Hechos irrebatibles de la historia que a muchos les irritan, pero que es bien importante recordarlos ahora con motivo de celebrarse el próximo 9 de mayo el 70 Aniversario de la Gran Guerra Patria librada por la Unión Soviética, con la cual se consumó la derrota total y definitiva de las tropas nazi fascistas alemanas, italianas, rumanas, húngaras y finlandesas en Stalingrado, con la rendición de los altos mandos de esas fuerzas agresoras ante el mando militar soviético (1).
La ascensión al poder de Adolfo Hitler y su inmediato fortalecimiento lo fue gracias al respaldo ilimitado de la burguesía capitalista industrial, tecnológica y financiera de toda Europa, salvo escasas excepciones y en mayor grado de la norteamericana, que vieron en él y en su partido, el Nacionalsocialista Obrero Alemán, las inmejorables opciones para enfrentar y detener lo que consideraban pudiera ser el avance incontenible por el mundo de las ideas comunistas que habían logrado imponerse en Rusia una vez finalizada la primera guerra mundial.
Estaban persuadidas esas burguesías, por otra parte, que el proyecto que ofrecía el Führer (el líder, guía o conductor), más allá de sus propósitos de la "purificación racial", quizás no bien vistos en algunos pocos sectores de ese mundo occidental y cristiano, planteaba negocios de muy alta rentabilidad en el corto plazo, como era dotar a Alemania de una poderosa industria bélica e industrial con la más alta y sofisticada tecnología de la época que pudiera hacerle frente a un intento soviético por extender su poder hacia occidente y de esa manera apuntalar un esquema de inversiones y de control absoluto sobre áreas vitales de la economía de buena parte del planeta e igualmente salir así lo más rápido posible de la crisis que por entonces aún abatía a casi toda Europa y a la misma Norteamérica.
El propio abuelo de dos ex presidentes bien recientes de los Estados Unidos, Prescott Bush (2), fue uno de los más connotados propagandistas y financistas del Tercer Reich para ese proyecto, junto a figuras como Henry Ford, el mismo de la dinastía fabricante de autos; Alfred Sloan, presidente de la General Motors; Thomas Watson, fundador de la IBM; W.A. Harriman, uno de los más poderosos financieros de Walt Street; John D Rockefeller, del Chase Manhattan Bank; JP Morgan; el banco Warburg de Suiza; la General Electric; DuPont; la empresa Holland-America Trading Corporation; el Bank oor Handel de los Países Bajos, los grandes del acero en Alemania, Gustav y Alfred Krupp (3) y entre otros más, los religiosos evangelistas y fundamentalistas predecesores de Pat Robertson, consejero espiritual e íntimo amigo del clan Bush y quien -recordemos- pidió por la televisión de su país el asesinato de Hugo Chávez (4), los señores Gerald L. Smith, Peral Winrod, William Dudey y Charles Coughlin, quienes poseían abultadas cuentas y acciones en diversas corporaciones transnacionales, tal y como se sabe las posee el reverendo Robertson en el negocio de los medios de comunicación y de las apuestas de caballos y otros juegos de azar en su país.
En síntesis, lo que hemos querido resaltar con esta nota, es que Hitler fue producto de lo más aberrante y torcido que había en un mundo accidental (dizque desarrollado) empantanado en una crisis económica y de valores de todo orden, luego de concluida la primera guerra mundial y más aún, como consecuencia de la terrible depresión en que se sumió la economía de los Estados Unidos a partir de finales de la década de los años veinte y primeros de los treinta (5).
Con este recordatorio histórico de acontecimientos que no resulta nada fácil enterrarlos para que se olviden, se explican de manera tajante, e nuestro criterio, las razones del por qué el Presidente Obama y la Canciller de Alemania, Angela Merkel, entre otros líderes del aún llamado "mundo libre", no asistirán el próximo 9 de mayo a los festejos de la derrota de Hitler en suelo ruso.
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(1) "El término de "Gran Guerra Patria" fue elaborado por el gobierno soviético poco después de empezar la invasión alemana en junio de 1941; se eligió porque evoca a la Guerra Patria que enfrentó la Rusia zarista contra Francia en la época de Napoleón en 1812, con el objetivo de mostrar a la población soviética el paralelismo entre ambas luchas, reforzar el patriotismo de las masas con un mensaje muy nacionalista y reiterar el grave peligro que para la Unión Soviética y sus habitantes significaba el ataque nazi. (..) Los historiadores soviéticos designaron como "Gran Guerra Patria" sólo al enfrentamiento entre la Unión Soviética y la Alemania nazi para darle un significado de un choque de ideologías donde el comunismo había derrotado al fascismo; se prefería utilizar este último término (en vez de nazismo), pues permitía al gobierno soviético abarcar en la lista de agresores vencidos a países aliados del Tercer Reich como la Italia fascista, Rumania, Finlandia o Hungría, que habían participado con tropas en el ataque a la Unión Soviética." (tomado de Wikipedia).
(2) La familia Bush y la Alemania nazi, por Webster G. Tarpley ...
(3) hitler: el monstruo creado por la banca internacional
(4) Pastor evangélico Pat Robertson exige el asesinato de ...
(5) El 24 de octubre de 1929 se conoce como el Martes Negro o Crac del 29, que inició la Gran Depresión, la peor crisis económica y financiera que ha padecido Estados Unidos.