Un nuevo “blog” con el título de “Los niños ricos de Instagram” (http://richkidsofinstagram.tumblr.com/) , ha puesto sobre el tapete la obscenidad derrochadora de las clases dominantes y su mundo de superficialidad. En este caso, los hijos de los explotadores capitalistas no se limitan en sus ínfulas de superioridad de pacotilla y colocan en el denominado sitio de internet –a la vista de todos- sus grandes posesiones producto del expolio del sistema sobre la clase trabajadora.
El lema de la red de los potentados “infantes” habla por sí solo: “Ellos tienen más dinero que tú y esto es lo que hacen”. Crudo y directo, sin rodeos. En la onda de las teleseries basura del otrora canal musical, Music Television (MTV), como “Dulces 16” y “Born Rich”, los escuincles de papá y mamá muestran con mayúsculo desparpajo cómo el líquido espumeante de una botella de Dom Pérignon puede servir para bañarse en la tina, echárselo al perro caliente o incluso a un plato de espagueti. Verbigracia, Alexa, la hija del magnate de las computadoras, Michael Dell, publicó unas instantáneas de su hermano, Zachary, mientras realizaba un banquete en su avión privado rumbo a las Islas Fiji. Automóviles Ferrari o Bentley, mansiones con piscina, safaris y hasta un AK-47 enchapado en oro –de 9 mil dólares- son el glosario de “perlas” que adornan las páginas virtuales de estos ricachones obnubilados por la vanidad y la fanfarronería. En medio de la Segunda Gran Depresión Capitalista, “Los niños ricos de Instagram” es una bofetada a las penurias que atraviesa el proletariado en Europa y Estados Unidos, debido a las draconianas medidas de ajuste aplicadas por una clase política vendida a la plutocracia.
Entre las noveles formas que han encontrado estos bobalicones para hacer alarde de la riqueza de sus progenitores, se halla la de tomar gráficas de las facturas emitidas por locales donde ellos hacen sus suntuarios consumos. Una de éstas es un recibo de un restaurante del balneario de Saint Tropez, Francia, en el cual una botella Methuselah de Dom Pérignon Rosé cuesta 50 mil euros (Bs. 262.300) y otras dos de Jéro de Champagne Rosé, de la misma marca, la bicoca de 40 mil (Bs. 209.840). El total es de 107.524 en moneda comunitaria del Viejo Continente (Bs. 564.069,7). ¿Cuántas personas en Estados Unidos no han perdido su casa por no poder honrar una hipoteca semejante o menor al pretérito guarismo? ¿Cuántos niños –que tienen a sus padres desempleados- no comerían con 107 mil euros? ¿Estará consciente la clase explotadora de lo peligroso que llegaría a ser el restregar este tipo de “caprichos” a millones de personas de las capas medias que ahora son rehenes de la crisis económica? Creemos que no.
Un usuario estadounidense de Yahoo no pudo ser más claro en su ejemplo sobre la bárbara desigualdad entre el 1% -dueño del Capital- y el 99% de explotados: él compró una casa de 71 mil dólares (Bs. 305.300) y con 2.200 pies cuadrados de extensión (660 metros); debe cancelar al año 3.500 dólares (Bs. 15.050) en impuestos. Sin embargo, a 40 minutos del lugar donde esta persona habita, las propiedades están valoradas en 1.800.000 dólares (Bs. 7.740.000) y son de 9.700 pies cuadrados (2.910 metros), pero el gravamen anual es de ¡30 mil dólares! (Bs. 129.000). ¿Es realmente proporcional esa contribución fiscal? ¿A quién beneficia tal distorsión arancelaria? ¡A los de siempre!
En definitiva, “Los niños ricos de Instagram” es la nueva estética pornográfica del capitalismo en fase terminal: los vástagos de la plutocracia anhelan convertirse en “celebridades” cibernéticas enseñando sus juguetes y excentricidades, aunque haciendo despliegue de una abyecta idiotez y una abismal falta de sensatez humana. Otra razón de peso para arrasar el salvaje modo de producción de la burguesía decadente.
P.D. Instagram es una aplicación diseñada por Apple para compartir fotos en las redes sociales. Ésta dispone de filtros, marcos y colores retro, entre otras herramientas, con el fin de modificar las gráficas de acuerdo con el gusto personal.
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