Al Pueblo De Venezuela y Pueblos del Mundo,
A las Comunidades Organizadas y Autogobiernos Populares,
A las Organizaciones, Movimientos y Fuerzas Populares y Revolucionarias,
A los Medios de Comunicación, Nacionales e Internacionales,
A la Opinión Pública, Nacional e Internacional,
A todos y cada uno de quienes luchen por la Vida,
Al Mundo entero,
Hermanos y Hermanas:
Como siempre cuando se despide a un amigo, un militante, un camarada; con el dolor que nos deja la partida de un hermano de luchas, un revolucionario; y a su vez, con el compromiso inquebrantable de continuar su legado, para que jamás su memoria y ejemplo se desvanezcan, y las futuras generaciones encuentren en ellos la luz que guie el camino hacia la libertad de los pueblos, así sembramos a nuestro indiscutible camarada Osmar Martínez, quien estaba preso desde 2005, y fuese encontrado muerto, según la prensa, el pasado 8 de diciembre, en su celda del penal de la Agrupación Especializada de la Policía, donde cumplía condena por 35 años, por el secuestro y la muerte de Cecilia Cubas, una joven empresaria, miembro de la oligárquica clase gobernante del Paraguay; hija del ex presidente Cubas, que huyera en su momento a Brasil, con toda su familia, después del asesinato de su vicepresidente y la masacre por francotiradores policiales de varios jóvenes paraguayos en las movilizaciones de repudio a tal crimen.
Osmar Martínez, dirigente de vanguardia de la izquierda paraguaya, nació el 7 de junio de 1968 en la compañía Walter Insfrán “Cantera Boca”, distrito de Caaguazú, de Paraguay. Era un hombre valiente, con la típica vida de sacrificios y luchas, de cualquier campesino pobre paraguayo.
Osmar fue uno de los dirigentes fundadores del movimiento Patria Libre, del cual constituyó un partido con el mismo nombre que participó de distintas elecciones nacionales y regionales, hasta que comenzó a sufrir durísimos golpes represivos, como el secuestro y tortura de tres de sus principales dirigentes, y ser sometidos, más de 20 militantes, a largas condenados en condiciones miserables y crueles.
Fue un revolucionario en todo sentido, que se forjó, se preparó y aprendió de cada experiencia y en diferentes organizaciones revolucionarias latinoamericanas. Osmar fue un hombre que vivió por y para la Revolución y el Socialismo. Osmar fue un auténtico latinoamericano, un militante cabal de Nuestra América, un internacionalista, que transitó todos los caminos de nuestras naciones en lucha, casi siempre aprendiendo. Fue de esos seres que no pueden ser doblegados.
Descrita por el mismo, a continuación una breve biografía de los inicios de su militancia:
“A los 15 años, actuaba en la Iglesia, enseñando catecismo, predicando, organizando actividades de solidaridad. Luego del servicio militar, a los 19 años, viajé a Buenos Aires, donde me vinculé a un grupo misionero juvenil de la Parroquia de San Patricio, allí donde la dictadura argentina asesinó a tres sacerdotes y dos seminaristas. Al regreso a Caaguazú, ya influenciado por la Teología de la Liberación, comencé a trabajar con grupos de jóvenes campesinos, analizando la realidad, en lo que les afectaba y viendo qué se podía hacer como cristiano frente a ella… Utilizábamos el método del Ver, juzgar y actuar, de Paulo Freire… esta tarea y visión liberadora, nos trajo conflictos con la cúpula clerical… aun así, teníamos sacerdotes que nos acompañaban, como asesores…tuve la responsabilidad de ser líder juvenil a nivel de mi diócesis, y en su representación viajé al Primer Congreso latinoamericano de jóvenes cristianos, en Cochabamba, con motivo de los 500 años de la colonización, en donde rechazamos que pudiera tomarse la fecha como una celebración de la evangelización. Esa militancia en la Iglesia de base me llevó a la militancia política en Patria Libre, en 1993. Y después, en el 94, ya comencé a militar solamente en política. Y muchos de los jóvenes que eran mis compañeros en la Iglesia, pasaron conmigo. En Patria Libre, siempre se respetó la creencia religiosa, la mayoría de los líderes campesinos éramos de origen cristiano, católicos con influencia de la Teología de la Liberación…. Considerábamos que ningún cristiano verdadero podía apartarse de la realidad sociopolítica… yo siempre usé mi formación cristiana para trabajar en las bases campesinas, muchos cristianos incorporamos a las filas políticas… por eso crecimos rápido y tuvimos mucha aceptación en las bases campesinas, en su mayoría miembros activos de la base cristiana, pero todos venían de la Iglesia Católica, porque los creyentes de sectas, eran más cerrados, no se interesaban en la realidad social y política, al menos en mi experiencia militante”.
El 7 de diciembre, alrededor del mediodía, publicó en su página de una red social, su opinión sobre las elecciones del 6 de diciembre en Venezuela, así como hace unas semanas hiciera lo mismo con las de Argentina.
Decía, entre otras cosas:
“Ninguna derrota de los movimientos populares en la Patria Grande de América Latina es buena, ni debe ser festejado por los revolucionarios, pero tampoco podemos ser ciegos y ser una izquierda utópica que no [viera la] realidad a la que se exponían desde hace mucho tiempo los que aceptan la regla de juego de la convivencia “Pacífica” entre explotados y explotadores y dirimir la toma del poder a través de votaciones “Democráticas”… [la oligarquía venezolana utilizó] miles de otras formas de presión, de extorsión, de imposición, de obligación ¿y hablan de triunfo democrático? ¿De convivencia “Pacífica”? ¿Esto no es violencia? Si señores, es violencia camuflada. Y es por esto y más que los revolucionarios no pueden hablar de convivencia pacífica entre opresores y oprimidos…. El papel de “moral democrática”, de “ética electoralista”, de ”convivencia pacífica entre clases antagónicas” no cuadra con el de un revolucionario”.
Osmar, a los 47 años, murió como preso político paraguayo, en aislamiento y rodeado de comandos altamente adiestrados, pero con la misma dignidad con la que vivió: rebelde y altivo.
A sus familiares, en especial a su madre y hermano; a sus amigos, a sus compañeros de lucha; y a todos quienes sienten el dolor de su partida física, nuestro más sincero y comprometido ¡Presente!
Rescatando la Soberanía Política Revolucionaria del Movimiento Popular e impulsando la construcción de un Nuevo Modelo Político Popular y Revolucionario para nuestros pueblos, más allá del Estado y del Capitalismo,
Con los Pueblos del Mundo, ¡Venceremos!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 523 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 205 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Popular, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Ecologista y profundamente Humana.