El pasado fin de semana, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, propuso un referéndum para dirimir de manera democrática si el pueblo desea o no continuar con los programas de ajuste de la troika (Banco Central Europeo, Comisión Europea y FMI). La consulta está pautada para el domingo 5 de julio. En 2011, el entonces jefe del ejecutivo, Yorgos Papandreu, colocó ídem carta sobre la mesa: que la voluntad popular decidiera su porvenir; lamentablemente, Papandreu cedió a las presiones de los poderes fácticos del Viejo Continente y se retractó de lo pretérito. Más tarde, dimitió. Esta vez, Tsipras sí va en serio.
Desde hace ocho años, Atenas ha sufrido la depresión económica más brutal que se haya conocido en los Balcanes en tiempos recientes: 25,6% de desempleo, 49% de paro juvenil y más del 30% de los comercios en la capital, verbigracia, ha cerrado. Uno de cada tres griegos está en la pobreza (*) y desde 2007, el PIB helénico se ha estrechado 25%. La proporción de deuda sobre éste es de 175%. Salarios y pensiones se han recortado hasta 40%. Las medidas draconianas de la infame troika que han sido aplicadas por una seguidilla de gobiernos neoclásicos y vendidos al Gran Capital, han traído más miseria a las calles de "Hellas". El pasivo de Atenas con sus acreedores asciende hasta los 340 mil millones de euros y significaría un fardo insostenible para las futuras generaciones: el cronograma de amortizaciones se extiende hasta el año 2057. La catástrofe humanitaria en la tierra de Platón y Aristóteles se asemeja a la de cualquier enclave del África subsahariana: la Cruz Roja Internacional debe distribuir alimentos a una población cuyo poder adquisitivo se ha vaporizado. El 93,7% de los hogares ha tenido una reducción drástica de sus ingresos y en el 52% de estos, la fuente principal de manutención es una pensión; el documental de la RTS (Radio Televisión Suiza) con el título "Los griegos se esconden para sobrevivir" (**), retrata la crudeza de esta situación. Syriza, una coalición de agrupaciones de izquierda, ganó los comicios en enero pasado y su líder, Alexis Tsipras, se ha convertido en un "casse-pieds" para la dictadura teutona de cercenaduras comandada por Ángela Merkel.
A pesar de que los "expertos" afirman que la caída de Grecia no sería un peligro para la Unión Europea, puesto que ésta representa menos del 2% del PIB de dicho conglomerado de naciones, la deuda helénica tiene ramificaciones a través del sistema financiero global que provocarían el pánico universal: los derivados del Deutsche Bank son un paradigma de ello. Igualmente, el factor psicológico del impago haría mella en la credibilidad de las instituciones originadas por el Tratado de Maastricht. Las consecuencias del "Acropolipsis" llegarían a ser funestas; la "Grexit" -o partida de Atenas del clan de los 28- es un escenario bastante viable en el corto plazo.
LA DEUDA ILEGÍTIMA, EL PLAN B DE TSIPRAS Y EL GOLPE MILITAR
La deuda de Atenas, como varias, ha sido contraída por la plutocracia local y ahora ésta pretende que la gente pague por ella. No es que los griegos hayan estado viviendo por encima de sus posibilidades o que sean holgazanes, ¡no! Es que la corrupta clase política del PASOK y Nueva Democracia cometió un fraude contable, en complicidad con Goldman Sachs, para maquillar las cifras de Atenas y lograr la adhesión de ésta a la zona euro (***). En 2004, Grecia fue la sede de unos Juegos Olímpicos que no podía costear y ello también contribuyó a los números rojos de la actualidad; la evasión fiscal de la burguesía helénica, que en 2011 ascendía a 37 mil millones de euros, es otro "lunar" en unas cuentas públicas devastadas por el derroche y el latrocinio de un cónclave. El gremio de los armadores, uno de los sectores más emblemáticos de la actividad económica de esta nación, factura miles de millones anuales y no aporta ni un céntimo a las arcas nacionales. El gasto militar en Grecia, por ejemplo, ocupa el 4% del PIB mientras que en Alemania es de 1,4% y en la última década se han procurado equipos bélicos por una estimación de 12 mil millones de euros. La carrera armamentista de Atenas ha influido, de forma decisiva, en el incremento de los compromisos que –hoy en día- debe amortizar el Estado. La rivalidad con Turquía es inevitable desde el enfrentamiento por Chipre, en 1974. Una porción considerable de las obligaciones se reparte entre bancos de Alemania y Francia, debido a que estos países se hallan entre los que han vendido más pertrechos a los militares griegos (****). El negocio redondo: les ofrecen los "jugueticos" y los préstamos para adquirirlos. No es de extrañar que detrás de estos negocios haya millones en comisiones. Voilá!
