Los viejos
pretextos “preventivos” y “antiterroristas” que justificaron
las guerras imperiales contra Afganistán e Irak no permitían mayores
márgenes de acción y de engaño que permitan emprender las nuevas
misiones militares neo-colonizadoras contra aquellos países que de
hecho habían colaborado con Occidente en su llamada “lucha contra
el terrorismo”. La opinión pública mundial esta vez tenía que ser
moldeada a las nuevas necesidades imperiales y condiciones de los países
victimas. El nuevo pretexto de “guerras humanitarias” y de “responsabilidad
de proteger” a civiles vino a llenar el vacío retórico que subyace
en las llamadas “guerras preventivas” para adelantarse a reacción
contraria de la opinión pública mundial por la agresión contra un
país, como es el Libia, que hasta hace poco era considerado tanto por
la administración W. Bush y la actual de Obama como “amigo en la
lucha contra el terrorismo”. Una vez más la arrogancia de los poderes
fácticos mundiales le demostraban al mundo que el capital no posee
amigos sino sólo intereses. Asemejan pirañas depredadoras capaces
de devorarse entre ellas mismas, y a cualquiera, a la menor muestra
de debilidad.
Las “guerras
humanitarias” bautizadas por la administración Obama no vienen para
sustituir el viejo formato intervencionista de guerras infinitas o guerras
“preventivas” de su predecesor W. Bush, sino para adaptarse
al nuevo contexto político internacional e interno “espiritual”
del que surge la nueva administración Obama, y las particularidades
propias de Libia. Obama pretende rescatar la retórica fundamentalista
del “destino manifiesto” que sustituyó el pragmatismo belicista
de la administración W. Bush. Esta vez el “destino manifiesto”
aplicado más allá del continente americano.
“El destino
manifiesto del pueblo americano es extenderse por el continente, tal
como le fue asignado por la providencia a fin de permitir el libre desarrollo
de nuestra población”. (Howard Zinn, 1999 La otra historia
de los Estados Unidos)
El “merito” de Obama es haber transformado la vieja retórica de W. Bush en otra mediaticamente más efectiva.
(*) Centro de Saberes Africanos
basemtch@gmail.com