La crisis económica sacude al mundo hasta sus cimientos. Para varios países la soga de la deuda pública se cierra sobre ellos y están asfixiados por los mercados financieros. Con la complicidad activa de los gobiernos de EE.UU, la Comisión Europea, del Banco Central Europeo, del FMI y el Banco Mundial las instituciones financieras responsables de la crisis se enriquecen y especulan sobre las deudas de los Estados. Los patronos aprovechan también, esta situación económica para lanzar también una ofensiva brutal contra los trabajadores desmejorando sus condiciones de trabajo. La reducción del déficit público no debe hacerse reduciendo los gastos sociales públicos, sino luchando contra el gran fraude fiscal y gravando más los capitales, las transacciones financieras, el patrimonio y las rentas de los ricos. Para reducir el déficit, también es necesario reducir drásticamente los gastos militares y los gastos socialmente inútiles y peligrosos para el medio ambiente.

Los gobiernos disminuyen los gastos sociales, especialmente para amortiguar los efectos de la depresión económica. Debemos aprovechar esta crisis, para terminar con la injusticia capitalista, y realizar un cambio radical de la economía. Para eso es necesario construir un frente anticrisis, a nivel mundial, para crear una relación de fuerza favorable a la puesta en práctica de soluciones radicales centradas en la justicia social y climática. Desde agosto de 2010 el CADTM que significa (Comité para la anulación de la deuda del tercer mundo) ha formulado ocho propuestas relativas a la actual crisis europea y mundial.

El elemento central es la necesidad de proceder a la anulación de la parte ilegitima de la deuda pública. Para tal fin, el CADTM recomienda la realización de una auditoría de la deuda pública efectuada bajo el control de los ciudadanos. Dicha auditoría deberá combinarse con la suspensión unilateral y soberana del reembolso de la deuda pública. El objetivo de la auditoría es llegar a la anulación/repudio de la parte ilegal de la deuda pública y a una fuerte reducción del resto de la deuda. La reducción drástica de la deuda pública es una condición necesaria pero insuficiente para sacar a los países de la Unión Europea de la crisis. Hay que completarla con toda una serie de medidas de gran amplitud en diferentes ámbitos.

Parte importante de esta deuda pública de los Estados, es ilegítima porque es el resultado de una política deliberada de gobiernos, que decidieron privilegiar sistemáticamente a la clase capitalista, y a otros sectores favorecidos, en detrimento del resto de la sociedad. La rebaja de impuestos sobre las rentas altas de las personas físicas, sobre sus patrimonios y sobre los beneficios de las empresas privadas, han llevado a los poderes públicos a incrementar la deuda pública con el fin de cubrir el agujero producido por esa rebaja.

Por tales razones, los gobiernos han aumentado más los impuestos, sobre los hogares de los trabajadores que constituyen la mayoría de la población. Debemos señalar que, la crisis financiera mundial y el rescate de las instituciones financieras privadas, (2007-2008) responsables de la crisis, ha agravado la crisis mundial. Estas condiciones, favorecen siempre a los banqueros y a las demás instituciones financieras, y por estas razones son ilegitimas. La población mundial no debe aceptar los planes de austeridad, son injustos y profundizan la crisis. Debemos luchar contra el fraude fiscal masivo de las grandes empresas y de los más ricos.

Toda esta inmensa fortuna, mal habido los tienen los multimillonarios en los paraísos fiscales. El último paquete neoliberal lo está implementando Mauricio Macri en Argentina y tienen en sus planes a Venezuela, Brasil, Bolivia y Ecuador.