La idea de celebrar a nivel mundial el Día del Niño nació en 1954, durante una Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, que estableció que cada país debía poner una fecha para asegurar los derechos humanos de todos los niños y niñas del mundo. La UNICEF fue el organismo encargado para desarrollar ese proyecto y en Venezuela se decidió que se celebraría el tercer domingo de julio, lo cual coincide con el comienzo del período vacacional.
La situación de la niñez en el mundo ha empeorado, denunció la ONU, se calcula 150 millones de niños en situación de calle. Afortunamente, durante el periodo del gobierno del Presidente Chavez logramos disminuir considerablemente los niños en las calles de nuestro país. Diariamente mueren 25 mil niños en el mundo por hambre, falta de agua potable y enfermedades previsibles. Alrededor de 8.4 millones de menores de edad explotados, privados de educación, servicios de salud y utilizados como esclavos sexuales.
Dos millones de niños y niñas atrapados en conflictos armados están sometidos a la explotación sexual y sufren de actos de violencia física, además de ser utilizados como combatientes, cocineros o maleteros, denuncia el documento. El informe subraya que este sector poblacional tiene más probabilidades de volverse invisible, olvidado y explotado; son los que carecen, por ejemplo, de identidad oficial, o los que no reciben el cuidado de sus padres.
Según Unicef más de la mitad de los nacimientos que se producen en el mundo en desarrollo cada año, no se inscriben en los registros oficiales, lo que priva a más de 50 millones de infantes de un derecho básico e inalienable, su reconocimiento como ciudadanos. Cerca de 115 millones trabajan en condiciones peligrosas y con maquinaria poco segura, en fábricas, en minas y en la agricultura. Estos niños y niñas desaparecen de la vista del público cuando caen en las redes de traficantes de seres humanos o cuando se les obliga a trabajar como empleados domésticos en una situación de servidumbre. Según OIT más de 14 millones de niños realizan trabajos en Latinoamérica y de éstos 9 millones realizan actividades peligrosas.
Según la OIT, en el mundo hay 215 millones de niños trabajadores y 115 millones de ellos ejecutan trabajos peligrosos. Cada minuto muere un niño por realizar actividades peligrosas. Este problema existe, no solo en los países subdesarrollados, sino también abunda en Europa y en los Estados Unidos. ¿Cuál sería la solución? ¿qué hacer? Muchos expertos afirman que con solo discursos es imposible cambiar la grave situación. La OIT destaca que las raíces del trabajo infantil están en la pobreza mundial. Los socialistas aseguramos que mientras exista el sistema económico capitalista mundial, este grave problema no tiene solución alguna y se agravará cada día, porque aumenta la situación de pobreza y el desempleo mundial. El sistema económico socialista donde privan los intereses colectivos, sobre los intereses particulares, constituye la única solución a la pobreza mundial.
Esta es la situación de la infancia mundial, a pesar de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada en 1989, fue el primer tratado internacional que garantiza la amplia gama de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que pertenecen a los niños. La mayoría de las naciones del mundo, con excepción de tres –Somalia, Sudán y los Estados Unidos de América han ratificado este documento. Cómo explicar que los EE UU que se presenta como el adalid de los derechos humanos en el mundo, no ha ratificado los dos documentos de derechos humanos más importantes, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Convención de los Derechos de la Mujer. Lo más grave es que esta información no aparece en los medios de comunicación y la mayoría de los habitantes del planeta piensa que no existe por esa razón.
