No es de sabios
saber que la AECID, desde su fundación en 1988, ha centrado
concretamente su intervención en los países donde España históricamente ha
tenido mayor influencia, y dónde actualmente las empresas multinacionales
españolas, como REPSOL-YPF, BANCO SANTANDER, TELEFONICA, ENDESA, IBERDROLA,
entre otras, tienen fuerte intromisión.
¿La Agencia Española de Cooperación Internacional por el Desarrollo (AECID) es
un organismo que sirve para combatir la pobreza al mundo? Posiblemente si al
subvencionar proyectos de algunas Organizaciones No Gubernamentales por el
Desarrollo (ONGD) con buenas intenciones, pero aún así las verdades no son
absolutas y se puede ver si nos hacemos otras preguntas. ¿Por qué justamente la
AECID que interviene en un número general de 50 países financia proyectos en
unos estados y no en otros con mayores necesidades? O más concretamente, ¿por
qué justamente las prioridades geográficas (ver mapa) del Plan Director
2009-2012 que dicta donde subvencionar proyectos la AECID se centra en toda la
región de América Latina, el norte de África y el Sahara, excolonias
portuguesas como Angola y Mozambique donde Portugal pierde su injerencia, y países
asiáticos de antiguo dominio español como Filipinas?[1]
No es de sabios saber que la AECID, desde su fundación en 1988, ha centrado
concretamente su intervención en los países donde España históricamente ha
tenido mayor influencia, y dónde actualmente las empresas multinacionales
españolas, como REPSOL-YPF, BANCO SANTANDER, TELEFONICA, ENDESA, IBERDROLA,
entre otras, tienen fuerte intromisión. Aún así, haciendo un juego a dos
bandas, España pacta con estados para financiar proyectos bilaterales, en temas
como salud, educación e infraestructura, o indirectamente mediante ONGDs, a
cambio de obtener sus multinacionales mercados externos, siguiendo vendiendo con
plenas falacias el modelo de cooperación como imagen humanitaria y no como
estrategia corporativa.
El asistencialismo corporativo
La AECID, el pasado mes de diciembre, cuando todavía era gestionada por
personalidades del Partido “Socialista” “Obrero” Español, confirmó la
aprobación de la financiación de casi 150.000 euros para la Fundación REPSOL
por un proyecto titulado “El
fortalecimiento de los emprendimientos económicos y sociales de las comunidades
en zona de influencia de la operación de REPSOL YPF en la Amazonía ecuatoriana”.[3]
La estrategia es sencilla. Un proyecto financiado con dinero público, que son
parte de los impuestos de los trabajadores del estado español, en lugar de
buscar el máximo impacto social posible contra la pobreza, un acto posiblemente
considerado de internacionalismo solidario, se dirige al máximo impacto publicitario
a favor de la multinacional REPSOL, empresa que tiene 4.500 millones de euros
de beneficios anuales.
Actualmente con los Procesos de Cambio existentes en América Latina con
gobiernos de izquierda como Venezuela, Bolivia, Nicaragua, o el Ecuador –
integrantes de La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA)
junto con Cuba – los movimientos sociales de los grupos sociales excluidos
históricamente, como los indígenas, campesinos o actores de las zonas
suburbanas – y no una clase obrera aburguesada - son los que muchas veces con
sus presiones sociales llegan a llevar el timón de estos gobiernos de
izquierdas como sujetos revolucionarios. Como por ejemplo en Bolivia, donde las
grandes manifestaciones sociales contra el proyecto de la carretera del TIPNIS
por su posible impacto ecológico hicieron al gobierno de Evo Morales suspender las
obras que ejecutaban las empresas brasileñas. O en un extremo, habiendo sido
los movimientos sociales la resistencia contra los intentos de golpes de estado
de la derecha en Venezuela en abril de 2002 – barrios urbanos históricamente
marginados como el del 23 de Enero de Caracas - o en Ecuador en septiembre de
2010 – con movilizaciones de indígenas y campesinos de una parte de la CONAIE-.
El papel central de los movimientos sociales en los
gobiernos latinoamericanos ha hecho cambiar la estrategia del subimperio
español y sus multinacionales. Sencillamente, utilizar proyectos de cooperación
internacional con un toque asitencialista para generar pequeñas mejoras
sociales, pero nunca producir cambios estructurales, y fortalecer la relación
de la población local con la misma multinacional para romper, poco a poco,
ciertos vínculos entre movimientos sociales y sus gobiernos. Así, si mañana el
gobierno del Presidente de Ecuador Rafael Correa quiere nacionalizar o
simplemente multar a REPSOL por impactos ecológicos - como la sanción de 8.500
millones de euros que recibió la multinacional norteamericana del petróleo, Chevron,
por tribunales ecuatorianos dado los daños ambientales y las posteriores
consecuencias en la población indígena- puede tener resistencias por parte de
los movimientos sociales debido al apadrinamiento que reciben de la misma empresa
española; como poder estudiar algunos de sus hijos, algunos agricultores
implantar nuevos proyectos productivos, o varías comunidades disponer de un
pequeño servicio sanitario, mientras “ocultamente” las riquezas nacionales sen
van del país. La estrategia de la Responsabilidad Social Corporativa de REPSOL,
con la implicación de la AECID, no tiene como objetivo reducir la pobreza, ni
mucho menos colaborar en las redistribuciones de las ganancias a favor de la
población ecuatoriana, sino reproducir el funcionamiento imperialista de la
extradición de las riquezas.
La crisis económica española ha hecho crecer un debate social sobre que las ONGDs
no tendrían que recibir subvenciones públicas para hacer proyectos en otros
países cuando la pobreza no para de aumentar dentro del estado, a pesar de ser
la pobreza un problema humano más allá de las fronteras, pero lo que no puede
dejar de banda este discurso erróneo, que si lo hace, es denunciar que, en gran
parte, la continuación de estas subvenciones es para que cada vez beneficien
más las grandes corporaciones españolas estableciendo una buena imagen de sus
mecanismos expansionistas. En definitiva, cada vez nos dirigimos a un modelo de
cooperación internacional no para eliminar la pobreza sino para admitir a los
ricos.
[1] http://www.aecid.es/es/donde-cooperamos
[2] http://www.asturiasmundial.com/noticia/15374/ong-rechazan-recorte-gubernamental-de-1016-m-en-cooperacion-internacional/
[3] http://www.sodepaz.org/cooperacion-mainmenu-4/1785-campana-para-la-retirada-de-la-subvencion-a-repsol-de-los-fondos-de-cooperacion-espanola.html
anibal_gb@hotmail.com