacío de poder político.

 Para los pueblos del Sudeste Asiático que han presenciado los crímenes de Estados Unidos cometidos contra Vietnam, Cambodia, Laos, las Filipinas, Timor Oriental e Indonesia, las escenas televisadas desde Trípoli, Damasco, Aleppo, Kabul, El Cairo, Mogadishu, Sanaá y Bagdad no tienen nada de tranquilizadoras.-   
 

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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