Confesamos que 1990, creímos que el mundo socialista se había derrumbado, y en todos lados había expertos que explicaban como el socialismo había fracasado. Mientras tanto un país chiquito y pobre que durante décadas sufrió un bloqueo por parte del imperialismo estadounidense, logró sobrevivir estableciendo relaciones comerciales e integración económica con el campo del socialismo real de Europa del Este. De golpe, el campo que representaba 80 por ciento del comercio de Cuba ya no existía. No sólo existían los problemas económicos, resultado de la desaparición de la Unión Soviética y sus aliados. También existía la acelerada ofensiva política iniciada en Estados Unidos con nuevas leyes restrictivas como la Ley Helmes-Burton, diseñada para poner a Cuba de rodillas.
Pero Cuba no se puso de rodillas. El pueblo cubano si sufrió. Los ingresos per cápita bajaron por lo menos 33 por ciento; se podía ver el efecto de ello en las tiendas, en las calles y en la salud general de las personas. Pero lo que el imperialismo pretendía lograr no ocurrió: Cuba resistió , a pesar del sufrimiento. Y a eso es lo que se llamó “el milagro cubano”. Pero, ¿cómo ocurrió?. Desde luego, no era realmente un milagro, si por eso entendemos algo que cae del cielo y no se puede explicar como un producto de la actividad humana.
Lo que pasó en Cuba es comprensible. Se puso el énfasis en la solidaridad entre personas (sobre todo a través de la práctica de la solidaridad internacional). Reflejaba el desarrollo de la dignidad y el orgullo en los logros de la revolución cubana (especialmente en las esferas de la salud y la educación) y reflejaba la existencia de un liderazgo fuerte comprometido con el socialismo. Cuba sobrevivió este período construyendo sobre sus mejores logros y, al mismo tiempo, profundizando sus prácticas democráticas a través de asambleas y congresos de la comunidad y de los trabajadores.
En un mundo donde el lema dominante era TINA (There Is No Alternative), no hay alternativa al neoliberalismo, éste fue un verdadero milagro. Fue un milagro en el sentido literal: algo maravilloso de contemplar. Y , creo que no hemos dado suficiente crédito a este milagro cubano, porque demostró que si había una alternativa, una alternativa basada en los conceptos de solidaridad y desarrollo humano. Y este ejemplo demuestra la importancia de la batalla de ideas en la construcción de los seres humanos nuevos y ha sido un ejemplo de suma importancia en América Latina. En este sentido, consideramos la victoria de Cuba sobre el imperialismo en el período especial no como el último capítulo del socialismo del siglo XX, pero sí como un nuevo comienzo: el primer capítulo del socialismo para el siglo XXI.
Y es cuando aparece en Venezuela el Comandante Chávez hablando de la necesidad de reinventar el socialismo: “Tenemos que reivindicar el socialismo como una tesis, un proyecto, un camino, pero un tipo nuevo de socialismo, un socialismo humanista que pone a los seres humanos y no a las máquinas o al Estado antes que todo.
Esto es lo que está ya presente en la Constitución bolivariana, donde se habla de “garantizar el pleno desarrollo humano, de ”desarrollar el potencial creativo de cada ser humano, del pleno ejercicio de su personalidad en una sociedad democrática”, de la participación como “la forma necesaria de lograr, de garantizar, el pleno desarrollo, tanto individual como “colectivo”. La Constitución también identifica a la planificación democrática y al presupuesto participativo a todos los niveles de la sociedad y a la “autogestión, la cogestión y las cooperativas de todo tipo”, como ejemplos de las “formas de asociación guiadas por los valores de la cooperación mutua y de la solidaridad”.
El presidente Chávez habló más profundamente de esta visión cuando, en el año 2003, habló de la naturaleza de la “economía social”, que basa “su lógica en el ser humano, en el trabajo, es decir, en el trabajador(a) y en la familia del trabajador(a), es decir, en el ser humano”. Este es el concepto de una economía que no está dominada por la idea de del lucro económico y de los valores de cambio; más bien destacó que la economía social genera fundamentalmente valores de uso. Su objetivo es la construcción del hombre nuevo, de la mujer nueva, de la sociedad nueva.
Ahora, después de 54 años, de bloqueo económico y de todo tipo de agresiones contra el pueblo heroico de Cuba, el presidente de EEUU, Barack Obama, reconoce que EEUU, el Imperialismo Yanqui, se equivocó como se ha equivocado en otras partes del mundo. Esperamos que con Venezuela no pase lo mismo, y se dé cuenta a tiempo del error que está cometiendo; y no se tarde tanto tiempo. Además le decimos que con ese infame Decreto, ilegal, e injusto no va amedrentar al pueblo venezolano, forjado con el acero y el temple que heredamos de nuestros héroes independentistas y del Libertador Simón Bolívar. Además le reiteramos una vez más que el pueblo de Bolívar y Chávez se respeta.