Fracasado Todas las Gestiones para la celebración de un solo Congreso que había acordado la Conferencia de la Haya, los "posibilistas" llevaron a efecto su Congreso. Celebróse éste en la Sala Lancry durante los días 15 al 20 de julio. Empezó, pues, un día después que el otro y terminó un día antes: La intransigencia de los "posibilistas" y del grupo de las Trades-Union inglesas imposibilitó todo acuerdo por la unificación de los dos congresos. En torno a la exposición y a la conmemoración del centenario de la toma de la Bastilla desarrollándose casi simultáneamente los trabajos de dos congresos: el de la unidad y el de la división. El del socialismo y el del "apoliticismo", de la autonomía, en mescolanza con un falso socialismo, de los residuos del anarquismo y de unas tendencias incipientes de sindicalismo. Pero, en realidad, uno solo, pues el de la Sala Lancry maniobraba la decisión; en la Sala Petrelle estaba presente la unidad. Y un Congreso, o es unidad o no es nada. La Historia es machacona en demostrar que con la división el proletariado no ha obtenido nada, mientras que con su unidad ha logrado sus conquistas. Si el Congreso de la Sala Petrelle realizó un trabajo fecundo, por el contrario, el de la Sala Lancry clausuróse sin llegar a ningún resultado.
Asistieron al Congreso "posibilista" delegados de algunas asociaciones y de diferentes grupos de Inglaterra, Francia, Dinamarca, Italia, Polonia, Portugal, Suiza, Hungría y España. Atribuyéndose la representación de Rusia, asistía un delegado de un club de refugiados. Esto da idea de la poca importancia de sus delegaciones. La delegación más fuerte era la de Francia, con 136 delegados de asociaciones aisladas y 77 de clubs, y la británica. En el Congreso de la Sala Petrelle, por el contrario, estaban representados los partidos y las organizaciones obreras más importantes, así como varias federaciones nacionales. En el Congreso "posibilista" aparece por primera vez, aunque de una forma indirecta, una relación con la Federación Americana del Trabajo, a través de una carta que su principal dirigente, el reaccionario Samuel Gompers, había dirigido al Congreso y por la cual éste adoptó la siguiente resolución:
El secretario del Congreso Internacional del Trabajo ha sido encargado de hacer llegar al ciudadano Samuel Gompers, de Nueva York, presidente de la Federación Americana del Trabajo, el acuse de recibo de su carta y la expresión del agradecimiento del Congreso por las informaciones útiles que le ha facilitado…
La delegación que figuraba representando a España estaba integrada por Antonio Fernández Felgueroso, de la Sociedad de Ingenieros; Eudaldo Xuriguera, de la Sociedad Tres Clases de Vapor; José Campos, de la Sociedad de Barberos; Baldomero Oller, de Tintoreros; Miguel Gibert, de Torneros en Madera; todos ellos de Barcelona. En aquellos momentos en España no existía más organización sindical de carácter nacional que la Unión General de Trabajadores, que se había constituido en el mes de agosto del año anterior y que puede considerarse como representada en el Congreso de la Sala Petrelle.
Como se recordará, el Partido Socialista belga había acordado tomar parte en los dos congresos para intentar su unificación. Por esa razón participaron en algunas de las sesiones del Congreso de la Sala Lancry De Paepe y Vandervelde, los dos líderes del socialismo belga. El Congreso carecía de interés. Empleó el tiempo en discutir su propio carácter escisionista. Numerados delegados defendieron la necesidad de la unidad del proletariado. Los organizadores del veíanse obligados a mantener una actitud defensiva para justificar la celebración de su Congreso contra la voluntad de la inmensa mayoría del movimiento obrero internacional. Su orden del día evidencia su propio alcance. Helo aquí:
1. Legislación internacional del trabajo. Reglamentación legal de la jornada; trabajo diurno y nocturno; días de descanso para los adultos, las mujeres y los niños; vigilancia en los talleres de la grande y pequeña industria, así como en la industria doméstica; vías y medios para obtener estas reivindicaciones.
2. Medios prácticos a emplear para establecer relaciones constantes entre las organizaciones obreras de todos los países sin que por ello se atente a su autonomía.
3. Coaliciones patronales e intervención de los poderes públicos.
4. Fijación de fecha del próximo Congreso. Adoptar reglamento para su convocatoria, organización y lugar de su reunión.
La delegación española se limitó a denunciar ante el Congreso que los pintores de Barcelona estaban en huelga y que los patronos amenazaban con llevar obreros de Francia para romperla. Para impedir esto, pedían una resolución de solidaridad del Congreso hacía los huelguistas. El informe de la delegación fue dado a conocer al Congreso por el delegado italiano A. Costa. En este informe terminaban pidiendo "el establecimiento de una alianza nacional e internacional entre los trabajadores frente al enemigo común".
Del sentido "internacionalista" que animaba al Congreso nos da una idea de los apartados del segundo punto del orden del día, que decía:
El Congreso afirma el principio de que cada nacionalidad es la mejor calificada para juzgar la táctica política y social que ella debe seguir…
El Congreso se debatía entre la unidad y la división, sin llegar a ninguna resolución práctica y positiva. La clase obrera no estaba en la Sala Lancry, sino en la de Petrelle, donde se celebraba el verdadero Congreso internacional de los trabajadores que echaba los fundamentos de la nueva Internacional y a la que el proletariado español, con la presencia de José Mesa y Pablo Iglesias, aportaba su contribución.
–Facundo Perezagua (1860-1935), prestigioso dirigente socialista español y, más tarde, uno de los fundadores del Partido Comunista de España, en 1921.
—Carlos Kautsky (1854-1938), socialista alemán. Inició su acción política bajo la influencia de Federico Engels. Más tarde figuró en las corrientes centristas y revisionistas del socialismo (actual).
—Eduardo Bernstein (1850-1932), socialdemócrata alemán, uno de los principales ideólogos del "revisionismo" socialista, siendo duramente combatido por los hombres más eminentes del marxismo.
—Clara Zetkin (1857-1933). En su primera etapa política fue una de las fundadoras del movimiento feminista en el socialismo alemán. Más tarde participó en la fundación del Partido Comunista. Dirigente de la III Internacional.
¡Chávez Vive, la Lucha sigue!