Atrocidades contra la población civil cometidas por el Ejército de Siria Libre apoyado por la CIA

La familia Assad ha estado en la mira de Estados Unidos durante décadas

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Los gobiernos del difunto presidente Hafez al-Assad y de su hijo Bashar al-Assad han estado en la mira de Estados Unidos durante décadas. Lo que sorprende de la antipatía norteamericana hacia los Assad es que cada vez que Estados Unidos solicitó la asistencia de Hafez al-Assad, los líderes sirios respondieron con entusiasmo.

Durante la operación “Tormenta del Desierto”, Siria envió tropas a la coalición encabezada por Estados Unidos que expulsó a las tropas del líder iraquí Saddam Hussein del territorio saudita y kuwaití y eventualmente invadieron Irak.

Estados Unidos supo aprovechar la amarga y vieja rivalidad entre los gobiernos árabes, Baatista el de Siria e Irak.

Fue el gobierno de Bashar al-Assad el que ayudó a la CIA en su programa de alto rendimiento (cárceles clandestinas en otros territorios) en gran medida producido por el segundo asesor en seguridad nacional del presidente Barack Obama, John O. Brennan. Este estaba a cargo del programa anti-terrorista de la CIA y contó especialmente con el jefe de la inteligencia siria, Asef Shawkat para llevar a cabo interrogatorios y sesiones de tortura a sospechosos de ser terroristas secuestrados por operativos de la CIA y llevados en avión hacia lugares secretos de la CIA en Siria.

Unos seis años antes que el presidente George W. Bush con la ayuda del entonces Secretario General de la ONU, Boutros Boutros Ghali, convenciera a Hafez al-Assad de unirse a la coalición contra Saddam Hussein, el “confidencial” boletín interno Early Warning, estrechamente vinculado a la comunidad de inteligencia norteamericana de copropiedad de John Rees y el consumado residente en Washington, Arnaud de Borchgrave, entonces editor del Washington Times de propiedad de Sun Myung Moon, publicó una historia de dudoso origen acerca de Hafez al-Assad entrenando pilotos “kamikaze y bombarderos suicidas para lanzar ataques contra blancos occidentales, israelíes y árabes moderados.”

Parece que el informe se cocinó en la misma olla en que los actuales informes acusan al gobierno de Bashar al-Assad de cometer brutales abusos de los derechos humanos en toda Siria. Estos “informes” han sido inflados por invenciones tales como que Siria estaría trasladando armamento químico desde sus depósitos para ser desplegados en campos de batalla. Los orígenes de tal propaganda disfrazada como noticia legítima, provienen de los mismos laboratorios de desinformación que producen historias falsificadas tales como las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein y los genocidios cometidos por Muammar Gaddafi en Libia. La misma invención neo-conservadora ha sido empleada en la campaña contra Assad. Estos informes falsos culpan a las fuerzas de Assad que llevar a cabo atrocidades contra la población civil en circunstancias que estas han sido cometidas por el Ejército Sirio Libre respaldado por la CIA.

Resulta interesante comparar la actual arremetida propagandística occidental contra Bashar al-Assad con aquella librada por la CIA y sus órganos de prensa, tales como Early Warning contra el padre de Assad durante la década de los ochenta. En el mes de junio del año 1985 Early Warning discute los presuntos “pilotos kamikaze” de Hafez al-Assad. El informe señala bajo el encabezado “Los Kamikazes de Siria” que “existen preocupantes indicios que el presidente de Siria, Hafiz (sic) al-Assad ha decidido promover una nueva oleada de ataques terroristas contra blancos, occidentales, israelíes y árabes moderados durante los cuales bombarderos suicidas y pilotos kamikazes intentarán llevar a cabo acciones de destrucción masiva. La reciente liberación de 1.150 terroristas detenidos por los israelíes en un intercambio de prisioneros le brindará a Siria muchos nuevos reclutas para ese tipo de ofensiva.”

Al igual que la actual pretensión de vincular a Rusia con Bashar al-Assad, la CIA y los provocadores neo-conservadores durante el gobierno de Ronald Reagan intentaron hacer lo mismo con Hafez al-Assad, el terrorismo y la Unión Soviética.

