Venevision a anunciado con bombos y platillos, “el arroyante triunfo” de Álvaro Uribe.
Están felices los dueños de los medios de “desinformación”, tanto impresos como audiovisuales por este triunfo que festejan como propio, consideran que este es el triunfo del imperialismo y de la oligarquía Colombiana.
Ganó el candidato que ellos aspiraban, porque consideran que la presencia de Álvaro Uribe, supuestamente, favorecerá la campaña de descrédito que mantienen constantemente a nivel nacional e internacional, en contra del gobierno revolucionario venezolano. Piensan que el plan Colombia va a facilitar, en esta etapa, la de una segunda presidencia “Uribista”, la tan anhelada invasión paramilitar al territorio venezolano.
Comparativamente, Álvaro Uribe, ganó con menos votos porcentuales que todos los triunfos electorales y del referendo de la revolución bolivariana, pero los medios de comunicación venezolanos y las grandes transnacionales de la manipulación, como CNN, no hacen comentarios al respecto.
La oposición venezolana no ha salido a decir que la abstención en Colombia fue enorme; no salieron a descalificar a la candidatura de Álvaro Uribe Vélez. Eso demuestra la hipocresía de un grupúsculo cada vez mas disminuido que solo ve en la “carroñeria” política y electoral su oportunidad de ganar puntos frente al imperio que ya no quiere saber nada de ellos y ellas.
Hubo en Colombia una abstención de más del 70%. Cisneros se apresuró a reconocer, a través de la pantalla de Venevision, la “victoria aplastante” del presidente Álvaro Uribe. Nadie hace mención de la maniobra de reformar la constitución colombiana para poder lanzarse a la aventura de la reelección. Ni el imperio, ni las agencias de noticias cuestionaron este “parapeto” jurídico, cocinado por el imperio en la suprema corte de Colombia, porque también en el país vecino ya se agotaron con Uribe, las opciones electorales de la oligarquía Colombiana, tal como se agotaron en Venezuela las candidaturas de la cuarta república. Otro seria el cantar, si el presidente Chávez hubiera reformado la constitución venezolana. Estuvieran invocando la aplicación de la carta de las Américas y pidiendo a gritos la invasión militar del ejército norteamericano.
Para los Estados Unidos, mantener vivo el conflicto Colombiano es de mucha importancia. Para combatir a la revolución bolivariana se necesita la posibilidad de desestabilizar la frontera colombo-venezolana. Considera la oposición venezolana, que hoy por hoy, es necesario para el departamento de estado un gobierno como el de Uribe del otro lado de la frontera. Esto facilitaría la desestabilización política, militar, económica y social de Venezuela; este es el primer paso para que la derecha venezolana se oxigene y fortalezca, y que además pueda plantear pelea a la revolución bolivariana.
Según los opositores, el departamento de estado norteamericano jugará a fortalecer candidaturas en los Estados fronterizos con Colombia, a través de las organizaciones políticas “Un Nuevo Tiempo” y “Súmate”, que son la fachada política del imperialismo para poder así contribuir con la violenta campaña de desprestigio, a la cual van a recurrir, a partir de las elecciones presidenciales venezolanas de este año 2006. Están manipulando a los diferentes “candidatitos” y estimulando el retiro de las supuestas candidaturas de quienes consideran sus “pequeños borregos”, para crear confusión entre los electores y electoras de nuestro país.
Desde Colombia, los cerebros de la conspiración, preparan fuertes campañas de desprestigio contra los gobernadores, parlamentarios y líderes de la revolución y comandantes militares y jefes policiales de los estados fronterizos. Para esto, según algunos líderes de la oposición, el gobierno norteamericano financiará a empresas venezolanas e internacionales de investigaciones privadas para hacer un gran operativo de espionaje e inteligencia que pueda comprometer la dignidad y la moral de la dirigencia bolivariana, sobre todo de personeros del alto y el medio gobierno revolucionario.
Aspiran que se prepare una invasión desde Colombia, al mercado venezolano, con todo tipo productos extranjeros de consumo masivo, logrando así dañar la producción y la economía nacional, como un primer paso para atentar contra el aparato productivo nacional. Esto comenzará por el estado Zulia, con una ola de contrabando a gran escala que contará con el silencio y la complicidad de las autoridades regionales zulianas y de ciertos sectores corruptos y golpistas de la guardia nacional destacados en los puestos fronterizos zulianos. Todo esto estará preparado para cuando comience a funcionar en pleno el Tratado de Libre Comercio, o TLC, firmado entre Colombia y los Estados Unidos. Los productos norteamericanos, especialmente los productos agrícolas altamente subsidiados, serán introducidos en nuestro mercado agrícola nacional para así atentar contra los precios de la producción nacional y destruir nuestra agroindustria.
El gobierno colombiano de Álvaro Uribe, según la oposición golpista, puede iniciar en este segundo periodo un retiro de las tropas militares regulares colombianas, para permitir así el posicionamiento por parte de las fuerzas paramilitares de las fronteras, para facilitar los ataques a Venezuela por elementos militares golpistas venezolanos que conformarían una fuerza de “contras”, que atacarían sitios estratégicos del estado venezolano y de la industria nacional, especialmente de la industria petrolera nacional. Se cumplirían acciones de sicariato contra los sectores campesinos chavistas, y en contra de algunos líderes de la oposición, sobre todo, contra aquellos políticos de derecha que el imperialismo y sus aliados nacionales consideran desprestigiados y poco útiles a sus aspiraciones y ambiciones.
Es por eso que el triunfo de Álvaro Uribe, es tan importante para la oposición golpista venezolana, porque consideran que el gobierno colombiano será obligado, por el departamento de estado norteamericano, a hacer una política de “ojos ciegos”, “manos caídas” y “oídos sordos”, para que algunos sectores terroristas y extremistas puedan preparar una invasión a nuestro país, desde territorio colombiano, acompañada de una serie de atentados a gran escala.
El triunfo de Álvaro Uribe, ciertos sectores extremistas de la oposición venezolana, quieren convertirlo en el preludio de una escalada de violencia, no solo en Venezuela, sino también en la misma Colombia para justificar una invasión militar del imperio a nuestro país.
Ganó, en Colombia, el mejor candidato de la oposición venezolana, ellos y ellas piensan que esto es un signo de esperanza que les abre el camino de la desestabilización que tanto desean. Cuentan desde ya con una supuesta política “uribista”, que ataque y provoque al gobierno bolivariano, tal cual como lo hace el desprestigiado presidente del Perú Alejandro Toledo y el siempre corrupto Alan García.