Así como los "sicarios" del Banco Mundial y el FMI ofrecieron sobornos en América Latina, en los decenios de 1970 y 1980, con el objetivo de que nuestros gobernantes aceptaran créditos que sus países no necesitaban, la delincuencia organizada de las entidades multilaterales de financiamiento "calentó las orejas" a más de un funcionario adriático para que su terruño fuese esclavizado a perennidad. Por lo tanto, la deuda griega es ilegal y el pueblo está en su derecho de repudiarla. A la luz de este principio, Alexis Tsipras ha lanzado la proposición del referéndum con el fin de otorgar legitimidad a sus políticas y enviar un recado diáfano a la Unión Europea. Desde luego, Tsipras posee un plan B: Grecia entró en cesación de pagos y lo más previsible es que sea expulsada del "club de Bruselas". Casi al instante, Rusia acudiría a su rescate y la OTAN perdería una de sus piezas más preciadas al sureste de la región. ¡No es una idea descabellada! Los constantes periplos del primer ministro Tsipras a Moscú, habrían consolidado un pacto confidencial al respecto. Ahora bien, la pregunta de las 64 mil lochas sería: ¿dejará la cúpula castrense helénica que Atenas se retire de la Alianza Atlántica? Conociendo el prontuario y el perfil de ésta, la réplica es negativa: en 1967, un cenáculo de coroneles perpetró un golpe de Estado antes de unas elecciones en las que la izquierda se impondría. De seguro, Washington maniobrará para deponer a Tsipras y sus aliados, lo cual podría desatar una sanguinaria conflagración civil.
El movimiento revolucionario helénico debe cohesionar a las masas en una ofensiva contra la troika y la burguesía, además de captar a los soldados de rango medio y bajo que no se plegarían al inminente "coup d’état" de las élites. Los puntos clave de la "hoja de ruta" de Syriza -después del 5 de julio- deberían ser: a) abandono presto de la UE y la OTAN; b) estatización de la banca; c) reapertura con control obrero de las fábricas y empresas clausuradas; d) merma tajante del presupuesto de defensa hasta el 1% del PIB; e) reforma tributaria que grave a armadores y demás evasores crónicos; f) divulgación de una campaña internacional para recaudar donativos de medicinas y alimentos; g) acoplamiento del sueldo mínimo y las pensiones a los índices previos a la crisis; h) aplicación de mecanismos de transacción como el trueque y los bancos de tiempo y; i) monetización del oro y la plata. Este domingo, Grecia voceará un rotundo adverbio negativo a la camorra reinante en Bruselas. No será un lecho de rosas lo que se avecinará, mas el pueblo sabrá permanecer a la altura de las circunstancias. ¡Trabajadores helenos al poder!
ADÁN GONZÁLEZ LIENDO
@rpkampuchea
(*) Uno de cada tres griegos está en situación de pobreza: http://www.portafolio.co/internacional/situacion-pobreza-grecia
(**) Les Grecs se cachent pour survivre: http://www.rts.ch/play/tv/temps-present/video/les-grecs-se-cachent-pour-survivre?id=6118546
(***) Goldman Sachs en el desastre griego: http://www.aimdigital.com.ar/2015/06/30/goldman-sachs-en-el-desastre-griego/
(****) La deuda militar con Francia y Alemania ahoga a Alexis Tsipras: http://www.publico.es/internacional/deuda-militar-francia-y-alemania.html