Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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Las fuerzas globales del neo-conservantismo ahora han decidido atacar otra institución que, desde hace mucho tiempo, está cubierta por el derecho internacional: la inmunidad diplomática de la extraterritorialidad acordada a las embajadas extranjeras y misiones diplomáticas. Aunque el fundador de Wikileaks, Julian Assange, es un personaje muy antipático—debido a su extravagante ego, obtener dinero de donantes y periódicos a cambio de entregas de cables clasificados del Departamento de Estado de Estados Unidos y según informes, sus problemas de aseo personal—la amenaza del Reino Unido de forzar su entrada a la embajada de Ecuador en Londres con el propósito de detener a Julian Assange sobre la base de una orden de detención emitida en Suecia, intento que emana de una asociación de cinco naciones para fortalecer su inteligencia que data desde la II Guerra Mundial. Pero las amenazas contra la embajada de Ecuador podrían ocasionar gravísimas consecuencias si la protección acordada a las embajadas se convierte en una víctima más de la ininterrumpida marcha hacia el fascismo global.
Con el objeto de proteger su poder --que nunca ha sido mayor que ahora-- la alianza de naciones que comparten inteligencia, la cual incluye a la ”Primera Parte” Estados Unidos y a las “Segundas Partes” Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelandia, agrupación que constituye el núcleo central de los “Cinco Ojos” de las naciones de habla inglesa, pero donde también participa un grupo de países como “Tercera Parte” que no son de habla inglesa, pero también participa Suecia que comparte varios niveles de inteligencia con la alianza y ahora presiona en el caso de Julian Assange. Suecia continúa brindando a la alianza Reino Unido-Estados Unidos con inteligencia electrónica que irónicamente es recolectada en las embajadas suecas en el exterior. De hecho, el ex agente de contrainteligencia del MI-5, Peter Wright y el ex agente Mike Frost de la Dirección de Seguridad en las Comunicaciones de Canadá (CSE sigla en inglés) escribieron libros donde detallan las repetidas violaciones e irrupciones en embajadas y otras misiones diplomáticas cometidas por agencias de inteligencia occidentales para instalar micrófonos, robar códigos criptográficos y fotografiar documentos confidenciales. Entre las misiones víctimas de las violaciones del protocolo diplomático se incluye a la embajada de Egipto en Estocolmo, Suecia donde irrumpió la inteligencia sueca y el Mossad israelí como también la presencia de una unidad de la inteligencia sueca en Helsinki, Finlandia en una operación de espionaje electrónico encubierto vinculada con la National Security Agency, NSA, que monitoreaba a la Unión Soviética. No sería sorprendente que la amenaza de Gran Bretaña contra la embajada del Ecuador conduzca a una serie de países donde se asalten las embajadas occidentales con el objeto de incautarse de equipos para espionaje que de manera rutinaria interfieren las comunicaciones comerciales y de gobierno en varias ciudades capitales alrededor del mundo, desde Abiyán y Bangkok hasta Quito y Caracas.
El gobierno de Obama ha sido particularmente agresivo en su búsqueda de denunciantes del gobierno y ya ha condenado o sometido a juicio a seis miembros del servicio de inteligencia norteamericano bajo la misteriosa y poco utilizada Acta de Espionaje de 1917. Entre de los acusados se encuentra el Soldado de Primera Clase, Bradley Manning quien está sometido a una corte marcial en Fort Meade, base del ejército el estado de Maryland, donde casualmente sucede que está el cuartel general de la National Security Agency, NSA.
Manning ha sido acusado de enviar más de 250 mil cables del Departamento de Estado a Wikileaks y el gobierno de Obama está dispuesto a ir hasta cualquier extremo para montar juicios criminales y enviar la advertencia a cualquier otro posible denunciante.
A Estados Unidos también le encantaría echarle el guante a Julian Assange por suministrar mensajes electrónicos de la firma Stratfor de inteligencia, la cual emplea un cierto número de ex funcionarios de la inteligencia norteamericana y que aparentemente tienen una relación más que casual con Israel.
En lo que podría considerarse solo como venganza por los cables del Departamento de Estado, los mensajes electrónicos de Stratfor y otras revelaciones, Estados Unidos está trabajando con sus socios de Gran Bretaña, Australia y Canadá tratando que los ingleses capturen a Assange para luego enviarlo a Suecia para que responda acusaciones de asalto sexual y finalmente ser extraditado a Estados Unidos para someterlo a juicio bajo el Acta de Espionaje de 1917.
La Convención de Viena de 1961 sobre Relaciones Diplomáticas, de manera explícita establece en su Artículo 22 que “las dependencias de una misión diplomática tales como una embajada son inviolables y el país anfitrión no puede ingresar a ella sin el permiso del jefe de la misión. Además, el país anfitrión debe brindarle protección a la misión contra cualquier intrusión o daño. El país anfitrión nunca allanará el recinto ni se apoderará de documentos o propiedades. El Artículo 30 de la Convención extiende la inmunidad a la residencia privada de los diplomáticos.” La Convención de Viena sobre las Relaciones Consulares de 1963 establece de manera explícita en el Artículo 31 que “el país anfitrión no podrá ingresar a las dependencias consulares y deberá protegerlas de intrusiones y daños.” Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia, países que están comprometidos con la iniciativa británica contra la embajada de Ecuador, la cual citando una oscura ley británica del año 1987 denominada Acta sobre Recintos Diplomáticos y Consulares, establece que la inmunidad diplomática de la embajada puede ser revocada por un tiempo suficiente para que la policía ingrese a la dependencia y detenga a Julian Assange. Ex diplomáticos británicos condenaron la iniciativa por ser una violación el Derecho Internacional.
