La OTAN se convierte en la OTOI en la medida que se proyecta hacia el Este

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

Strategic Culture Foundation

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Con el acicate de Estados Unidos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN se vislumbra como dando un largo salto hacia el Este, Ya ha extendido su influencia en el Mediterráneo y el Norte de África a través del Diálogo Mediterráneo y hacia el Medio Oriente a través de la Iniciativa de Cooperación de Estambul ICI (sigla en inglés). La OTAN ahora pareciera preparada para expandir su Carta del Atlántico Norte a fondo en el Océano Índico. Bien podría algún día la OTAN denominarse Organización del Tratado del Océano Índico, OTOI.

Recientemente Estados Unidos fue admitido en la Asociación de Países Ribereños del Océano Índico para la Cooperación Regional, IOR-ARC (iniciales en inglés) como “socio dialogante”. Básicamente, Estados Unidos ha recibido la misma condición en este bloque de trece años de edad que la OTAN otorgó a países como Australia y Japón. Sin duda alguna que la OTAN y Washington ven el status de asociado de Estados Unidos en el bloque IOR-ARC como un vehículo para atraer más países del Este a los brazos de la OTAN. Estados Unidos se unió a los países de la OTAN tales como Francia, Gran Bretaña y a los “asociados globales” como Japón, Pakistán y Egipto en condición de miembro asociado del bloque IOR-ARC.

La India que ha estado en la presidencia del IOR-ARC desde el 2011 entregará el cargo a Australia en el 2013. Bajo la presidencia de la India, Estados Unidos se convirtió en “socio dialogante”. Cuando su estrecho aliado, Australia, se haga cargo de la presidencia (período 2013-2015) se espera que la cooperación de la IOR-ARC con la OTAN sea aun más estrecha. El otro socio para el diálogo de la IOR-ARC es China y la política detrás del ingreso norteamericano es la política del bloque regional del Océano Índico que puede considerarse como un intento más de Washington y sus aliados por resucitar la vieja política de “contención” anti-soviética de George F. Kennan durante la Guerra Fría y aplicársela a China.

Saltando de una isla a otra por el Océano Índico eventualmente la OTAN podrá utilizar el foro regional de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático, ASEAN (sigla en inglés) en las que miembros de la Unión Europea como también Estados Unidos, aliados asociados globales de la OTAN como Australia, Nueva Zelandia, Japón y Corea del Sur tienen status de socios dialogantes para expandir el alcance de la OTAN desde el Océano Índico hacia el interior de la región Asia-Pacífico. Queda claro que la OTAN intenta convertirse en un bloque de seguridad global que contemplará al mundo en términos de dos dimensiones: la OTAN y el resto.

Actualmente la OTAN cuenta con 28 miembros. Otras naciones en Europa se encuentran en lista de espera para ser miembros titulares, como ser Bosnia-Herzegovina, Macedonia y Montenegro. Agregando a socios globales como Irak, Afganistán y Mongolia a los países del Diálogo del Mediterráneo como Egipto, Israel, Jordania, Mauritania, Marruecos, Túnez, Argelia y quizás pronto Libia y los países de la Iniciativa de Cooperación de Estambul, ICI tales como Bahrain, Catar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos y el verdadero “mapa de ruta” de la expansión de la OTAN se hace evidente.

La condición de asociado al IOR-ARC de Estados Unidos le facilitará los oficios diplomáticos para convencer al grupo de alinearse con la OTAN, tal como la iniciativa conjunta de Turquía-Estados Unidos convenció a los países del Consejo de Cooperación del Golfo, Bahrain, Catar, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos para que ingresaran al ICI.

Con Australia en la presidencia del IOR-ARC entre el 2013 y el 2015 y considerando el hecho que el Partido Laborista de Australia de la Primera Ministra Julia Gillard y de la Coalición Liberal-Nacional del líder de la oposición, Tony Abbott, desviviéndose por seguir los dictados de Washington, la OTAN estará en situación de comando para poner a los países del IOR-ARC bajo el firme puño de la alianza occidental. Los países más fáciles de convencer serán aquellos que ya tienen una relación militar con Estados Unidos y/o Gran Bretaña, es decir, Kenia, Omán, Seychelles, Mauricio, Tailandia, Singapur, los Emiratos Árabes Unidos y Yemen y naciones donde Francia mantiene una influencia como Madagascar y las Comoros, rápidamente se pondrán en línea.

