Una cosa que el Secretario de Estado, John Kerry, evitó mencionarle al Comité de Relaciones Exteriores del Senado durante su petición por una resolución de guerra contra Siria, es cómo la Agencia Central de Inteligencia, CIA y elementos de Al Kaida apoyados por la inteligencia saudita están agrediendo a las comunidades Alawitas y Shiitas en Siria.
Los Alawitas, grupo minoritario al cual pertenece el Presidente Bashar al-Assad y sus más cercanos colaboradores, constituyen una secta Musulmana Shiita y están principalmente concentrados en las ciudades de Tartus, Latakia y Baniyas.
El doce por ciento de la población siria es Alawita. Otra secta Shiita, los Imamis o los Doce se concentra en torno a los santuarios Shiitas en Damasco y alcanzan una población de más de 250 mil personas. Los Shiitasismaili, también conocidos como los Siete viven principalmente cerca de Salamiya, Hamah y Latakia y comprenden unas 200 mil personas. Los Drusos que representan el 3 por ciento de la población siria, la comunidad cristiana que abarca el 10 por ciento y unos cuantos miles de Yazidis que junto con Shiitas y Alawitas llegan al 30 por ciento del total de la población siria. El cálculo de la CIA realizado en el 1980 indica que la población total Sunita está sobre el 60 por ciento. Todas las minorías religiosas sirias son objeto de exterminio por parte de enloquecidos terroristas Salafistas importados a Siria por la CIA y los sauditas desde Libia, Afganistán, Yemen, Irak, Chechenia, Daguestán, Túnez y Pakistán.
Kerry, el Director de la CIA, John O. Brennan (cuya lealtad a la camarilla Wajabista Saudita y Salafista que gobierna en Riyad, no es ningún secreto) y el jefe de la inteligencia saudita Príncipe Bandar binSultanbinAbdulaziz al Saud, prosiguen el mismo curso de acción en Siria tal como lo hicieron en Libia e Irak. Los Bereberes, afiliados con los Salafistas en Cirenaica, fueron incitados a cometer atroces horrendos actos de violencia, incluso decapitaciones de libios negros y trabajadores temporales africanos de países Saharianos y Sub Saharianos. En Irak, la CIA y los sauditas se aseguraron que los Sunis, Shiitas y Kurdos fueran armados hasta los dientes para que se mataran unos a otros. Ha habido siempre un dicho en Israel que “cuando los árabes están matando árabes, eso es bueno para Israel.” El Ministro del Trabajo y Comercio israelí, Naftalí Bennett, recientemente reiteró esa apreciación cuando declaró que “Yo he matado muchos árabes en mi vida y no tengo ningún problema con eso.” Bandar, que algunas veces actuó como asesino profesional para la Casa de Saud, siempre ha manifestado lo mismo acerca de los SunisSalafistas matando cristianos y a cualquiera que no sea Suni.
En Siria, Bennett y Bandar en connivencia con Brennan y Kerry, están presenciando la tormenta de limpieza sectaria desatada por los radicales Sunis y la aprueban de todo corazón.
Mientras Arabia Saudita trata de producir una enorme conflagración sectaria en Siria, sus agentes agitadores y sus agentes provocadores están muy ocupados en el vecino Líbano para impedir la formación de un nuevo gobierno presionando a los Sunis para que no trabajen con el partido ShiitaHezbollah y los cristianos nacionalistas libaneses. Los extremistas Salafistas de Bandar, bajo el vigilante y benevolente ojo de elementos de la CIA y del Mossad en el Líbano, han estado ocupados colocando bombas en bastiones de Hezbollah con el objeto de desatar una lucha sectaria entre Sunis y Shiitas.
El Ministro Encargado de Asuntos Sociales del Líbano WaelAbujFaour fue llamado a Riyadh para sostener conversaciones con autoridades sauditas en torno a la formación de un nuevo gobierno. El embajador saudita en Beirut también sostuvo conversaciones con el Primer Ministro Encargado NajibMikati cuyo gobierno está conformado por ministros de Hezbollah. La interferencia saudita en el proceso político libanés es exactamente el tipo de interferencia política en el Líbano por la que Estados Unidos ha criticado a Siria en el pasado. Faour representa al Partido Socialista Progresista Druso del líder druso WalidJumblatt en el gabinete. A Jumblatt le preocupa que el Líbano siga a Siria “cayendo en el abismo” y que los drusos en ambos países sean posibles blancos de ataques genocidas Salafistas. Los sauditas están tratando de facilitar la salida deHezbollah del gobierno libanés y le gustaría ver a Saad Hariri, ex Primer Ministro pro-occidental reemplazando a Mikati.
