Son las víctimas de las guerras organizadas por los EE.UU y la OTAN en el Medio Oriente y África, por el complot para desestabilizar a los pueblos de Irak, Libia y Siria, donde existían gobiernos con desarrollos humanos avanzados. Con el objeto de apoderarse de sus recursos petroleros y acuíferos. Destruyeron la infraestructura de esos países y actualmente existen millones de personas desprovistos de trabajo y hambrientas. Esos países han sido invadidos por bandas terroristas y 3 millones de libios, de 5 que eran han huido del país. Estas personas huyen en barcazas y barcos de pesca escapando al terror y a la muerte. El representante de la ONU para Libia Bernardino León, denuncia como se utiliza como interlocutores a las bandas armadas de Lybia Dawn y al terrorista Abdelhakim Beljadj. Es evidente que EE.UU. y la UE no desean una solución para Libia que no pase por apoderarse de su petróleo.
En Siria, en el 2003, una empresa noruega descubrió importantes yacimientos de petróleo y de gas, y se convirtió en objetivo de los imperialistas. Porque el objetivo de occidente es la sustitución del gas ruso por el de Siria. Los medios de comunicación al unísono comenzaron a denunciar supuestas matanzas del gobierno Sirio, un gobierno independiente que había proporcionado a sus ciudadanos grandes logros en educación y salud. Allí convivían con absoluto respeto las distintas religiones y creencias. Siria fue asediada por EE.UU y la Otan, invadida de mercenarios, bloqueada económicamente. Por último lanzaron contra ese país al estado islámico, Isis o Daesh. Hoy también los sirios escapan en barcos huyendo del terror, del hambre y la muerte.
Los mismos países que atacaron a Libia y Siria están invadiendo otros lugares de África con bandas armadas, como Boko-Haram, Al-Qaeda o Al Shabab. Con los mismos pretexto para justificar intervenciones que les permitan apoderarse de sus recursos. En el mismo proceso de desestabilización se realiza en Argelia, Malí, Níger, Chad, Kenia, Somalia, Nigeria, República Centroafricana y bombardean a Yemen.
La UE se lamenta por las miles de muertes que se vienen produciendo en el Mediterráneo. Pero no se hacen un análisis de conciencia y señalan los casos como "inmigración ilegal". La verdad es que no son inmigrantes sino refugiados. Los países europeos después que fueron cómplices de esos genocidios, ahora no se ponen de acuerdo para ayudar a estas personas, y dicen respetar los derechos humanos. Que cinismo el de los países capitalistas.