La elite militar egipcia son sin duda cómplices, encubridores, autores intelectuales y materiales del triunfo de la teoría de la infalibilidad del poder. Esta teoría galopa por décadas custodiada desde Washington, poder militar inmune e indiferente al pensamiento crítico, a la disidencia que reclama una mayor participación del pueblo.

Después del ensayo democrático del 2012 que llevo a la presidencia a Mohammad Morsi, la constitución redactada en ese mismo año avivo el temor de Washington, Tel Aviv, por perder sus intereses en el Medio Oriente, Golfo Pérsico, ante el avance del fundamentalismo islámico.

Egipto someterá a plebiscito una nueva Constitución elaborada por EEUU y las FFAA egipcias con el visto bueno de Israel, Arabia Saudita, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, esta nueva Constitución otorga al Consejo Supremo de las FFAA la autoridad definitiva sobre la selección del ministro de defensa sin que el presidente tenga la potestad de elegirlo, esto permitirá a los militares estar por encima de toda autoridad civil.

Las FFAA no serán responsables ante el pueblo ni ante el jefe de estado, en otras palabras los golpes de Estado dados a Hosni Mubarack en el 2011 y en Julio del 2013 a Morsi, se repetirá cuando a Washington se le ocurra previa amenaza de suspender la ayuda militar de más de 1.400 millones de dólares por año que reciben los militares.

Lo que se proyecta vía consulta es una dictadura militar “modelo” redactada por 50 miembros nombrados por los militares en el poder, este borrador de Constitución hecha por los suelos y pisotea el derecho islámico, las libertades personales y socavan las funciones del poder civil en algunos artículos dice Tarwat Badawi, profesor de derecho constitucional de la universidad de El Cairo.

De aprobarse esta constitución que así será mediante el miedo, ni el Parlamento ni el ejecutivo tendrán poder real sobre el pueblo ya que las FFAA se aislaran más de todo cambio propuesto por el legislativo, por los revolucionarios y por todos los funcionarios electos con voto popular, es decir, las elecciones en Egipto serán una farsa.

En Egipto la poca libertad que existe se mueve porque está acostumbrada a obedecer por temor y costumbre a unas FFAA manipuladas por EEUU, estas se encargaron con la clase media y las oligarquías aparentar que los militares gozan de gran prestigio, situación que no fue tal desde las elecciones que llevaron al poder y al derrocamiento de Morsi.

Los militares egipcios legitimaron la obediencia dotándola de razones de seguridad que tampoco es verdad porque en las dos guerras que participaron contra Israel perdieron, razones morales tampoco porque no quieren aflojar los intereses económicos y privilegios de los que gozan, razones religiosas peor porque son lacayos de los EEUU al impedir la voluntad islámica del pueblo, buscan a toda costa sostener la servidumbre del pueblo mediante el miedo violando a las mujeres en las protestas públicas.

La nueva Constitución elaborada por los militares con ayuda de Washington apunta a eso a suprimir en la práctica a los partidos políticos por ende al Parlamento y ha menoscabar al ejecutivo.

Las FFAA siempre han conservado en el poder a un títere por décadas, cuando ya no le fue útil a Washington fue derrocado y se convocó a un ensayo de democracia para acallar a la opinión pública internacional con las elecciones libres que no gustaron a los principados petroleros peor a Israel con mucha influencia por la paz firmada con Egipto, así, los militares le apuestan al miedo a la cárcel, a las desapariciones, a las violaciones de las mujeres, con tal de sobrevivir se impone la simple y brutal práctica del terror que reemplaza toda forma de debate.

A los militares egipcios les encanta las sociedades extrañas, sin humanismo dispuesto a ser normales sin rebeldía cumpliendo lo que la dictadura disponga, masa obediente y cabizbaja por la prepotencia del uniforme, de los tanques y los fusiles utilizados para los desfiles y las purgas.