Las bombas francesas no hacen distinción de yihadistas e inocentes civiles en Raqqa Siria, ni las bombas gringas lo harán entre chavistas u opositores en Caracas. El bombardeo a una ciudad donde viven millones de civiles inocentes es un vil acto de terrorismo. En los videos que han permitido mostrar los resultados del bombardeo indiscriminado a la ciudad de Raqqa - Siria, se pueden ver víctimas como mujeres y niños que difícilmente sean terroristas del Estado Islámico. Sólo la locura de unos Neo-Hitler se le ocurre la idea de venganza, diente por diente, justos por pecadores, decenas de muertos por cientos de miles o millones de muertos.
El lamentable y repudiable ataque terrorista ocurrido en Francia con más de un centenar de muertos y varios centenares de heridos, evidentemente no se justifica, ni siquiera aun cuando hay más de 125 mil muertos en Siria y millones de damnificados víctimas de una guerra caprichosa de imperios e intereses económicos. Los muertos no tienen diferencia por nacionalidad, el principal derecho humano es a la vida, y la igualdad es la máxima premisa del derecho universal.
No es necesario ser internacionalista o experto en este tema para entender por lógica filosófica que todo acto de violencia genera más violencia y el resultado del ataque terrorista a Raqqa es primeramente más muertes, pero luego más refugiados, más víctimas civiles inocentes y progresivamente más venganzas de ambas partes. Será una guerra indetenible, que puede tener proyecciones impensadas. Nadie, o casi nadie, en su juicio, sensato y sano pudiesen considerar que la guerra es la solución a la crisis mundial del sistema económico capitalista, pero luego de lo sucedido, es concluyente, que existen líderes mundiales con intención de provocar una gran guerra para sacar provecho económico de las devastadoras destrucciones de países y ciudades con bombardeos terroristas.
Ya la historia de anteriores guerras ha demostrado lo que son capaces de hacer los imperios cuando en su decadencia sólo los levanta el caos y la desgracia ajena. No se puede poner en duda la capacidad militar y la intención de los países de la OTAN en derrocar los gobiernos que no les son complacientes a sus intereses. Para los Estados Unidos ya era una necesidad desde la década de los 90 la imposición por la vía de la fuerza de gobiernos sumisos en los países árabes, en el Medio Oriente, Asia, África y Latinoamérica, pero el despertar de la conciencia mundial que produjo el prodigioso estratega internacional: Hugo Chávez, aceleró la caída y la furia del imperio Yankee.
El interés de este nuevo falso positivo, de este 11 de septiembre francés, va más allá del ataque a Siria y el derrocamiento de Bashar al Assad. Son muchos los intereses que detrás de esta simulada coartada van a ser considerados de amenaza contra la seguridad de los países de la alianza OTAN. La República Bolivariana de Venezuela, independiente y Chavista, ha estado en la mira del imperialismo yankee permanentemente y no cesará su asedio hasta concretar su amenaza "inusual y extraordinaria" de apoderarse por la fuerza, de ser necesario, de las riquezas de la Patria de Bolívar y Chávez.
La situación electoral en Venezuela debe guardar un espacio para la unión en defensa de la Patria. La victoria de la Revolución Bolivariana es una necesidad para garantizar la fuerza moral independiente y patriótica capaz de enfrentar las amenazas imperiales.
Hermano y compatriota chavista, indeciso o dudoso, hermano y compatriota opositor, si lees esto espero entiendas que las elecciones del 6D son parlamentarias, el presidente seguirá siendo el camarada Nicolás Maduro, y dadas las circunstancias internacionales explicadas, un ataque militar del imperio decadente norteamericano es probable, por ello los resultados electorales deben ser una clara manifestación de patriotismo, es decir de fortalecimiento de la Revolución Bolivariana, de otra manera la presencia del portaviones norteamericano George Washington en las cercanías de nuestra Patria en las fechas del 6D no sólo sería una amenaza sino que se concretaría en un bombardeo terrorista que no tendría piedad, ni distinción política o social con los venezolanos.