Breve resumen y comentario de la presentación del libro titulado- la Guerra de los tres billones de dólares- escrito por Josep E. Stiglitz y Linda J. Bilmes. Este escribidor deja aclarado que los verdaderos motivos de EE.UU para invadir a Irak, fue el petróleo iraquí y desarticular todo el medio oriente para beneficio de los EE.UU. Dice Stiglitz hoy está claro que la invasión de Irak fue un terrible error. El conflicto ha dejado ya más de un millón de víctimas mortales, para el año 2008, fecha en que se editó el libro, aparte de miles de personas gravemente heridas. La idea de que esta invasión favoreciera la democracia y aceleraría el cambio en Oriente próximo parece hoy una fantasía.
Con un despliegue colosal de soldados y extranjeros en Irak y Afganistán, es fundamental entender el verdadero costo de este conflicto, con las consecuencias que implica para la economía mundial, permanece oculto, y los costos futuros que seguirán aumentando tras la retirada final, se están pasando por alto deliberadamente. Este libro revela la verdadera magnitud de los costos de esta guerra de Irak, desde la atención de los soldados heridos y sus rémoras mentales, el abastecimiento militar y la reconstrucción de infraestructuras, hasta todos los costos sociales y humanitarios, como lo originados por las prestaciones por incapacidad a los veteranos, y sus familias o por la necesidad de reubicar y ayudar a los millones de los refugiados.
Asimismo, como los problemas económicos resultantes de la pérdida de productividad, la reducción del comercio y la subida del precio del petróleo. Ni los EE.UU ni la economía mundial pueden permitirse el lujo de seguir perdiendo recursos por objetivos mal definidos en Irak, en un conflicto cuya factura pagaremos todos durante décadas. De verdad son tres billones los costos. La forma del gobierno de EE.UU de lleva su contabilidad oscurece aún más los costos de la guerra.
El método estándar de la contabilidad del Gobierno se rige por el principio de caja. Así, quedan registrados los gastos realizados hoy, pero se ignoran las obligaciones futuras, incluidos los costos sanitarios y los costos de incapacidad en caso de guerra. El principio de caja hace que las cosas parezcan más baratas en el momento – por ejemplo, al no comprar vehículos caros para proteger a los soldados de artefactos explosivos- pero esconde los costos a largo plazo en caso de que estos artefactos exploten y alguien salga herido.
Los problemas derivados del principio de caja son tan serios que, en EE.UU a cualquier negocio que sea más grande que una tienda de ultramarinos se le exige por ley emplear el principio del interés o devengo, un sistema en el que los costos futuros quedan registrados a medida en que se incurre en ellos, y no cuando se pagan de hecho. Otras malas prácticas contables le permiten al Departamento de Defensa ocultar gastos de la guerra de Irak en su presupuesto ordinario. El Departamento de Defensa absorbe más de 500.000 millones de dólares del contribuyente al año, sin incluir las guerras, pero falla miserablemente a la hora de rendir cuentas acerca de que hace con el dinero.
En 2007, por décimo año consecutivo el Departamento no pasó su auditoría financiera, y los auditores señalaron deficiencias en prácticamente en todas las áreas. El Inspector General del Departamento declaró recientemente ante el Comité de Seguridad Nacional del Senado. La falta de control financiero dificulta la contabilidad de los costos verdaderos de la guerra en Irak. Tal como lo manifestó la Government Accountability Office.
El Departamento de Defensa ni el Congreso tienen información fiable sobre cuánto está costando la guerra ni cómo se están usando todos los fondos asignados, ni tienen datos históricos que puedan ser útiles para estimar necesidades futuras de financiación. Página 43 y 44 del libro citado. Recomiendo leer el libro completo, para conocer cómo el gobierno de los EE.UU dilapida recursos humanos y financieros de su país y de todo el mundo. Ha desestabilizado y destruido Afganistán, Libia, Egipto, Siria y parte de Turquía.
Recientemente comenzó la desestabilización en Arabia Saudita enfrentándola contra Irán, países petroleros. Continúa su plan de desestabilización en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Argentina y Brasil. Los países soberanos del mundo debemos prepararnos para hacerle frente al Imperio gringo y todos sus lacayos de la OTAN, si queremos defender nuestros recursos naturales y nuestras soberanías.