El 9 de octubre se cumplieron 47 años del ajusticiamiento de Ernesto Che Guevara,
Quijote de la lucha revolucionaria, no vivió para la historia, no vivió por los honores, por las glorias. Como todo verdadero revolucionario estuvo dispuesto a morir por sus ideas desde el primer combate, porque tuvo siempre absoluto desinterés.
Convirtió su vida en un ejemplo para todos los pueblos del mundo. El comandante Fidel Castro se expresa del Che Guevara de la siguiente manera "Che se ha convertido en un modelo de hombre no sólo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina, Che llevó a su más alta expresión el estoicismo revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario, y Che llevó las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. ¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario!".
Si queremos expresar como aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole que sean como el Che. Si queremos expresar como queremos que sean los hombres de las futuras generaciones debemos decir que sean como el Che. Si queremos decir como deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación, queremos que se eduquen en el espíritu del Che. Si queremos un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece a los tiempos futuros de corazón digo que ese modelo, sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che. Si queremos saber como deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios, queremos que sean como el Che.
¡De generaciones de hombres como el Che se harán las sociedades futuras! ¡De generaciones de hombre como el Che surgirá la sociedad superior, surgirá el comunismo!
Nos dejó ese ejemplo, y nos dejó como último fruto de su inteligencias clara, de su carácter espontaneo, de su corazón de acero- pero de acero para el sacrificio, de acero para el sufrimiento; en cambio, alma noble, alma sensible, alma generosa para darse a una causa, para luchar por los demás, de su inteligencia, de su corazón, de su mano serena, nos dejó por último su diario, donde narró la epopeya de su vida; y que con ese estilo conciso, escueto, lacónico, reflejando el final de su vida, escribe una verdadera literatura épica, de extraordinario valor en todos los sentidos: su diario.
Y es por eso que la juventud del mundo ve en el Che todo su símbolo. Y como él sintió la causa de los argelinos, y como él sintió la causa de los vietnamitas, y como el sitió la causa de los latinoamericanos, el nombre y la figura del Che son vistos con inmenso respeto, admiración y cariño en todos los continentes. El nombre y la figura del Che flamea incluso allí en el seno de la propia sociedad americana, luchadores por los derechos civiles, luchadores contra la guerra de agresión, luchadores por la paz, los hombres progresistas, los ciudadanos que luchan por cualquier cusa, aún en el seno de Estados Unidos, enarbolan la figura y la bandera del Che. Y por eso su figura se agigantó y es lo que es.