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Hermanos y Hermanas:
Recordemos y difundamos la vida y obra de nuestro inmortal camarada revolucionario Augusto Nicolás Calderón Sandino (1895 – 1934), más conocido como Augusto César Sandino, quien fue un patriota y revolucionario, líder de la resistencia nicaragüense contra el ejército invasor estadounidense en Nicaragua en la primera mitad del siglo XX, logrando que las tropas de los Estados Unidos salieran del país.
Augusto César Sandino, es héroe Nacional de Nicaragua y de toda Latinoamérica. El «General de Hombres Libres», fue, con sus acciones y enseñanzas, la base ideológica para la fundación, años más tarde, del Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, por Carlos Fonseca Amador junto otros compañeros.
Augusto Nicolás Calderón Sandino nació el 18 de mayo de 1895 en la ciudad de Niquinohomo (Departamento de Masaya, Nicaragua), hijo ilegítimo de Gregorio Sandino (un adinerado cultivador de café), y Margarita Calderón, una indígena sirvienta de la plantación de su padre. En 1904, a la edad de 9 años, es abandonado por su madre y enviado a vivir con su abuela materna. Más tarde es enviado a vivir con la familia de su padre, donde debe trabajar para ganar su hospedaje.
A los 17 años, presenció la primera intervención de las tropas estadounidenses en Nicaragua, frente a una sublevación en contra del presidente Adolfo Díaz, quien tenía apoyo de Estados Unidos, y donde fue asesinado el general liberal Benjamín Zeledón, lo cual lo dejó impresionado.
En 1921, huyendo tras herir de bala a Dagoberto Rivas, hijo de un destacado conservador del pueblo, a causa de unos comentarios que Rivas hizo sobre su madre, viajó a la costa Caribe de Nicaragua, y posteriormente a Honduras, Guatemala y México. En este último país comenzó a tomar parte en diversos grupos: francmasones, anti-imperialistas, anarquistas, y comunistas revolucionarios. Recibiendo una fuerte influencia del anarcosindicalismo mexicano, Sandino se convirtió en un ferviente defensor del nacionalismo y del antiimperialismo, en particular en la resistencia contra la ocupación estadounidense de Nicaragua.
Luego de retirarse las tropas estadounidenses de Nicaragua en agosto de 1925 y tras el vencimiento de su pena en 1926, Sandino regresó a Nicaragua. Se dirigió primero hacia su pueblo natal, Niquinohomo, con la intención frustrada de iniciar un negocio, ya que Dagoberto Rivas, era el alcalde del pueblo. Sandino se ve forzado a abandonar su pueblo natal, dirigiéndose hacia el Norte, a los departamentos de Nueva Segovia, Madriz y Estelí, llamados comúnmente «Las Segovias».
En ese contexto el caudillo conservador Emiliano Chamorro dio un golpe de estado al presidente Carlos José Solórzano (del Partido Conservador), quien entrega el poder a su vicepresidente constitucional, Juan Bautista Sacasa (quien era del Partido Liberal). Chamorro obliga a renunciar a Sacasa y asume el poder. A su vez EE. UU. no lo reconoce y lo obliga a renunciar, sustituyéndole por Adolfo Díaz. Los liberales no aceptan la violación flagrante de la Constitución por parte de los conservadores y los estadounidenses, y emprenden una nueva guerra civil fratricida, conocida como Guerra Constitucionalista (1926-1927).
En medio de esta situación, Sandino procuró incorporarse al Ejército Liberal Constitucionalista, pero es visto con recelo y se le negó las armas, hasta que organiza un grupo de hombres que llegó a ser conocido como Los Montañeses, con el cual ataca el cuartel conservador en el poblado de El Jícaro el 2 de noviembre de 1926. Con dicha acción es reconocido en filas del Ejército Liberal Constitucionalista y designado general en jefe del Ejército Liberal de Las Segovias.
Alcanzó varias victorias sobre las tropas conservadoras, lo que a su vez atrajo efectivos a su columna, que en su momento llegó a contar con 800 hombres de caballería. En parte gracias a los triunfos de Sandino, los liberales tomaron la iniciativa en la guerra y empezaron el avance general hacia el Pacífico. Tanto así que, el presidente Nicaragüense autoriza para que los marines releven a las tropas Constabularias en la defensa de Managua.
Viendo que ahora el peligro de una intervención directa de EE. UU. contra los liberales es inminente, el jefe del ejército liberal, José María Moncada, decide pactar. Se rinde y aceptó la continuidad del gobierno conservador hasta las elecciones de 1928, en las que él (y no Sacasa) será el candidato liberal (lo cual era una flagrante traición a quien en teoría era su jefe).
Sandino no acepta esto, se opuso a la paz impuesta por las fuerzas de ocupación y manifestó: «No me vendo, ni me rindo. Yo quiero patria libre o morir».
