La muerte en circunstancias dudosas de Slodoban Milosevic, expresidente de Yugoslavia, pone de nuevo sobre el tapete la guerra de los Balcanes, cuyo oculto objetivo era la desmembración de Yugoslavia, que mantenía intacta su estructura política y económica, luego de la debacle del socialismo en la URRSS y países del Este de Europa.
Desde siempre, Alemania ha pretendido dominar la península de los Balcanes como vía al Medio Oriente y suministro de petroleo. Hitler invadió los Balcanes con ese propósito. Sesenta años después el gobierno alemán persigue el mismo propósito. Atiza y resucita diferencias étnicas y religiosas adormecidas gracias a la política “nacionalista” del presidente Yosip Broz “Tito”. De la unidad de esas etnias y territorios (croata, servio, eslovaco, bosnio, kosovar y montenegrino), estaba conformado el Régimen de los “Partisanos” que enfrentó y derrotó el nazismo y al finalizar la II Guerra Mundial, constituyó la República Yugoslava.
La guerra de los Balcanes y la invasión de Irak tienen idéntico origen mediático. En los Balcanes se creó la mentira de “enfrentamientos étnicos”; en Irak, la mentira de las “armas de destrucción masiva”. (Según Chomsky: “Todos los presidentes de Estados Unidos, si son sometidos a las leyes de Nuremberg, deben ser colgados.”) De agente provocador sirvió el presidente de Bosnia, Izetbegovich, musulmán, criminal armado y financiado por Alemania y luego por EE.UU., cuando advirtió la amenaza que para su geopolítica significa el dominio alemán sobre los Balcanes. Trajo de Afganistán a Bin Laden para que organizara los genocidios contra el pueblo servio. La propaganda mediática creó respaldo de la opinión pública, al achacarle a Milosevic los genocidios cometidos por el presidente de Bosnia, respaldado por los bombardeos de EE.UU. y la OTAN, cuyas tropas invadían territorios, cometían genocidios y se los atribuían a los servios y al gobierno de Milosevic, que estaba en su derecho de enfrentar la invasión y agresión de EE.UU. y la OTAN. La campaña mediática alcanzó el verdadero objetivo: desmembrar a Yugoslavia y destruir su sistema económico contrario al neoliberalismo. Hoy está en la mira Bielorrusia.(fraude mediático).
Es común que los vencedores monten tribunales para justificar sus crímenes. Toman prisionero a Milosevic, lo acusan de “criminal de guerra” y de innumerables delitos que nunca llegaron a formularse. Milosevic asume su defensa y uno a uno desmonta los cargos. Al cabo de cinco años, los acusadores se encontraban en el banquillo con Milosevic de testigo y fiscal. De allí la presunción sobre su muerte ¡Mejor liquidarlo!
La fragmentación de Yugoslavia es el modelo que le pretenden aplicar a Venezuela (Estado Zulia); Bolivia (provincia de Santa Cruz); Argentina (La Patagonia); Ecuador (Provincia de Manabí) y allí donde los pueblos luchen por su soberanía y guarden riquezas.
leonmoraria@cantv.net
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