El Protocolo de Kioto, firmado en 1997, es el único tratado vinculante que fija objetivos de reducción de las emisiones de gases con efecto de invernadero (GEI) a los países industrializados. Las grandes potencias mundiales son las que más contaminan y no quieren firmar compromisos. Las negociaciones en Doha, sobre políticas contra el cambio climático, comenzaron el 26 de noviembre y terminan el 7 de diciembre.
La concentración sin precedentes de gases con efecto de invernadero (GEI) en la atmósfera y el riesgo de un calentamiento de 4º C hacia 2060, han llevado a que se produjeran llamados de alerta en vísperas de la conferencia de la ONU organizada por Qatar, campeón mundial de las emisiones de GEI por habitante. "La conferencia de Doha presenta un desafío único: mirar hacia el presente y el futuro", declaró la responsable de la ONU para el Clima, Christiana Figueres, en su discurso de apertura.
"Cada vez nos queda menos tiempo", estimó Figueres, para quien urge "aumentar el nivel de ambición en forma urgente", es decir, que los países asuman compromisos más fuertes en materia de reducción de GEI. Las iniciativas adoptadas por los diversos países para reducir sus GEI están lejos de permitir contener el calentamiento a +2º C, el objetivo de la comunidad internacional y límite más allá del cual el sistema climático podría dispararse, con efectos incontrolables.
Figueres se refería al acuerdo mundial, previsto en 2015 y que debe entrar en vigor en 2020, que comprometerá a todos los países, incluyendo a China, el mayor contaminador del mundo, repartiendo entre ellos los esfuerzos para limitar el calentamiento. La firma de un segundo período de compromiso de Kioto, después de la expiración del primero, a fines de 2012, será uno de los grandes temas, aunque tendrá un alcance simbólico. Su principio fue decidido en Durban (Sudáfrica), a fines de 2011. En Doha, los países deberán ponerse de acuerdo sobre la duración de Kioto 2 y sus objetivos de reducción de GEI.
Pero Kioto 2 podría limitarse al 15% de las emisiones de GEI mundiales, de la Unión Europea y de Australia, ya que Canadá, Rusia y Japón no quieren participar y Estados Unidos jamás ratificó el tratado. La Unión Europea afirma que prevé reducir sus emisiones de GEI un 20% en 2020, con respecto a 1990. Los países de África agrupados en la Alianza Panafricana de Justicia para el Clima, exigieron una compensación a los estados desarrollados, por los efectos y los gastos que les ocasiona el cambio climático. Mithika Mwenda, dijo que los daños causados por los desastres, sequías y otros fenómenos originados por el aumento de las temperaturas están aumentando.
Más del 70 % del dióxido de carbono de origen industrial, ha sido emitido por el 20 % de la población de los países desarrollados. "Mientras que África, donde viven alrededor de mil millones de personas, aporta menos del 4 %". La Alianza de los pequeños Estados insulares, que agrupa 44 Estados, serán las primeras víctimas del calentamiento climático, cuando ocurra el deshielo de los casquetes polares, producto del calentamiento, aumentando el nivel del mar e inundando a los Estados que tengan límites marinos. Urge construir el Socialismo para salvar a la especie humana.
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