Como exitosa fue reconocida la presentación de Cuba en el Examen Periódico Universal (EPU), donde numerosos países felicitaron sus logros en materia de derechos humanos y reiteraron el rechazo al bloqueo de 50 años impuesto por Estados Unidos. Cerca de 130 naciones hablaron en el informe presentado por Cuba, un mecanismo del Consejo de Derechos Humanos que evalúa a los 193 Estados integrantes de las Naciones Unidas. Otros países señalaron los éxitos alcanzados sobre salud y educación. Hubo reconocimientos por la enmienda a la ley de migración, los logros sobre género, los programas para la reinserción social de los reclusos y la atención a los discapacitados.
Trascribo parte del discurso del canciller cubano Bruno Rodríguez “El bloqueo económico, político y mediático impuesto por los Estados Unidos que Cuba resiste, invicta, desde hace más de 50 años, es una violación masiva, flagrante y sistemática de los derechos humanos que provoca daños y sufrimientos, pero no ha impedido la igualdad de oportunidades, la equidad en la distribución de la riqueza, ni la justicia social.
El persistente empeño norteamericano en imponer un “cambio de régimen” al pueblo cubano es una grave violación a su derecho a la autodeterminación que no ha impedido la participación activa, democrática y directa de sus ciudadanos en la edificación del orden constitucional, en las decisiones de gobierno ni en la elección de sus autoridades.
Un país donde no existen trabajadores, campesinos, intelectuales o estudiantes cuyos derechos no estén protegidos por ley. Un lugar con seguridad ciudadana, sin crimen organizado, y sin problemas de drogas. Concurre ante este Consejo un pueblo totalmente unido y con una profunda cohesión social. Un Estado sin ejecutados extrajudicialmente, sin torturados ni desaparecidos, sin secuestros ni cárceles secretas.
Del primer informe en 2009, a la fecha, se han producido cambios significativos en su economía y en toda la sociedad cubana. Se ha avanzado en el proceso de la institucionalidad, se continuó profundizando en la participación y el control ciudadano como fundamento de nuestra democracia y su empeño por alcanzar un desarrollo sostenible con justicia social. Cuba sigue comprometida en su decisión irrevocable de avanzar en su desarrollo socialista, autóctono, original, democrático y libremente participativo.
No venimos a presentar una tarea concluida, ni pretendemos que se considere el socialismo cubano modelo para nadie. Tampoco aceptamos que exista un modelo único o universal de democracia y mucho menos la imposición del sistema político de los países industrializados de occidente, que ha entrado en crisis. Rechazamos asimismo la manipulación política, la hipocresía y el doble rasero, frecuentes en los debate sobre los derechos humanos”. Recomiendo leer todo el discurso.
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