En este artículo me voy a referir a los hijos de la Revolución Cubana. A la infancia y juventud que nacieron en una Cuba soberana, que han tenido los beneficios de la Revolución.
Es imposible no expresar la admiración ante tantas muestras de amor del pueblo para con Fidel; en cualquier calle, en cualquier plaza, en cualquier esquina, ahí estaban los cubanos despidiéndolo para mientras, porque sus cenizas irán a reposar a un camposanto, pero sus ideales se quedan en las miradas profundas y sinceras del cipotal que levantó la cara y gritó enardecido: ¡Yo soy Fidel!
No, no fue ninguna consigna programada, no los entrenaron para decirla, no fue recomendación para aparentar ante la prensa internacional, no, fue una expresión natural, salida de lo más íntimo del alma.
¿Qué dice la niñez y la juventud acerca de Fidel? Lo podíamos ver en cualquier joven que entrevistaban sin previo aviso, así, tomado al azar entre la multitud. Entre los tantos que con creatividad intacta demostraron al mundo lo mucho que les ha dado Fidel. Eso hablando expresamente de medios de comunicación, pero también lo podemos palpar en sus deportistas, sus artistas, sus químicos, sus intelectuales, sus médicos, sus políticos. En cada cubano de cualquier edad y de cualquier pueblo.
Con llanto puro, con el dolor a flor de piel, con la dignidad de haber tenido en suelo propio a un líder mundial de grandeza descomunal. A un Fidel político, humano, hermano, a un Fidel deportista, culto, campesino, a un orador natural pero sobre todo a un cosechador de utopías. Al inspirador del realismo mágico que convirtió en realdad las quimeras de un joven revolucionario que soñó con la libertad de su pueblo.
Y la infancia y la juventud cubana abarrotaron los caminos, con su energía, con su frescura, con toda la leche de la edad. Junto a sus mayores, los que tuvieron que picar piedra, los que tuvieron que partirse el lomo, los que tuvieron que enfrentar la crisis cuando vino el bloqueo, para ver a sus hijos y a sus nietos vivir en un país libre.
Pero el punto y aparte lo colocaron las mujeres cubanas que participaron en el Tributo a Fidel en Santiago de Cuba, la Secretaria General de Mujeres Cubanas, Teresa Amarellé Boué, la primera Secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas, Susely Morfa Gonzáles, y vibró Santiago y Cuba entera cuando Jennifer Bello Martínez, tomó la palabra. Jennifer es Presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria.
Un discurso impresionante, nunca vi algo similar en toda Latinoamérica, nunca vi a una estudiante manifestarse así sobre un líder político como lo hizo Jennifer de Fidel, y estaba ahí representando a los estudiantes universitarios de Cuba que vitoreaban y secundaban cada una de sus palabras. Ella hablan en nombre de la juventud a la que Fidel le abrió los horizontes de la libertad y el desarrollo.
No tengo nada más que agregar, Fidel se hizo palabra y acción en la infancia y juventud que seguirán respaldando y defendiendo la Revolución Cubana, como se defiende la vida misma. Porque Fidel es la vid, la cepa y la parra y lo seguirá siendo por los siglos de los siglos, para los cubanos y los pueblos del mundo.