Al Pueblo De Venezuela y Pueblos del Mundo,
A las Comunidades Organizadas y Autogobiernos Populares,
A las Organizaciones, Movimientos y Fuerzas Populares y Revolucionarias,
A los Medios de Comunicación, Nacionales e Internacionales,
A la Opinión Pública, Nacional e Internacional,
A todos y cada uno de quienes luchen por la Vida,
Al Mundo entero,
Hermanos y Hermanas:
Conozcamos un poco más sobre nuestros mártires revolucionarios, quienes han dado sus vidas en defensa de la libertad y la justicia entre los pueblos del mundo.
En esta oportunidad, recordemos al líder africano emancipador del Congo, Patrice Émery Lumumba, quien naciera el 2 de julio de 1925 en Onalua, provincia de Kasai, antiguo Congo belga, actual República Democrática del Congo.
Lumumba, siendo trabajador de Correos, comienza a organizar un sindicato de trabajadores y es detenido y encarcelado por los colonialistas belgas en 1955. Tras su salida de la cárcel dos años más tarde, entra en relación con el movimiento independentista.
Bélgica había creado en el Congo una red de puestos militares y campos de trabajos forzados, en donde la brutalidad contra los africanos fue horripilante: en un lapso de 20 años, la población disminuyó de 25 a 15 millones de habitantes. Igualmente saquearon muchas de sus riquezas naturales.
Durante la II Guerra Mundial, el Congo fue la principal fuente mundial de caucho y de minerales esenciales, como titanio y cobalto, para la maquinaria bélica imperialista, siendo extraído de allí el uranio utilizado en las bombas arrojadas en Japón por los estadounidenses.
Los congoleños no podían estudiar en las escuelas y universidades. Antes de los años 50, solo 100 congoleños tenían educación universitaria. Los colonos aplicaban una estrategia de dividir para conquistar, fomentando enemistades entre los varios pueblos y regiones.
Lumumba comenzó siendo un demócrata burgués que a causa del expolio colonial se fue convenciendo del comunismo como único modo de liberar a su país de la esclavitud imperialista. En 1958 consigue agrupar a la mayoría de las fuerzas progresistas en el Movimiento Nacional Congoleño, primer partido político de ámbito nacional, convirtiéndose rápidamente en el principal dirigente independentista del país.
El MNC se dedicó a superar las diferencias tribales y regionales y crear una organización independiente y unificada, frente a las ambiciones imperialistas de repartírselo en áreas de influencia y crear varios estados independientes. Lumumba, en diciembre de 1958, en un discurso explosivo, exigió la independencia del Congo, lo cual ocasionó que, él como muchos de sus partidarios fueran condenados y encarcelados por sedición, siendo liberado en 1960.
Entonces viajó a Bélgica para negociar la declaración de independencia. La metrópoli convoca elecciones. En la campaña electoral Lumumba se declara comunista y esta postura le vale el apoyó de las clases trabajadoras para obtener la victoria en las urnas en mayo de 1960. El 23 de junio se forma un gobierno de coalición con el traidor Joseph Kasavubu como Presidente y Lumumba como Primer Ministro, que proclamaría la independencia días después, el 1 de julio. Lumumba estaba resuelto a forjar un gobierno central fuerte.
A pesar de la declaración formal de independencia, los militares belgas todavía controlaban el ejército y la policía; los grandes monopolios todavía controlaban los recursos naturales y la burocracia del Estado. Los imperialistas iniciaron una campaña de desestabilización. La CIA, el servicio de inteligencia belga y otras potencias trabajaban día y noche para mantener en el poder a los congoleños leales al imperialismo. Bélgica retiró a sus especialistas, tratando de provocar la parálisis del país. Promovieron la sublevación y provocaron varios movimientos secesionistas. Su objetivo era dividir al país y repartírselo. Lumumba y los suyos eran el obstáculo y había que acabar con ellos a toda costa, intensificaron la desestabilización del nuevo gobierno y, finalmente, propiciaron el acoso y derribo de Lumumba.
Lumumba era el dirigente reconocido por las masas trabajadoras y campesinas, era la esperanza para el pueblo congoleño.
En agosto el presidente de Estados Unidos, Eisenhower, dio la orden de matar a Lumumba. Uno de los asesinos enviados para la tarea fue Frank Carlucci, que sería luego secretario de Defensa de Ronald Reagan. Bélgica se une a los planes asesinos de los estadounidenses y el ministro de Asuntos Africanos del gobierno, Aspremont Lynden, siguiendo órdenes del primer ministro, el democristiano Gaston Eyskens, ordena en un cablegrama a Katanga eliminar definitivamente a Lumumba.
El 10 de octubre, el ejército y las tropas de la ONU le detienen, pero Lumumba logra escapar el 17 de noviembre y huir en avión. Lumumba fue detenido de nuevo el 2 de diciembre por el ejército. Siempre con las órdenes de no intervenir, las tropas de la ONU hicieron la vista gorda cuando lo torturaron brutalmente, durante más de un mes, pasándolo de un grupo títere a otro para que lo golpearan y torturaran. Más tarde se supo que se mantuvo firme durante las largas sesiones de torturas y con la moral muy elevada.
Al final, el 17 de enero de 1961, en un descampado en medio de la oscura sabana, iluminado por las luces de los coches de la policía, apenas pudiendo caminar a causa de las torturas, un escuadrón de ejecución formado por cuatro hombres acribillaron a Lumumba y a dos de sus antiguos ministros, Maurice Mpolo y Joseph Okito.
Para encubrir la verdad, un equipo de policías belgas desenterró el cadáver y lo disolvió en el ácido sulfúrico. Su cuerpo fue espantosamente descuartizado para evitar su reconocimiento. Los imperialistas no querían dejar ninguna huella del crimen.
Luego los imperialistas estadounidenses y belgas mentían diciendo que lo habían asesinado campesinos airados; más tarde dijeron que lo ejecutaron sus enemigos congoleños. También contaron que, estando encarcelado, intentó huir siendo mortalmente herido. Seria el parlamento belga, en noviembre de 2001, 40 años después, quien admitió su responsabilidad en el asesinato.
Lumumba tenía 35 años y apenas había permanecido tres meses como primer ministro. Su asesinato indignó a millones de personas de todo el mundo, siendo su historia una clara lección sobre la crueldad del imperialismo y el neocolonialismo. Y es que Lumumba sigue siendo la antorcha ardiente de todos los pueblos africanos, cuando el reto de la revolución y la liberación nacional se le plantea a tantos pueblos y movimientos alrededor del mundo.
Rescatando la Soberanía Política Revolucionaria del Movimiento Popular e impulsando la construcción de un Nuevo Modelo Político Popular y Revolucionario para nuestros pueblos, más allá del Estado y del Capitalismo,
Con los Pueblos del Mundo, ¡Venceremos!
Desde Venezuela, Tierra de Libertadores, a 523 años del inicio de la Resistencia antiimperialista en América, y a 205 años del inicio de Nuestra Independencia,
Coordinadora Simón Bolívar
Revolucionaria, Popular, Solidaria, Internacionalista, Indigenista, Ecologista y profundamente Humana.