El “informe” de Early Warning prosigue diciendo que “de acuerdo con fuentes bien informadas en Damasco, el presidente Assad solo espera la venia soviética para llevar a cabo sus planes. La inteligencia siria ya suministra a la KGB utilísimos canales hacia las redes terroristas Shiitas. Existe ahora el prospecto de que Assad actúe como casamentero para sellar el nuevo reacomodo entre Moscú y los gobernantes fundamentalistas de Irán –aunque esto requiera que los soviéticos suspendan los envíos de armas a Irak y aceleren el flujo de armas y equipos militares a Teherán.”

La retórica del año 1985 es la misma de hoy. Antes hubo y lo hay ahora, la clara pretensión de construir un eje entre Damasco, Teherán, Moscú y los Shiitas del Líbano. En 1985 Hafez al-Assad era descrito por oscuros factores en Occidente –todos vinculados a la CIA e Israel—de la misma manera que lo es hoy su hijo: un loco dedicado a asesinar la mayor cantidad posible de gente inocente.

El siguiente informe sobre Hafez al-Assad fue publicado por Early Warning en 1985: “Assad ha sido profundamente impresionado por el éxito de los escuadrones suicidas Shiitas libaneses al obligar a Estados Unidos a retirarse precipitadamente de Beirut y en “quebrar el espíritu de combate de Israel”, tal como se expresó en recientes conversaciones con su hermano Rifaat y su principal asesor de inteligencia, el general Muhammad al-Kholi. Algunos observadores avezados creen que Assad mismo ha experimentado en meses recientes un dramático cambio psicológico y que hoy en día está inspirado en el culto islámico de Shahada (el martirologio por una causa sagrada) lo cual es característico de los terroristas y extremistas Shiitas tanto como lo es él desde cualquier enfoque político.”

El informe cita a Assad, inter alia (entre otros) por un discurso que pronunció en la Federación Nacional de Estudiantes Sirios el 4 de mayo de 1985. La cita debió haberse tomado con un grano de sal puesto que inter alia significa que la cita fue extraída de las minutas de una reunión pero mezclada con informaciones obtenidas de un registro más completo sobre otras materias. Tal es la táctica favorita de los propagandistas, es decir, citar a alguien fuera de contexto con el propósito de adelantar una agenda más amplia o más incongruente. El Presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad ha sido uno de los blancos favoritos de los estrategas propagandistas neo-conservadores que son los que practican este oficio.

Se dice que Assad, entre otros, dijo “a comienzos de mi vida militar, yo solía discutir con mis colegas la necesidad de formar escuadrones suicidas entre los pilotos. Empleábamos la palabra “suicida” (intinhasiyin) y la muy conocida palabra japonesa “kamikaze”. Solíamos decir que es cierto que cada piloto es un comando (fida’i) en virtud de su profesión. Aun más, debemos diferenciar entre una misión ordinaria que requiere que el piloto golpee al blanco enemigo o atacar barcos enemigos, aeropuertos y otros blancos convirtiéndose él, su avión y sus bombas en una sola bola de fuego. Semejantes ataques pueden infligir al enemigo graves pérdidas. Esto garantiza resultados en términos de impactos precisos, extienden el terror en las filas enemigas, elevan la moral del pueblo y aumentan la conciencia ciudadana sobre la importancia del martirologio. De este modo, oleadas de martirologio popular se sucederán una tras de otra y el enemigo no podrá soportarlas.”

El informe luego asegura que Assad junto con al-Kholi personalmente supervisaban el entrenamiento de los escogidos pilotos kamikaze y bombarderos suicidas sirios. La información vino de “fuentes confiables de inteligencia”, lo cual se pareció mucho a los interlocutores de la propaganda del gobierno israelí.

Unos seis años más tarde, Hafez al-Assad “el instructor de pilotos kamikaze” era miembro oficial de la coalición global de George W. Bush contra Irak. Pocos años después, participaron en el programa de alto rendimiento de la CIA de Brennan.

Bashar al-Assad y el asesinado jefe de inteligencia Asef Shawkat, al igual que el asesinado líber libio Muammar Gaddafi, se enfrentaron a la acción coordinada de Estados Unidos, la OTAN e Israel para derribar sus regímenes. La lección para cualquier líder, ya sea demócrata o de cualquier tendencia –incluyendo con los Assad a Saddam Hussein, Osni Mubarack y su jefe de inteligencia Omar Suleiman, muerto durante unos “exámenes” médicos en Cleveland a horas del asesinato por la explosión de una bomba de Shawkat en Damasco; Gaddafi y Manuel Noriega. Es que uno juega con fuego y arriesga su vida cada vez que hace tratos con la CIA y un presidente norteamericano…..


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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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