El periódico The Sydney Morning Herald consiguió unos documentos del Departamento de Relaciones Exteriores y Comercio de Australia donde aparecen involucrados la Primera Ministra, Julia Gillard; el embajador en Estados Unidos, Kim Beazely; el Ministro de Relaciones Exteriores, Bob Carr; el Subsecretario de Relaciones Exteriores, Gillian Bird y el ex Ministro de Relaciones Exteriores, Kevin Rudd, participando en reuniones secretas con la Organización Australiana de Inteligencia para la Seguridad, ASIO (sigla en inglés) y el Servicio Secreto de Inteligencia de Australia, ASIS (sigla en inglés) con relación al juicio que se sigue contra Julian Assange –incluyendo una publicación de Wikileaks originada en informaciónes del ASIO—y la posible extradición de Assange a Estados Unidos para enfrentar acusaciones bajo el Acta de Espionaje de 1917.
Estados Unidos gritó ¡FOUL! cuando estudiantes iraníes asaltaron la embajada norteamericana en Teherán el año 1979 y mantuvieron a un número de diplomáticos y personal militar como rehenes durante 444 días. Debemos tener presente que el equipo de la campaña Reagan-Bush estaba secretamente negociando con Irán para mantener a los rehenes hasta después de las elecciones presidenciales de 1980 de manera que esto le costara la elección al acosado presidente Carter. Los rehenes en Irán fueron inmediatamente liberados en cuanto Reagan fue juramentado en la presidencia el 20 de enero de 1981. La Convención de Viena fue perfectamente negociable para el equipo de campaña de Reagan-Bush en su exitoso intento por quitarle la Casa Blanca a Carter.
Por otra parte, el presidente George H.W. Bush no tuvo inconvenientes en violar la inmunidad diplomática de la embajada del Vaticano en Ciudad de Panamá el año 1989 durante la “Operation Nifty Package” (Operación Paquete Bonito) cuando personal de operaciones especiales rodeó la embajada y la sometió a una operación de guerra psicológica, cosa que incluyó música rock a niveles ensordecedores con el objeto de obligar al Nuncio Papal que ordenara al dictador panameño que abandonara la embajada y fuera detenido por tropas norteamericanas.
No obstante en el mismo año que Noriega fue extraído de la embajada del Vaticano en Ciudad de Panamá, Estados Unidos protegió al disidente chino Fang Lizhi en Beiyín. A Fang se le permitió abandonar la embajada para viajar a Estados Unidos como resultado de negociaciones entre Washington y Beiyín. En ningún momento China amenazó con invadir la embajada de Estados Unidos. En el mes de abril de ese año, el disidente chino Cheng Guangchen pidió asilo en la embajada de Estados Unidos en Beiyín y Estados Unidos consiguió que a Cheng, su esposa y dos niños se les diera salvoconducto para viajar a Estados Unidos luego que él voluntariamente abandonara la embajada.
El Cardenal húngaro católico romano Jozsef Mindszenty obtuvo asilo en la embajada norteamericana en Budapest, Hungría y vivió en ella desde 1956 hasta 1971. Hungría en ningún momento amenazó con invadir la embajada y detener al prelado.
Sin embargo, Estados Unidos y sus aliados de inteligencia ahora tratan de violar el Derecho Internacional para agarrar a alguien que plantea una amenaza a la alianza especial de inteligencia. En el caso de Noriega, Bush sabía que el astuto líder panameño amenazó con denunciar que personal de Bush estaba involucrado en la conspiración Irán-contra y el contrabando de estupefacientes a Estados Unidos por parte de la CIA.
La alianza Gran Bretaña-Estados Unidos no se detendrá ante nada para sentar un ejemplo en el caso de Manning-Assange, aunque el daño ocasionado por la publicación de cables del Departamento de Estado es insignificante. La información de la mayoría de los cables –ninguno clasificado más allá de Secreto—se basaba en conversaciones sostenidas en recepciones diplomáticas, bebiendo café entre diplomáticos norteamericanos y funcionarios de los países anfitriones e incluso traducciones al inglés de chismes en tabloides extranjeros. Desde el 11 de septiembre, Estados Unidos ha redoblado la clasificación de las informaciones de gobierno, medida que ha provocado las críticas de parte de los funcionarios encargados de la supervisión de la seguridad informativa del gobierno.
Por otra parte, jefes de gobierno de países de la alianza han sido depuestos por medio de golpes de estado constitucionales cuidadosamente pautados o a raíz de “síndromes de muerte súbita” luego que ellos amenazaron con denunciar aspectos de la alianza de inteligencia. Líderes como el Primer Ministro laborista de Nueva Zelandia, Norman Kirk, quien murió repentinamente de un ataque al corazón el año 1974 a la edad de 51 años; el Primer Ministro de Australia, Gough Whitman, defenestrado el año 1975 en un golpe de estado inspirado por la CIA y el Primer Ministro de Nueva Zelandia, David Lange, derrocado por una revuelta ministerial el año 1989.
Estados Unidos y Canadá votaron NO a una solicitud de Ecuador para realizar una reunión de emergencia de ministros de relaciones exteriores en la Organización de Estados Americanos, OEA en relación a la amenaza británica contra la embajada ecuatoriana en Londres. Pero un número abrumador de países latinoamericanos y caribeños votó SI. Los “Cinco Ojos” están cada vez más preocupados porque ellos podrían ser expulsados por el poder unitario de naciones que ya no están dispuestas a soportar la componenda Anglo-Sajona.
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