Quienes se conforman con las cifras macroeconómicas, o más específicamente con los números muy abultados, pese no les gusta les llaman estructuralistas, a algunos conozco, suelen abordar el asunto del bloqueo a Cuba hablando, unos de 90 mil y otros más recientemente de 120 mil millones de dólares de daños ocasionados a la isla y sus habitantes, cuando intentan explicar las dificultades económicas que han regido en la misma. Si no se muestra como una tendencia a explicar todo desde ese ángulo, si le atribuyen en buena medida responsabilidad. No obstante, recuerdo bien cuando Raúl Castro, instalando el Congreso reciente del PCC, dejó claramente establecido, palabras más o menos, que no todo se debía explicar y hasta atribuir al proceder gringo y llamó a buscar en relaciones prevalecientes en la sociedad en las que estaban inmersos motivos sustanciales; posición de la cual se derivó la decisión de introducir todos los cambios que anunciaron, de los cuales algunos están en fase de arranque y otros se planifican.
Al hablar de este tema, recuerdo muy bien, porque lo leí con demasiado interés, el caso de Gaspar Rodríguez Francia, el gobernante paraguayo, con quien Bolívar hasta tuvo discrepancias, porque aquél se planteó un modelo diferente a la de la integración. Para él, la salida, habiendo logrado la independencia del colonialismo español fue cerrar sus fronteras y en base al desarrollo del mercado interno lograr una economía sana. Eduardo Galeano, en las "Venas Abiertas de América Latina", habla por intermedio de un informe redactado por un diplomático gringo que logró acceder al Paraguay en la época del Dr. Francia, de la solidez de aquella economía y donde el analfabetismo había desaparecido. Es decir, mediante aquello que pudiéramos llamar una economía autárquica, el Paraguay alcanzó niveles que no habían logrado unos tantos de nuestros países.
Por supuesto, no estamos hablando que aquella actitud sea pertinente en el mundo de hoy, el cual ofrece muchas alternativas; sino fortaleciendo la idea primaria del actual presidente de Cuba que no todos los males pueden explicarse por lo del bloqueo.
Si nos ponemos a pensar en Venezuela, considerando su modelo de prevaleciente de economía rentista, altamente importadora de EEUU y sus satélites, el nivel de influencia cultural de ese país y sociedad a través de los más abundantes y sutiles mecanismos como la moda y pensamos libremente en lo demás, que incluye la formación de una clase que su a vez influye sobre muchos elementos de la sociedad e impone patrones de conducta y hasta un modelo político, podríamos concluir sin dificultad en eso como hasta más nocivo que el bloqueo gringo. Uno podría, en el mundo multipolar de hoy, superadas o vencidas las trabas que habrían de ponernos, recomponer un modelo que no dependa de la vida americana. Porque eso, en fin de cuentas, fue lo que pensó Raúl Castro, hablando al PCC y a su pueblo cuando abordó el bloqueo de aquella manera. Bastaría que EEUU no ponga trabas a Cuba en sus relaciones con otros países del mundo.
Uno no quiere ser aguafiestas, pero si desea expresar su asombro como alguna gente se alegra en demasía por lo anunciado por Obama. Claro, hay alguna gente cubana, incluso entre a quienes conozco, que esa nueva relación les permitiría tener más fluidas relaciones con sus familiares, algunos de ellos sin verlos por años, pero eso no significa que necesariamente habrá un cambio positivo para la vida cubana y menos ayudará a impulsar el proyecto original de los combatientes de la Sierra Maestra. Es más, a muy corto plazo, Cuba podría ser convertida en un campo de guerra aunque en ella no se accionen armas convencionales pero sí toda la basura que genera el Pentágono para desestabilizar a gobiernos que no le agradan.
Primero habría que preguntarse ¿qué esperan de eso los cubanos? ¿Qué los gobernantes y empresarios gringos?
¿No es acaso sensato, realista, sugerir siquiera que las agresiones contra el modelo, gobierno y revolucionarios de Cuba, que uno cree es la mayoría del pueblo, van a aumentar, adquirir otra conducta para la cual los cubanos mismos podrían no estar preparados?
Porque parece tonto que un revolucionario siquiera piense que los gringos, el imperialismo, de la noche a la mañana entraron, como hubiese dicho el maestro Gallegos, en blanqueo y amanecieron de otra manera. O reprogramaron el disco duro para comportarse de ahora en adelante con los cubanos como buenos camaradas.
La fluidez del comercio gringo y cubano que pudiera pasar por inversiones de aquél en esta, lo que abultaría las cifras macroeconómicas, abundaría el dinero y en dólares, pese la simple lógica de los estructuralistas, no tiene por qué dar los resultados optimistas por ellos esperados. Menos si pesamos toda la carga cultural y política que también se instalará en la isla.
Por supuesto, ellos todos no creen en forma idílica, aunque abundan quienes en eso ya están viendo ventajas personales y de grupos; hay unos que al parecer muy ingenuos, creen a Cuba preparada y fortalecida para entrar en ese nuevo torbellino y con ventaja para doblegar lo que sin duda les vendría. Hay quienes sobrevaloran la capacidad cubana para digerir lo que les viene, por una actitud como religiosa, que le atribuye una disposición divina para repeler las tentaciones del capitalismo.
Estando en navidad y por solidaridad con el hermano pueblo, uno no puede más que desear que logre lo que espera y ansía.
Pero pensando en lo que implicaría entrar en esas nuevas relaciones, en la capacidad del gobierno de EEUU, sus clases dominantes para generar dificultades, en lo que significa el inevitable traslado de población que llegará a Cuba, no con el simple ánimo del turista que observa, pregunta y se divierte, sino se "instala" con el ánimo de exigir cambios a su gusto y hasta por encargo, concluye que la suspensión del bloqueo no es una panacea. Por recordar a Hugo Chávez, a quien nunca podremos olvidar, habría que decirle a los cubanos ¡ojo pelao!