Nací y me crié en México durante los exilios paternos. Amo a esa nación y a su gente; siento como propias sus miserias y desgracias.
¿Qué cultura electoral puede haber en un país donde durante 70 años, cada sexenio, hasta el 2000, el PRI impuso presidentes y a casi todos los funcionarios de elección?
Ocasionalmente los priistas le cedían al PAN una gobernación, alcaldía o diputación para que la hegemonía monopartidista fuese menos descarada. Finalmente, en base a componendas ignotas, le cedieron la presidencia a Vicente Fox, quizás por sus nexos con la Coca-Cola y el visto bueno de los gringos.
Ir del PRI al PAN fue pasar de la sartén al fuego. Con voracidad inusitada los panistas se organizaron para el simulacro electoral que efectuaron el domingo 2 de julio.
Ante la inevitable victoria de Andrés Manuel López Obrador, del PRD, fabricaron encuestas que ponían al aspirante oficial de tú a tú con el candidato progresista. Luego activaron mecanismos para birlar e impedir votos contrarios. Se aplicó, con la facilidad que permite una estructura social donde impera ³la mordida² y todo funcionario tiene un precio, la fórmula "acta-mata-voto". Las infinitas inconsistencias en el conteo manual fueron camufladas.
Más que todo, privó la ignorancia de los votantes depauperados cuyos derechos ciudadanos son desconocidos gracias a la desinformación que auspicia el oficialismo. Varios millones de electores se quedaron sin votar por falta de material electoral o porque los centros de votación cerraron a tempranas horas de la tarde, cuando aún hacían cola numerosos votantes.
Allá el engaño al ciudadano es rutinario. Si mueren decenas de miles en un terremoto, el gobierno las minimiza para no quedar mal.
Si masacran manifestantes en Tlatelolco, pocos medios publican la información. Hasta un payaso, disfrazado de guerrillero, colaboró con el gobierno promoviendo la abstención.
Como premio a la obsecuencia del PAN los gringos construyeron una muralla fronteriza. Total, Pancho Villa ya no cabalga por aquellos rumbos.
En Venezuela algunos quieren copiar ese modelo sin considerar que habría que deseducar a los votantes alfabetizados y hacerles olvidar los derechos que garantiza la Constitución.
¡Tal vez pretendan darles burrundanga electoral!
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