Con apenas veintinueve hombres (eran 30 con El) y 40 rifles, Sandino inicia una guerra nacional contra el invasor y los gobiernos entreguistas de Díaz y Moncada; animando a los campesinos neosegovianos y a todos los nicaragüenses a la lucha armada, y dándole un giro a su lucha: ya no se trata de una guerra civil, sino una lucha entre patriotas e invasores; pues tanto conservadores como liberales habían pedido la intervención de los marines estadounidenses.
Poco a poco Sandino incrementó sus efectivos, hasta llegar a ser unos 6000, quienes conformaban el llamado Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN).
En la histórica batalla de Ocotal acaecido el día 16 de julio de 1927, donde Sandino, después de tomar casi toda la ciudad y obligar a los marines y a los Guardias Nacionales a atrincherarse en las dos manzanas centrales, es forzado a la retirada luego de que sus tropas fueran diezmadas por aviones de la marina estadounidense que bombardean y ametrallan la ciudad. Sandino se retiró sin mayores problemas, mientras la población civil de Ocotal sufría el primer bombardeo aéreo por un escuadrón de aviones.
En este primer combate, Sandino fue derrotado por el entrenamiento y poder de fuego de los marines, decidiendo emplear a partir de ese momento la guerra de guerrillas.
El combate de "El Bramadero" (27 de febrero de 1928), donde las tropas de Sandino infligieron una terrible derrota a una patrulla de invasores, en la fase final del combate los sandinistas utilizaron los temibles machetes, capaces de decapitar de un solo tajo a un hombre. A partir de ese momento los marines empezaron a llamarlos «guerrilleros».
Las acciones de Sandino le fueron dando fama por todo el país y por los países de Hispanoamérica. Esa fama producía que muchos hombres llegaran dispuestos a integrarse en sus filas. A mediados de 1928 el intelectual francés Henri Barbusse le llamó «General de Hombres Libres».
Los oficiales estadounidenses conformaron un nuevo ejército nicaragüense, llamado Guardia Nacional de Nicaragua, entrenado, equipado y financiado por EE. UU., y comandado por oficiales estadounidenses; decidiendo emplear la táctica de enfrentar a nativos contra nativos ya que notaron que los marines no eran capaces de derrotar a los soldados de Sandino.
Esto significó un aumento considerable de las tropas que combatían a Sandino, pero no influyó en el curso de la guerra de forma significativa. Lejos de ello, los sandinistas expandieron sus zonas de operaciones más allá de Las Segovias alcanzando incluso la capital Managua.
Al llegar al poder en EE. UU. el presidente Franklin Delano Roosevelt, y obligado por problemas domésticos de mayor importancia (la Gran Depresión), decide retirada de todas las fuerzas militares de EE. UU. de los países de la cuenca del Caribe, incluyendo Nicaragua, abandonando oficialmente el territorio nicaragüense en enero de 1933.
Una vez habiéndose retirado los estadounidenses, Sandino envía al nuevo presidente liberal, Juan Bautista Sacasa, una propuesta de paz, que es aceptada. El 2 de febrero de 1933 termina oficialmente la guerra; el ejército de Sandino, exceptuando a un grupo de protección de 100 hombres, es oficialmente desarmado.
La Guardia Nacional, con Anastasio Somoza García como Jefe Director, no siendo aún autoridad militar reconocida en la Constitución, se hace cargo de la seguridad en todo el país, provocando abusos contra sus antiguos enemigos (los sandinistas), por lo cual Sandino efectúa algunos viajes a Managua para hacer notar el incumplimiento de los acuerdos por parte de este cuerpo militar. Es allí cuando, Anastasio Somoza García, deseoso de hacerse con el control total del país, decide eliminar a Sandino.
El 21 de febrero de 1934 Sandino en compañía de su padre, Gregorio Sandino, el escritor Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura de Sacasa) y sus lugartenientes generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor acudían a una cena en La Loma (Palacio Presidencial), invitados por Sacasa. A la salida de dicho evento un mayor disfrazado de cabo, Lisandro Delgadillo, les condujo a la cárcel de El Hormiguero.
Sandino, Estrada y Umanzor fueron llevados al monte llamado La Calavera en el campo de Larreynaga y allí, fusilaron a los tres generales.
En la misma noche el hermano menor de Sandino, Sócrates (quien era coronel del EDSN), muere en un enfrentamiento con efectivos de la Guardia Nacional que atacaron la casa del ministro Salvatierra, en Managua.
Dos años después, Anastasio Somoza García —quien llegó a afirmar que recibió las órdenes del asesinato de Sandino del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane—, se haría con el poder del país, derrocando para ello al presidente Sacasa, quien era su tío político.
Esta es parte de la historia de nuestros héroes, como también de los traidores de nuestros pueblos latinoamericanos. Lo que nos da la lección que el Pueblo debe estar armado para defender sus conquistas y jamás confiarse del enemigo de clase.
Rescatando la Memoria Histórica Revolucionaria.
Con Bolívar y Chávez, decimos ¡a la carga!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 522 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 204 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Popular y Socialista.