Informes de varias partes de Siria indican que el ente “Estado Musulmán en Irak y Siria” entrenado por Estados Unidos y financiado por Arabia Saudita, también conocido como “Estado Musulmán de Irak y El Levante” (el cual incluiría al Líbano y a la mayoría Alavi (pariente Alawita) de Turquía, de la Provincia de Hatay) están masacrando a los Kurdos sirios incluyendo mujeres y niños como también a sirios Alawitas y cristianos en grandes números. Investigadores de la ONU también han tomado declaraciones de testigos que vieron a rebeldes sirios utilizar armamento químico contra civiles en varias localidades de Siria.
Las fuerzas del Frente Salafista de Al Kaida y Al Nusra están siendo desatadas por Bandar y Brennan también conocido como “El HajBrennan” debido a su peregrinación a la Kaaba en La Meca, están montando el tinglado para el peor genocidio sectario que se haya visto en el Medio Oriente desde la época de las Cruzadas Cristianas.
El gobierno de Obama y Brennan ha cambiado radicalmente la visión tradicional que ha tenido la política exterior norteamericana y sus aparatos de inteligencia sobre Siria. En el año 1985 un informe confidencial de la CIA sobre la estabilidad política de las naciones con regímenes autoritarios, el gobierno de Hafez alAssad, padre de Bashar, aparece como capaz de mantener el control sobre la agitación. La capacidad de Assad para gobernar una “sociedad siria mayormente organizada y dividida según líneas étnicas, religiosas y regionales” fue reconocida como un factor estabilizante en una región crónicamente inestable. Al viejo Assad la CIA le reconocía el “mantener las marcadas fisuras políticas en Siria para que no se abrieran de par en par”. Como Irak, el Partido Baath en Siria era visto por la CIA como una fuerza tanto para la “movilización y control social” como también para el secularismo.
No obstante, ahora Obama ha admitido a personas con agendas dudosas, como Brennan, como también a los neófitos de “Responsabilidad de Proteger”, como la asesora de seguridad nacional, Susan Rice y a su asistente, Ben Rhodes y a la embajadora ante la ONU, SamanthaPower, para que alteren radicalmente la manera cómo Estados Unidos trata a países como Siria, Egipto, Libia, Yemen y Sudán.
Queda claro que Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita han realizado ataques con armamento químico bajo falsas banderas en Siria con el objeto de justificar la acción militar occidental contra el país. Uno de los arquitectos de los ataques terroristas bajo banderas falsas contra el gobierno de Siria es Graham Fuller ex gurú de la CIA en el Medio Oriente e íntimo asesor de tres directores de la CIA, William Casey, Robert Gates y William Webster y del ex suegro y actual frente checheno de la CIA y socio empresarial de RuslanTsarnaev, tío de Tamerlán y YojarTsarnaev, acusados del atentado terrorista en la Maratón de Boston (se informó que Tamerlán estuvo involucrado en actividades yijadistasantirusas en Daguestán y Chechenia por parte de la CIA). Un memorado secreto de la CIA de Fuller a Casey de fecha 23 de Febrero de 1984 pide que la CIA estimule a las fuerzas de la Falange Cristiana Libanesa o a los oficiales cristianos en el ejército libanés “que lleven a cabo atentados terroristas contra la presencia siria en el Líbano.” Este documento demuestra que la CIA ha empleado el terrorismo como instrumento de la política exterior norteamericana en el Medio Oriente desde la década de los ochenta y no hay ninguna razón para creer que las acciones terroristas, como los ataques con armamento químico bajo falsa bandera por parte de los rebeldes sirios contra la población civil, no sean expresión de la estrategia norteamericana en la región.
El planificado ataque militar de Obama contra Siria produciría un baño de sangre étnico y sectario en Siria lo cual se extendería a través de las fronteras sirias hacia el Líbano, Irak, Jordania y Turquía. Lejos de tratarse de una “acción limitada” la resolución de guerra del Congreso le brindaría a Obama seis meses de acciones militares en Siria con tres meses adicionales. Una guerra de nueve meses de duración no es una guerra “limitada” en ninguna definición del término. Lo que Obama está tratando de completar es la tarea diseñada por algunos elementos de la CIA durante la década de los ochenta con el propósito de deshacerse del Partido Pan Árabe Socialista Baathistadel Medio Oriente y de los gobiernos filo Baathistas en Irak, Siria, Libia y Yemen del Sur. La caída de Siria completaría el plan.
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Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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