Por otra parte, países como Indonesia, la India, Tanzania, Bangladesh, Sri Lanka y Mozambique pronto notarán los beneficios económicos al cooperar con la OTAN. Todo esto dejará a Malasia, Sudáfrica –y de manera muy especial Irán—fuera de la ecuación. No obstante, el aparato propagandístico de la OTAN que de manera astuta disimula sus operaciones y aquellas de la CIA a través del financiamiento de organizaciones no gubernamentales asociadas con el Instituto Sociedad Abierta de George Soros, apunta sus baterías contra los gobiernos de Malasia, Sudáfrica e Irán.

La meta es el reemplazo de los gobiernos de estas tres naciones por regímenes serviles que acaten las órdenes de Washington y de la OTAN.

Está claro que Washington confía en el gobierno de la Gillard en Canberra para expandir la influencia militar norteamericana y de la OTAN en los océanos Índico y Pacífico. Luego de asistir a la cumbre de la OTAN en Chicago en mayo del 2012, Gillard estuvo de acuerdo con la enorme presencia de bases aéreas y navales norteamericanas en Darwin y Perth como también con el establecimiento de una base para aviones no tripulados en las Islas de Cocos administradas por Australia en el Océano Índico. Ha habido indicios en que el gobierno del Primer Ministro laborista, Kevin Rudd, fue derrocado mediante un golpe parlamentario organizado por la CIA y su contrapartida australiana debido a que Rudd no era proclive a que Australia tuviera vínculos militares más estrechos con Estados Unidos y la OTAN. Según trascendió Rudd se inclinaba por una política exterior más independiente orientada hacia el continente asiático. Si Rudd fue víctima de un golpe “perfectamente democrático” por parte de la CIA, él no sería la primera víctima. El Primer Ministro laborista, Gough Whitlam de tendencia independiente, fue depuesto por un golpe constitucional auspiciado por la CIA en 1975. Whitlam fue reemplazado por el líder liberal Malcolm Fraser, quien al igual que Gillard estaba en sintonía con los deseos de Washington.

Para ser sincero, Fraser quien ahora cuenta con 82 años fue uno de los primeros dirigentes políticos australianos que se pronunció contra la expansión de las bases norteamericanas en Australia. En el año 2009 Fraser abandonó al partido Liberal acusando a su líder Abbott de ser un “conservador” y no un “liberal.”

Anteriormente, la denuncia que hizo Fraser de las políticas guerreristas de Bush le ganó la ira de los “neo´-conservadores” dentro del Partido Liberal, uno de los cuales motejó al Primer Ministro como un “izquierdista con espumarajos en la boca”, que apoyaba a los fundamentalistas musulmanes. Esta crítica equivalente a otros hundimientos de personalidades fueron lanzadas contra cualquiera que no estuviera de acuerdo con los neo-conservadores, lote genuflexo con Israel y la globalizada OTAN. Whitlam, que actualmente tiene 96 años enmendó hace tiempo sus relaciones con Fraser. En el año 1996 se unieron para apoyar la ruptura del vínculo de Australia con la corona británica y convertirse en república. Ambos estuvieron muy conscientes que fue el Gobernador-General nombrado por la reina, Sir John Kerr, antiguo agente de la CIA, fue quien orquestó la deposición de Whitlam el año 1975.

La proyección de la OTAN en un pacto militar global tiene sus raíces en el gobierno de George W. Bush y específicamente en la propuesta del año 2006 planteada por el embajador de Bush en la OTAN, Ivo Daalder. Escribiendo para la publicación del Consejo de Relaciones Exteriores, “Foreign Affairs”, Daalder dio a conocer el sueño neo-conservador: “Una OTAN Global”, otorgando titularidad plena a Sudáfrica, Japón, Brasil y Australia. El publicista archiconservador, Ruppert Murdoch, no ha ocultado su deseo que su país natal, Australia, sea miembro titular de la OTAN. Muchos sionistas destacados en Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña han solicitado la condición de miembro titular para Israel. Otros neo-conservadores ven a Singapur, Nueva Zelandia, Corea del Sur y la India también como miembros titulares de la OTAN.

Las movidas de Estados Unidos en el Mediterráneo, el ICI y en el IOR-ARC están sentando las bases para una expansión global de la OTAN. No obstante, existen ciertos desarrollos que podrían salirle al paso a la OTAN. Se trata de la fragmentación al interior de algunos miembros de esta. Las posibilidades de una Escocia independiente, separada de Inglaterra, un Quebec separándose de Canadá y emergiendo de estados potencialmente fallidos como Bélgica, España e Italia, un Flandes, Cataluña y Venecia independientes, podrían ser el cáncer que finalmente haga metástasis y sea la enfermedad que elimine a la OTAN de una vez por todas.

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Wayne Madsen

Escritor. Especializado en Asuntos Internacionales


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